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Un Real Madrid con muchas dudas visita a un Athletic de resaca literal
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modric no estará en san mamés

Un Real Madrid con muchas dudas visita a un Athletic de resaca literal

Los jugadores del Athletic celebraron su clasificación para la final de Copa en una discoteca de Barcelona hasta las 5 de la madrugada. El Madrid sigue sin despejar su pájara invernal

Foto: Los jugadores del Athletic Club celebran en Cornellà-El Prat su clasificación para la final de Copa (Reuters).
Los jugadores del Athletic Club celebran en Cornellà-El Prat su clasificación para la final de Copa (Reuters).

Por una norma general no escrita, más bien originada en la costumbre periodística, siempre se ha referido al día después de una victoria importante como la resaca del triunfo. Es natural que una vez se ha alcanzado un objetivo, algo que se quería con intensidad, la atención disminuya, las defensas bajen, en definitiva, la adrenalina desaparezca y por tanto el cuerpo sufra un bajón natural. La euforia y la excitación mantienen en pie a una persona muy cansada, y cuando se le pasa, acaba aún más hecho polvo. El Athletic Club está de resaca. Ganó al Espanyol 0-2 en el Power8 Stadium y se clasificó para la final de la Copa del Rey. No es para menos, la resaca era inevitable.

¿Pero era una resaca de las que estamos hablando? No, es una resaca en el sentido más literal posible. La plantilla del Athletic estaba bastante cansada el jueves por la mañana, cuando volvieron a Bilbao para encarar uno de los dos entrenamientos previos a recibir al Real Madrid (18:00, Canal+ Liga y GolT). Pero no era sólo por haberse vaciado en Cornellà-El Prat, eso en parte también influía. Era porque una vez acabó el encuentro, los jugadores se marcharon a cenar y de ahí, directos a la discoteca Sutton Club, cerca de la Avenida Diagonal de Barcelona, y no salieron de allí hasta que no acabó la sesión a las cinco de la mañana. Básicamente, los rojiblancos cerraron la discoteca.

En esas condiciones va a recibir el Athletic al Madrid. Un poco tocados físicamente tanto del esfuerzo en la Copa como del esfuerzo con las copas. Sin embargo, ajenos a tanta festividad y jolgorio barcelonés, los jugadores fueron recibidos en Lezama con un cariño muy significativo de la afición, orgullosa de sus futbolistas que les han devuelto a su cuarta final en seis años, algo único para un club poco acostumbrado a estar por esas fases, al menos en las últimas décadas.

Y más teniendo en cuenta que las expectativas para esta temporada no eran especialmente altas, en absoluto. Y menos después de un inicio muy irregular en la Liga, la temprana eliminación en la Champions League y la posterior en la Europa League. Se presentaba un final de curso bastante triste, desapacible para Ernesto Valverde y todos los jugadores, por no hablar de que las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina.

El Athletic fue a jugar contra el Espanyol sin grandes expectativas, como víctima tras una mínima desventaja en San Mamés con el 1-1 de la ida. Pero el coraje de los rojiblancos les permitió dejar la eliminatoria sentenciada incluso antes del descanso. Del fracaso al éxito en un pequeño paso. El premio no es ya sólo la final, sino la posible clasificación para la Europa League si gana el título. Eso sí, tiene el castigo de jugar tres días después, sin apenas descanso de por medio. El Madrid llega tras una semana de descanso, en cambio. “Nos viene un poco apretado tras la semifinal”, dijo Valverde.

No se acaban las dudas blancas

El Real Madrid aterriza en Bilbao ante este panorama, en lo que, si nos atenemos a lo escrito previamente, debería ser un paseo militar. El Athletic estará cansado física y psicológicamente, si bien la cabeza ya dejará de darle vueltas. Pero tampoco es que esté especialmente bien el Madrid. Ni mucho menos. Parecía que se recuperaba de su pájara invernal en Gelsenkirchen y Elche, pero el empate contra el Villarreal ha vuelto a hacer saltar las alarmas en el Bernabéu. El Barça está otra vez a dos puntos, dos puntos de nada. Eso sí, volver a jugar antes que los azulgranas evita tensiones innecesarias.

No es Ancelotti un hombre que se cabree fácilmente, o al menos no lo expresa en público, y tiene pinta que ni en privado. “Todos los años desde que empecé, cuando habían problemas, me preguntaban eso. La mano floja me ha permitido ganar tres Champions”, dijo en la rueda de prensa previa al partido. Le faltó confirmar si habrá morbo desde el primer minuto o no con Illarramendi, que estuvo muy cerca del Athletic en enero. Jugará uno entre él, Khedira y Lucas Silva, vamos, los que pueden jugar, porque Modric al final no está en la lista, esperando a reaparecer contra el Schalke en Champions.

Alineaciones probables:

Athletic Club: Iraizoz; De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga; Gurpegui, Rico; Iraola, Muniain, Williams; y Aduriz.

Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Varane, Marcelo; Lucas Silva, Kroos, Isco; Bale, Benzema y Cristiano.

Árbitro: Undiano Mallenco (Comité Navarro).

Estadio: San Mamés.

Hora: 18:00.

Por una norma general no escrita, más bien originada en la costumbre periodística, siempre se ha referido al día después de una victoria importante como la resaca del triunfo. Es natural que una vez se ha alcanzado un objetivo, algo que se quería con intensidad, la atención disminuya, las defensas bajen, en definitiva, la adrenalina desaparezca y por tanto el cuerpo sufra un bajón natural. La euforia y la excitación mantienen en pie a una persona muy cansada, y cuando se le pasa, acaba aún más hecho polvo. El Athletic Club está de resaca. Ganó al Espanyol 0-2 en el Power8 Stadium y se clasificó para la final de la Copa del Rey. No es para menos, la resaca era inevitable.

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