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La histórica machada del Valencia de Benítez, el clavo ardiente al que se agarra el Atlético
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8 puntos por debajo del madrid en la jornada 26

La histórica machada del Valencia de Benítez, el clavo ardiente al que se agarra el Atlético

Lo rojiblancos están a siete puntos del liderato, pero aquel equipo se encontraba a ocho del líder, el Madrid de Queiroz, en la jornada 26... y en la 32 era primero. Hizo doblete con la Copa de la UEFA

Foto: El Valencia de la 2003-04 fue campeón de Liga y de la Copa de la UEFA (ValenciaCF.com).
El Valencia de la 2003-04 fue campeón de Liga y de la Copa de la UEFA (ValenciaCF.com).

La vertiente más conservadora del Atlético de Madrid es aquella a la que siendo profundamente interrogada por lo que le haría feliz a final de temporada se contenta con decir “el tercer puesto”. Ser tercero se ha convertido en un dogma que se extiende desde el Manzanares hasta el rincón más oscuro del corazón de cualquier rojiblanco. Ni siquiera ganar la Liga el año pasado permite a ese amplio grupo de personas tener al menos la ilusión de repetir. “Hay que ser realistas”, dicen. “Tienen el triple de presupuesto”, y alguna que otra razón vacía más. Pero el fútbol no se basa en conformismos, como demuestra la historia misma del balompié.

No hay que irse demasiado lejos para apreciar que de inconformistas está el fútbol lleno. Cojamos la máquina del tiempo, el Delorean si os consideráis nostálgicos, y programemos detenernos en la primavera del 2004. Cuando España todavía estaba llorando a las víctimas de Atocha y los seguidores de Friends lloraban la reconciliación de Ross y Rachel y el final de la serie, el Valencia era una potencia en España y en Europa. Pero por algún motivo desconocido, no infligía en sus adversarios el mismo miedo que logró inspirar aquel que creó Héctor Cúper a final de siglo. El Madrid de los Galácticos era el que iba a ganar todo, o eso se presuponía.

placeholder Morientes remata para marcarle al Real Madrid en Mónaco (Imago).
Morientes remata para marcarle al Real Madrid en Mónaco (Imago).

Un poco antes de ello, el 29 de febrero, lo cierto es que no había mucho color en Liga. Bueno, uno, el blanco. En la jornada 26, a sólo doce del final, el Real Madrid remontaba al Celta de Vigo en el Bernabéu (4-2) y aprovechaba la derrota del Valencia en Montjuïc por 2-1 y se alejaba a ocho puntos que ya parecían casi definitivos en la lucha por el título. Pero esa victoria blanca no fue más que el inicio de la gran caída de Queiroz y Beckham. Dos empates bajaron la moral merengue y acercaron peligrosamente al Valencia de Rafa Benítez. Y de repente, Luciano Galletti dio la Copa al Real Zaragoza y todo lo que parecía hecho para el Madrid no sólo se perdió, sino que acabó transformando aquella temporada en una de las más odiadas por los madridistas.

La autodestrucción a la que se sometió el Madrid ocasionó que en apenas seis jornadas, es decir, en la 32ª, el Valencia le recortara diez puntos a los Galácticos y, por tanto, se pusiera líder con dos puntos de ventaja. Esa posición de privilegio ya no la perdería de ahí al final. El Real Madrid sería eliminado por el Mónaco en la Champions League (desperdiciando un 4-2 de la ida) y perdería los últimos cinco partidos de Liga (incluso contra el Real Murcia, descendido varias jornadas antes) siendo ésta la peor racha de derrotas de la historia del Madrid; y el Valencia, en cambio, acabaría montando una fiesta en Mestalla para celebrar el doblete de Liga y Copa de la UEFA.

placeholder El Cholo tiene ante sí el reto de hacer creer a su plantilla que remontar en Liga es posible (EFE).
El Cholo tiene ante sí el reto de hacer creer a su plantilla que remontar en Liga es posible (EFE).

Cierto es que los matices de aquella histórica remontada del Valencia con la que tendría que hacer el Atlético de Madrid en la actualidad no son en absoluto los mismos. De hecho, un factor diferencial muy a tener en cuenta es que aquélla fue una Liga de dos, pero ahora también está metido de por medio el mejor Barça de la temporada. Como dijo en este periódico Dani Aranzubía, “nunca Real Madrid y Barcelona han sido tan superiores a los rivales como ahora”. Pero si una vez el Atleti pudo con ellos, nunca será descartable que lo pueda repetir de nuevo.

El Real Madrid, no nos engañemos, no es el mismo que a finales de 2014. La precisión suiza con la que ganaba sus partidos se perdió en un agujero negro y aunque poco a poco la va recuperando, no resulta ni de lejos el mismo equipo fiable y avasallador que logró el récord de 22 victorias seguidas. Y aunque no deja de ser cierto que el Barcelona se encuentra en un estado de forma sensacional, las probabilidades de que al más mínimo error vuelvan a surgir las dudas de los primeros meses son altísimas. La tensión en el vestuario es alta. Mientras los resultados acompañen, no se notará, pero sólo hace falta una chispa para prender una hoguera.

La vertiente más conservadora del Atlético de Madrid es aquella a la que siendo profundamente interrogada por lo que le haría feliz a final de temporada se contenta con decir “el tercer puesto”. Ser tercero se ha convertido en un dogma que se extiende desde el Manzanares hasta el rincón más oscuro del corazón de cualquier rojiblanco. Ni siquiera ganar la Liga el año pasado permite a ese amplio grupo de personas tener al menos la ilusión de repetir. “Hay que ser realistas”, dicen. “Tienen el triple de presupuesto”, y alguna que otra razón vacía más. Pero el fútbol no se basa en conformismos, como demuestra la historia misma del balompié.

Valencia CF Diego Simeone
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