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Luis Suárez sobrepasa a todos con y sin balón
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sin nuno, el valencia recuperó el alma

Luis Suárez sobrepasa a todos con y sin balón

A muchos todavía les sorprende que el uruguayo no estuviera entre los tres finalistas para el Balón de Oro porque su rendimiento ha sido soberbio, pero en Mestalla volvió a mostrar su peor cara

Foto: Suárez marcó por séptima jornada consecutiva (Cordon Press).
Suárez marcó por séptima jornada consecutiva (Cordon Press).

Nos hemos acostumbrado a ver a Luis Suárez besarse tres dedos de su mano derecha. Es una imagen que esperamos prácticamente cada vez que se pone la camiseta del Fútbol Club Barcelona, sea cual sea el color de la misma. A Suárez le da igual dónde marcar, mientras se apunte un gol más. Lo mismo hace un doblete en el Bernabéu que abre la lata en Mestalla o encarrila una final de la Champions League. Sus hijos reciben besos todos los días de partido, a veces más de uno cada uno. Lo hace de muchas formas: de cabeza, de volea, con el exterior, colocando el balón... o por pura potencia, como contra el Valencia.

Y hay un detalle que a veces pasamos por alto pero que es indispensable para entender la evolución de Suárez como culé. El uruguayo llegó al Camp Nou con un jugador como Messi en el trono vitalicio y otro que viene presionando para desbancarlo de manera pacífica y amistosa en un futuro. Son el mejor del mundo y uno de los mejores. Suárez entraba enmedio de los dos y tenía que adaptar no sólo su juego, sino su personalidad. En Liverpool tuvo problemas serios con Daniel Sturridge por el dominio del área 'red'. Pero Luis Enrique le ha encaminado. Luisito se ha dado cuenta de que ha sido y será mucho mejor para él y para el equipo sumar en grupo que individualmente. Es un '9' salvaje, asesino, pero si puede, si tiene opción, busca a Messi o Neymar para que ellos también marquen.

Su 2015 ha sido poco menos que insuperable. Menos la Supercopa de España ha ganado todo lo que podía ganar. Y digo podía, porque no pudo jugar la Copa América con Uruguay. De hecho, hay voces que lo reclaman en la lista de tres finalistas al Balón de Oro en lugar de Cristiano Ronaldo. Pero para sus detractores, que los hay, tuvieron en Mestalla un motivo más para criticarle, aunque sus goles deban pesar más. Tuvo un duelo muy duro con Aymen Abdennour, de mucho contacto. Se encontraron constantemente y no se cortaron en chocar cuando a veces se pudo evitar. En una de esas, Suárez pisó el pie a Abdennour. El árbitro no señaló nada.

No se podía esperar otra cosa por su parte. A la carrera atendió a los medios Luis Suárez en Mestalla y, obviamente, tiró balones a la grada a pesar de que las imágenes dicen otra cosa. Cuando se le preguntó por el pisotón a Abdennour, llevaba la respuesta bien preparada, dejando claro que “lo piso sin querer y en cuanto me doy cuenta, le pido disculpas. En fin, son cosas que suelen ocurrir en un terreno de juego. El clásico rifirrafe”. Más contundente se mostró Robert Fernández cuando atendió a 'Movistar+'; el secretario técnico del Barcelona explicó que “vi la jugada, pero considero que el futbolista del Valencia fue a provocar. Tengo claro que Luis Suárez no ha visto que Abdennour estaba en el suelo”.

Inyección de cafeína che

Volvía el Barça al campo sobre la acequia una temporada después. Nadie ha ganado allí desde que Busquets sorprendiera y 'robase' un partido al Valencia en el último segundo. Todo el mundo y parte del universo esperaba que el líder indiscutible de la Liga siguiese su marcha imperial por la capital valenciana. Era indiscutiblemente favorito, no sólo por el estado de forma soberbio de todo el equipo de Luis Enrique, sino por el desastre en el que estaba inmerso el conjunto albinegro.

Cambio de entrenador, una plantilla hundida moralmente, una lista de diez lesionados, una afición preparada para prender la pira crematoria... Pero todo apunta a que el problema, esta vez sí, era el técnico. La salida de Nuno ha reactivado a la plantilla, que salió motivadísima contra el Barça, como si se hubiesen inyecctado cafeína en vena después de una sobredosis de tila. Aún no ha cogido el equipo Gary Neville, pero está claro que se encontrará a unos futbolistas con una situación psicológica muy diferente a lo visto en los últimos meses.

Nos hemos acostumbrado a ver a Luis Suárez besarse tres dedos de su mano derecha. Es una imagen que esperamos prácticamente cada vez que se pone la camiseta del Fútbol Club Barcelona, sea cual sea el color de la misma. A Suárez le da igual dónde marcar, mientras se apunte un gol más. Lo mismo hace un doblete en el Bernabéu que abre la lata en Mestalla o encarrila una final de la Champions League. Sus hijos reciben besos todos los días de partido, a veces más de uno cada uno. Lo hace de muchas formas: de cabeza, de volea, con el exterior, colocando el balón... o por pura potencia, como contra el Valencia.

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