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El Valencia cae en la farragosa trampa del Rayo y deja escapar al Atlético
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ALVES REGALÓ EL GOL A SU RIVAL Y PAREJO EMPATÓ

El Valencia cae en la farragosa trampa del Rayo y deja escapar al Atlético

En un partido que perdió la esencia del fútbol y se transformó en una guerra de guerrillas, el empate (1-1) deja satisfecho al Rayo Vallecano y en evidencia a un Valencia que complica su futuro europeo

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A estas alturas hay dos palabras que suenan con fuerza: Europa y permanencia. Son muchos los equipos (por no decir todos) los que se juegan algo. Valencia y Rayo no iban a ser menos. Los primeros necesitaban ganar para seguir metidos en la batalla por la tercera plaza y los segundos ansiaban los tres puntos para asegurar matemáticamente su estancia en Primera de cara a la temporada que viene. Al final, se repartieron los puntos (1-1 | Embarba y Parejo) en un encuentro en el que sólo se vio fútbol en la primera parte porque la segunda estuvo marcada por el carrusel de expulsiones. El empate deja satisfecho al Rayo y en evidencia a un Valencia que complica su futuro europeo.

En el minuto 20, Diego Alves cantó. No se sabe si fue culpa del sol o, simplemente, fue uno de esos errores inexplicables que a veces cometen los porteros. El caso es que no logró atajar el disparo de Embarba; un tiro inofensivo, fuerte, pero al centro. Era la segunda aproximación de un Rayo Vallecano que se encontró con un regalo que no esperaba. Y es que hasta ese momento, los hombres de Paco Jémez estaban desbordados y sufrían de lo lindo. Al contrario de lo visto otras veces en Vallecas, no era el Rayo el que llevaba la voz cantante… hasta que empezó a mandar en el marcador. El conjunto madrileño se vino arriba, ganó en comodidad y seguridad, juntó más sus líneas y siempre ubicó a varios de sus hombres detrás del esférico.

Hasta el regalo de Alves, el Valencia demostró que sabía cómo tratar a este Rayo al que le gusta jugar al fútbol; tanto que no tardó en hacer sudar a Toño. Los hombres de Nuno, mucho mejor plantados que su rival, se hicieron con la posesión porque no pretendían esperar, iban a por el partido con peligro. Su buena actitud se veía en la presión ejercida en la zona de creación vallecana y en las llegadas por las bandas. Con el Rayo encerrado, el Valencia dejó claro que había hecho méritos para que el primer gol llevase su firma.

Y ese fue el gran problema. El error de Alves puso en apuros a su equipo que, sumido en un mar de dudas, se olvidó de cómo sacar la pelota. Tenían la posesión, pero las llegadas y el peligro empezaron a disminuir progresivamente. A la falta de acierto del Valencia se sumaron las buenas acciones de Toño y la sensación de que no se merecían ir por detrás en el marcador. El tanto de Embarba no sólo les dejaba en una situación comprometida en Vallecas sino que les alejaba de la tercera plaza, una guerra que ya no parece ser suya. Los hombres de Nuno veían como Simeone y los suyos se alejaban y más teniendo en cuenta el asequible calendario que tiene por delante el Atlético de Madrid. Y es que, ahora es el Sevilla con el que toca pelear por la cuarta plaza.

El paso por vestuarios maduró a un Rayo Vallecano que se mostró más serio y cómodo que en el primer tiempo, sin intención de sufrir atrás. El Valencia, sin embargo, decidió tomárselo con más calma y, en consecuencia, hacía menos daño. El equipo ‘che’ ponía todo lo que tenía, pero evidenciaba que necesitaba una marcha más en su línea ofensiva. Este era el dibujo del escenario en Vallecas hasta el minuto 17 de la segunda parte: el Rayo se quedó con diez hombres tras la expulsión de Morcillo, el último hombre, por cometer una falta sobre André Gomes. La acción, en la frontal del área, desembocó en el empate del Valencia. Parejo, con una ejecución perfecta, puso el balón con potencia en el lado del portero; Toño se equivocó al dar un paso a la derecha.

Después del empate, Vallecas no vio mucho fútbol: sólo polémica y expulsiones. Entre ellas la de Paco Jémez y la de Rodrigo en una jugada comentada hasta la saciedad. Toño despejó un balón dividido con los puños, pero dejó el codo al jugador valencianista. Éste, desde el suelo, le hizo una zancadilla que Vicandi Garrido vio y por la que le mostró la roja directa. Esta guerra de guerrillas provocó que el Rayo se metiera, de nuevo, en el partido y el Valencia cayera en la trampa del conjunto madrileño. El partido se había vuelto loco en la segunda parte porque en Vallecas no se jugaba a nada: mucha emoción y poco fútbol. Así las cosas, los locales se defendieron e intentaron ir a por la victoria ante un rival que no actuó con inteligencia.

Con la esencia del partido perdida, aparecieron los nervios: el Rayo aprovechó el empate y el Valencia no sólo dejó escapar un par de punto, también vio cómo se le escurría la tercera plaza y se complicaba el acceso a Europa.

Ficha técnica

Rayo Vallecano: Toño; Tito, Zé Castro, Morcillo, Nacho (Insua, m.53); Fatau, Trashorras; Kakuta, Bueno (Quini, m.73), Embarba (Aquino, m.89); y Manucho.

Valencia: Alves; Gayá, Otamendi, Mustafi (Alcácer, m.70), Barragán; André Gomes (De Paul, m.82), Dani Parejo, Enzo Pérez, Rodrigo; Piatti (Feghouli, m.46) y Negredo.

Goles: 1-0, m.20: Embarba. 1-1, m.66: Parejo.

Árbitro: Vicandi Garrido (Colegio vasco). Amonestó a Toño (62) y Fatau (79) por el Rayo Vallecano; y a Feghouli (75) por el Valencia. Expulsó por roja directa a Morcillo (62), al técnico Paco Jémez (73) y a Rodrigo (78).

Incidencias: encuentro correspondiente a la trigésimo cuarta jornada, disputado en el estadio de Vallecas ante la presencia de 10.055 espectadores.

A estas alturas hay dos palabras que suenan con fuerza: Europa y permanencia. Son muchos los equipos (por no decir todos) los que se juegan algo. Valencia y Rayo no iban a ser menos. Los primeros necesitaban ganar para seguir metidos en la batalla por la tercera plaza y los segundos ansiaban los tres puntos para asegurar matemáticamente su estancia en Primera de cara a la temporada que viene. Al final, se repartieron los puntos (1-1 | Embarba y Parejo) en un encuentro en el que sólo se vio fútbol en la primera parte porque la segunda estuvo marcada por el carrusel de expulsiones. El empate deja satisfecho al Rayo y en evidencia a un Valencia que complica su futuro europeo.

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