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El nuevo método triunfal del Atleti: marcar pronto y vivir de las rentas
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sentenció a la real sociedad en 9 minutos

El nuevo método triunfal del Atleti: marcar pronto y vivir de las rentas

Tal cual le ha ganado a la Real Sociedad (2-0). Sin más esfuerzo que el necesario, no hay que pasarse. Ni siquiera intentar sentenciar. No le hace falta. Dos goles en 9 minutos, y a vivir

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Estamos llegando a la fase clave de la temporada, esa en la que las piernas pesan toneladas. Curioso que la sensación de pesadez sea la misma que cuando se llevan un par de entrenamientos en pretemporada. Pero es así. Y un equipo que ha jugado prácticamente todos los partidos oficiales de la temporada, como el Atlético, debería notar la acumulación de minutos y de kilómetros, y así pasó durante el mes de febrero, en el que más sufrieron. Pero el Cholo ha encontrado una solución, voluntaria o no: marcar pronto y vivir de las rentas, como un conde. Tal cual le ha ganado a la Real Sociedad (2-0). Sin más esfuerzo que el necesario, no hay que pasarse. Ni siquiera intentar sentenciar. No le hace falta.

Pero para que esa ley del mínimo esfuerzo funcione, tiene que existir la ineludible colaboración del contrario, del rival. El Almería, el Getafe, el Córdoba… y ahora la Real Sociedad participaron del sistema atlético de marcar y sestear. De todos estos cuatro adversarios, probablemente el que tiene la mejor plantilla sea la Real Sociedad, de largo. Y ni así pudo plantar un poquito de cara en el Calderón. Ni rastro del equipo que le metió cuatro al campeón de Liga en Anoeta en la primera vuelta. Ni juego colectivo, ni balón parado, pero sobre todo, ni defensa ni delantero.

David Moyes tuvo uno de esos llamados ataques de entrenador en el Manzanares. Rara vez esas cosas funcionan. Cuando lo hacen, se les llama héroes a los técnicos; cuando no, de todo menos bonitos. El de este martes es de la segunda clase. Fue triste ver cómo decidió jugarle al Atleti sin un 9, dejando a los dos que tiene en el banquillo. Esa idea supone que juegue al toque, con el balón al ras, pero tampoco, porque dejó también en el banco al segundo que mejor mueve la pelota de su equipo, Granero, después de Pardo, claro. Y le funcionó muy mal, tremendamente mal.

Porque a los dos minutos de partido ya iba perdiendo y tenía que jugar los otros 88 minutos contra el equipo que mejor defiende el ataque posicional del planeta. Porque a los nueve ya perdía 2-0 y la capacidad de reacción era nula, lo cual también lo pensaron los propios jugadores, que tampoco se crecieron en busca de una machada histórica, en absoluto. El balón lo movía Pardo para que participaran los delanteros Canales y Castro, acababa en las bandas centrado por Prieto o Zurutuza, y su destino era siempre que Giménez o Miranda lo sacasen con una calma inusitada. Oblak sacó un disparo y muy poco más.

Y el extrañísimo plan se le fastidió tan temprano porque a sus defensas no les gustó eso de jugar a las ocho de la tarde, o algo similar. Salieron con la pájara, todavía con el cerebro en el vestuario y las piernas en Donostia. No imaginaba Moyes que iba a lamentar tanto las tarjetas en la Rosaleda a Íñigo Martínez y Ansotegi, porque Mikel González y Elustondo se las vieron tiesas para empezar el partido. Mikel se marcó un gol en el segundo centro de Koke en el partido. El primero había acabado en el palo. Y después, ni Mikel ni Elustondo fueron lo suficientemente rápidos para evitar que su amigo Griezmann llegara antes que ellos a un mal blocaje de Rulli. Un desastre inicial que no encontró solución.

Torres volvió a jugar una hora y su presencia en el juego colectivo fue tan escasa como la existencia de éste. No tuvo ocasión ni de tener una oportunidad, pero sí que el segundo tanto es, en parte, gracias a él. Presionó la salida de balón de los centrales y originó la pérdida que acabó con un tiro no demasiado bueno de Koke que Rulli atajó peor. A partir de entonces, nada más. Más o menos lo mismo que su recambio en el minuto 60, Raúl Jiménez. El chaval es todo pundonor, pero qué pocas cosas le salen bien.

En la reanudación fue pasando el tiempo con el público más pendiente de cantarle a Oblak, sobre todo, y al resto de jugadores, y de estar atento cuando entrase Granero para dedicarle la pitada de la noche. Lo extraño es que el Cholo Simeone, precavido como pocos, no se atrevió a hacer los otros dos cambios hasta el minuto 85. No dejó descansar a Arda y Griezmann más de cinco minutitos… y se vienen cosas grandes, como un brutal derbi de cuartos de final de la Champions League contra el Real Madrid.

Ficha técnica:

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Gámez, Giménez, Miranda, Siqueira; Arda (Saúl Ñíguez, m. 86), Mario, Tiago, Koke; Griezmann (Gabi, m. 90) y Fernando Torres (Raúl Jiménez, m. 61).

0 - Real Sociedad: Rulli; Zaldua, Mikel González, Elustondo, Yuri; Bergara, Pardo; Zurutuza (Fingobasson, m. 74), Canales (Agirretxe, m. 74), Xabi Prieto; y Chory Castro (Granero, m. 81).

Goles: 1-0, m. 2: Mikel González, en propia puerta al intentar despejar un saque de esquina de Koke. 2-0, m. 10: Griezmann aprovecha un rechace de Rulli a disparo de Koke.

Árbitro: Undiano Mallenco (C. Navarro). Amonestó al local Arda Turan (m. 83).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 45.000 espectadores. El equipo benjamín del Atlético de Madrid ofreció a la afición el título de la Iscar Cup, conseguido la pasada semana.

Estamos llegando a la fase clave de la temporada, esa en la que las piernas pesan toneladas. Curioso que la sensación de pesadez sea la misma que cuando se llevan un par de entrenamientos en pretemporada. Pero es así. Y un equipo que ha jugado prácticamente todos los partidos oficiales de la temporada, como el Atlético, debería notar la acumulación de minutos y de kilómetros, y así pasó durante el mes de febrero, en el que más sufrieron. Pero el Cholo ha encontrado una solución, voluntaria o no: marcar pronto y vivir de las rentas, como un conde. Tal cual le ha ganado a la Real Sociedad (2-0). Sin más esfuerzo que el necesario, no hay que pasarse. Ni siquiera intentar sentenciar. No le hace falta.

Antoine Griezmann Diego Simeone
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