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Un excelso Málaga da la razón a Luis Enrique: nada parece haber cambiado tras Anoeta
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EL BARCELONA, DESQUICIADO, HINCA LA RODILLA

Un excelso Málaga da la razón a Luis Enrique: nada parece haber cambiado tras Anoeta

Javi Gracia pintó la cara a Luis Enrique. Lo hizo con un perfecto estudio de su rival y un juego excelso que acabaron con 30 años sin una victoria frente al Barcelona. Vuelven los fantasmas del pasado (0-1)

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Oportunidad de oro; eso era lo que tenía el Barcelona hasta las 16:07. De haber logrado una victoria frente al Málaga, este sábado habría dormido como líder de la Liga metiendo presión al Real Madrid. Naufragio; era la sensación que vivía el conjunto azulgrana poco antes de las seis de la tarde. Luis Enrique decidió salir con casi todo, sólo dejó a Mascherano y a Rakitic en el banquillo, porque la ocasión lo pedía. Y Javi Gracia le pintó la cara… tanto en La Rosaleda (0-0) como en el Camp Nou (0-1, Juanmi). Lo hizo con un perfecto estudio de su rival y un juego excelso que acabaron con 30 años sin una victoria malagueña frente al Barcelona. El conjunto andaluz da un paso más en sus aspiraciones europeas y los azulgranas encaran el partido contra el City trayendo de vuelta los fantasmas del pasado. Al final, Luis Enrique tenía razón: nada parece haber cambiado tras Anoeta.

La banca tardó casi siete minutos en saltar. Fue en ese momento cuando varios factores se unieron: el garrafal error de Alves, la falta de entendimiento con Claudio Bravo y el buen hacer de Juanmi. ¿El resultado? El primer y único tanto del Málaga. Kameni sacó en largo y el defensa brasileño hizo un autopase cuyo destinatario era el malagueño. Éste, con la soledad como única acompañante, no tuvo problemas para batir al guardameta azulgrana. El escenario había cambiado para el Barcelona, debía remontar y apretó para enmendar el fallo de Dani Alves como si éste no figurase en el electrónico. El problema es que esas ganas duraron media hora. A partir del minuto 30, los hombres de Luis Enrique se olvidaron de cómo controlar el choque y se fueron del partido.

Si el gol fue más demérito de los azulgranas que mérito de los malagueños, en términos de juego las tornas cambiaron. Javi Gracia presentó un equipo que defendía con mucho orden, cerraba muy bien abajo evitando situaciones de peligro ante Kameni y derrochaba empuje y arrojo. Aguantó con inteligencia e intensidad el chaparrón inicial de un Barcelona cargado de fuerza y confianza. Cualidades que se diluyeron poco a poco. Los azulgranas no lograban crear la última conexión: en la primera parte sus mejores ocasiones llegaron a balón parado o con balones laterales, las jugadas directas brillaban por su ausencia. El murmullo del Camp Nou era más intenso a media que su equipo se rompía y se desquiciaba.

Todo el mérito era de un Málaga que jugaba muy bien con los espacios y sabía las líneas por las que debía meterse. El juego andaluz era de dulce y daba la receta perfecta para jugar y ganar al Barcelona: defender bien, no perder la posición, cerrar el centro del campo e, incluso, permitirse el lujo de ceder en las bandas, algo que el Barcelona no supo aprovechar. El Málaga había aceptado la invitación azulgrana en el intercambio de golpes y el KO llevaba firma andaluza. Tras el paso por vestuarios, sin cambios en ambos equipos, pareció que los de Luis Enrique se pusieron las pilas. Sólo lo pareció.

Una vez más, el Barcelona demostró que una abrumadora posesión no es garantía de buen juego y, mucho menos, de triunfo. El conjunto azulgrana había perdido la velocidad de crucero y jugaba sin continuidad alguna. Las costuras dele quipo eran más evidentes ante la desaparición de Messi, Luis Suárez y Neymar… aunque lo cierto es que ningún futbolista culé había aparecido. Ni Iniesta que terminó de ver el partido en el banquillo igual que Alves, ambos dejaron sus sitios a Pedro y Mascherano. Una defensa de tres, soluciones de emergencia. El partido se rompió, el centro del campo desapareció y la pelota iba de portería a portería. La sensación era que el 0-2 estaba mucho más cerca que el 1-1.

Y la razón para explicar esta impresión era la excelente labor del Málaga. Se notaba el exhaustivo estudio que Javi Gracia había hecho de su rival: el sistema y los automatismos del conjunto andaluz eran perfectos. El Málaga estaba cómodo y mucho más metido en el partido que un Barcelona al que no le salía nada y cuando lo intentaba caía en fuera de juego constantemente. Hasta eso lo bordaban los malagueños que apenas cometían errores y hasta obligaban a su rival a correr detrás del balón… entre los pitos y pañuelos de la grada. La impotencia se apoderó de un Barcelona que atacaba sin plan en mitad de un desbarajuste técnico que no encontró solución alguna ante el mejor equipo que ha pasado por el Camp Nou esta temporada. De lejos.

Ficha técnica:

FC Barcelona: Bravo, Dani Alves (Mascherano, min.73), Piqué, Mathieu, Jordi Alba; Sergio Busquets, Rafinha (Rakitic, min.63), Iniesta (Pedro, min.68); Messi, Luis Suárez y Neymar.

Málaga CF: Kameni; Rosales, Angeleri, Weligton, Miguel Torres; Recio, Darder; Samuel (Boka, min.84), Horta (Duda, min.79), Castillejo y Juanmi (Juampi, min.50).

Goles: 0-1: Juanmi, min.7.

Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Rafinha (min.12), Weligton (min.49), Recio (min.62), Piqué (min.79), Neymar (min.87), Jordi Alba (min.90+1) y Duda (min.90+1).

Incidencias: Partido de la vigésimo cuarta jornada de la Liga BBVA disputado en el Camp Nou ante 78.276 espectadores.

Oportunidad de oro; eso era lo que tenía el Barcelona hasta las 16:07. De haber logrado una victoria frente al Málaga, este sábado habría dormido como líder de la Liga metiendo presión al Real Madrid. Naufragio; era la sensación que vivía el conjunto azulgrana poco antes de las seis de la tarde. Luis Enrique decidió salir con casi todo, sólo dejó a Mascherano y a Rakitic en el banquillo, porque la ocasión lo pedía. Y Javi Gracia le pintó la cara… tanto en La Rosaleda (0-0) como en el Camp Nou (0-1, Juanmi). Lo hizo con un perfecto estudio de su rival y un juego excelso que acabaron con 30 años sin una victoria malagueña frente al Barcelona. El conjunto andaluz da un paso más en sus aspiraciones europeas y los azulgranas encaran el partido contra el City trayendo de vuelta los fantasmas del pasado. Al final, Luis Enrique tenía razón: nada parece haber cambiado tras Anoeta.

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