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El descanso en el Bernabéu mantiene a Griezmann en la racha que añora Torres
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un gol del niño en 688 minutos de liga

El descanso en el Bernabéu mantiene a Griezmann en la racha que añora Torres

El soberbio estado de forma del francés contrasta de forma alarmante con la negativa de Torres, que ha marcado sólo un gol en 688 minutos de Liga, repartidos en quince partidos

Foto: Griezmann celebra uno de sus goles al Elche (Reuters).
Griezmann celebra uno de sus goles al Elche (Reuters).

No existe mejor forma para un futbolista que hablar sobre el césped. Da igual todo lo que se diga fuera de él, ante las cámaras, micrófonos o grabadoras de los compañeros de los medios de comunicación, incluso también queda en nada lo que se puedan decir jugador y técnico. Lo único que importa es lo que se haga cuando se salte al terreno de juego, a partir de ahí, el resto es indiferente. Sin duda alguna, cuando Griezmann enfiló el banquillo del Bernabéu en el minuto 65 tenía que estar carcomiéndose por dentro, pero decidió callar, no decir eso de ‘esta boca es mía’ y esperar a jugar de nuevo: fue entonces cuando dejó claro que la idea de Simeone fue, cuanto menos, extraña.

Siempre dicen los que se dedican a esto del fútbol que tras una una derrota no hay mejor cura que volver a jugar cuanto antes. Y en este sistema en el que un equipo que quiere ganarlo todo tiene que jugar cada tres días, los partidos perdidos se pueden olvidar rápidamente. Pues lo mismo para las decepciones individuales. Griezmann regresó contra el Elche al terreno donde más a gusto se ha sentido en todo el año: la Liga, esa misma competición en la que FernandoTorres sólo ha marcado un gol en “quince partidos”, como se encargó de remarcar el Cholo en rueda de prensa.

Ha competido en quince partidos de Liga, aunque los minutos los sabrán ustedes mejor, pero ha estado en quince”, dijo Simeone cuando se le preguntó si la sequía de Torres se debía a su falta de espacio en el equipo. “Valoro el trabajo que está haciendo. Ha venido con mucho entusiasmo e ilusión. Hoy (por ayer) hizo un buen partido y el gol va a llegar con trabajo, con esfuerzo y con la dedicación que él le pone. Espero que de aquí al final pueda llegar al gol, porque él vive de eso y nosotros lo necesitamos”.

En realidad, por ahora el Atleti ha vivido más o menos bien sin los goles de Torres. Ha estado unos tres meses en el Milan y mientras el Atleti estaba arriba y vivo en las tres competiciones. Fichó y marcó tres goles en pocos partidos, aunque para su desgracia no sirvieron para nada. Y luego no tuvo sitio en ninguna de las dos eliminatorias de Champions, en las que no fue titular en ninguno de los cuatro partidos. Sus goles habrían venido bien, claramente, pero si jugando lo que juega no es fácil marcar más, aunque haya participado en quince partidos.

Porque son quince, sí, pero el de este sábado fue el segundo que completó de principio a fin. Y en total desde que está en el Atlético sólo ha jugado otro partido entero, el del 2-3 del Barça en Copa en el Calderón. Cuando Mandzukic estaba tocado, Simeone siguió estirando la participación del croata, incluso contra el Madrid, donde se le vio sin la misma chispa de otros encuentros. Y aun así, Torres jugó seis minutos de esos 178 en los que compitió el equipo contra el Madrid. Aun así, aunque él fuese al Atleti para jugar, para hacer mucho más de lo que estaba haciendo en el Chelsea primero y en el Milan después, un gol en 688 minutos da la razón al Cholo.

Es justo lo contrario a lo que le pasa a Griezmann. Torres tuvo varias opciones para superar a Tytoń, pero no pudo. Griezmann tuvo dos y las enchufó. Es la demostración de lo que es un ‘estado de gracia’. El francés lleva una temporada de ensueño en el Atlético, la mejor de su carrera con diferencia y lo más importante es que su buena forma coincide con el momento clave de la temporada. “Ha empezado a marcar casi a partir de diciembre y esto tiene un valor añadido a su trabajo”, recordó el Cholo. De los 22 goles de Griezmann, 3 fueron antes del último mes de 2014. Esa capacidad letal fue lo que quitó Simeone en el Bernabéu los últimos 25 minutos más el descuento.

No existe mejor forma para un futbolista que hablar sobre el césped. Da igual todo lo que se diga fuera de él, ante las cámaras, micrófonos o grabadoras de los compañeros de los medios de comunicación, incluso también queda en nada lo que se puedan decir jugador y técnico. Lo único que importa es lo que se haga cuando se salte al terreno de juego, a partir de ahí, el resto es indiferente. Sin duda alguna, cuando Griezmann enfiló el banquillo del Bernabéu en el minuto 65 tenía que estar carcomiéndose por dentro, pero decidió callar, no decir eso de ‘esta boca es mía’ y esperar a jugar de nuevo: fue entonces cuando dejó claro que la idea de Simeone fue, cuanto menos, extraña.

Diego Simeone
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