Messi golea 12-3 a Cristiano desde que el portugués le retó en la gala del Balón de Oro

Retar a Leo Messi no parece una buena idea. No hay nada que motive más a un deportista que una meta, un objetivo. Y Cristiano Ronaldo cometió el error el pasado 12 de enero en la gala del Balón de Oro de retar al argentino delante de todo el mundo. Le dijo el portugués que iba a por él y, desde entonces, los números cantan: Messi ha conseguido 12 goles y Cristiano tres.

El argentino volvió a firmar un sensacional partido -el 300 en Liga desde que debutó- con un triplete, el trigésimo primero de su carrera. Desde el 16 de octubre del 2004 en el que se enfundó por primera vez la zamarra azulgrana con Rijkaard en el banquillo, ha marcado nada menos que 269 goles. Una barbaridad se mire por donde se mire. Las estadísticas resultan a veces frías, pero dan medida no solo de la brillantez, sino de la enorme regularidad de un jugador único en los últimos once años. Así que no, no parece que a Cristiano Ronaldo se le ocurriera la mejor idea del mundo cuando le lanzó el guante a Messi en Zúrich con la excusa del Balón de Oro.

El reto fue el 12 de enero y el madridista, mirando al argentino, le dijo que pensaba igualarle y superarle en galardones -Cristiano lleva tres balones de oro y Messi cuatro-. El entorno del azulgrana ya avisó que no le había sentado nada bien. Los futbolistas van por rachas, pero curiosamente, Messi no para desde entonces. Al siguiente partido tras la gala en Suiza, marcó un triplete frente al Deportivo. Después, un gol al Atlético en la ida de la Copa, dos al Elche, tres al Villarreal -uno en Liga y dos en Copa- y otros tres al Levante. De hecho, el único encuentro en el que Messi no ha marcado fue en la vuelta del partido de Copa frente al Atleti en el Calderón.

Cristiano, en cambio, es la otra cara de la moneda. Marcó uno frente al Atlético en Copa en el empate a dos en el Bernabéu que no le sirvió al Madrid para seguir adelante en la competición y siguió con un doblete ante el Getafe en Liga. Y después... Nada. En Córdoba fue expulsado y se marchó del campo dándole brillo al escudo, no disputó por sanción los dos partidos siguientes ante la Real Sociedad y el Sevilla y reapareció en la debacle ante el Atlético con pena y sin gloria. El pasado sábado ante el Deportivo tampoco mejoró. Ni logró marcar, ni dio señales que inviten al optimismo.

Doce goles de Messi frente a tres de Cristiano Ronaldo después de la gala del Balón de Oro: esos son los números. Y, más allá de ellos, la sensación de que el argentino está a otro nivel y el portugués anda perdido entre molestias en su rodilla y ruido. Continuará...