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Luis Enrique por fin consigue parecerse en algo a Guardiola: en la racha de 11 victorias
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hat-trick de messi, que ya suma 25 goles

Luis Enrique por fin consigue parecerse en algo a Guardiola: en la racha de 11 victorias

Tres goles del delantero argentino (que ya suma 26 en Liga), uno de Neymar y otro de Luis Suárez para que el Barcelona sume su 12ª victoria consecutiva

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Messi y Neymar se entienden, se buscan, en definitiva, se quieren. Al Levante le han destrozado ellos (5-0), nadie más. No ese "mejor juego posicional del mundo", como decía Luis Enrique. Ellos dos rompieron al Levante a los 17 minutos y luego el de siempre, el que lo hace todo y lo hace todo bien, acabó por hacer que el buen partido granota parezca según el marcador un tristísimo día. Y lo cierto es que no fue un mal encuentro de los de Alcaraz. Jugaron a lo único que podían jugar, esto es, a la defensiva y a la contra. Y durante largos tramos del partido lo hicieron casi perfecto. Para que ese casi desapareciese, el Levante habría necesitado que alguno de los contragolpes y los balones parados que lanzaron sobre Bravo hubiese funcionado… y que no hubiesen regalado el segundo gol.

En realidad, y aunque suene cruel decirlo, lo único que le sobró al Levante fue Kalu Uche. El nigeriano no apareció cuando el Levante se desplegaba sobre campo culé, su presión al portador del balón contrario no fue lo suficientemente intensa y él fue el responsable del segundo gol. Ponerse a regatear a pocos metros de la frontal del área propia es inconsciente, sobre todo con un rival agolpado sobre tu portería y cuyos centrales se encuentran a tu misma altura. Bartra estuvo espabilado y le robó la pelota a Uche. Fíjense si estaba agobiado el Levante que lo siguiente que hizo Bartra al recuperar la pelota fue asistir a Messi. Ahí acabó cualquier resistencia.

Luis Suárez llegaba a su estadio serio. No era una seriedad provocada por la concentración ante una situación importante que estuviese por llegar. Era porque sabía que esa tarde en el Camp Nou él no iba a jugar. Al menos, no desde el primer minuto del partido. A él lo que le gusta es oler la humedad del césped recién cortado y regado, le gusta pelearse con los centrales contrarios y le gusta estar en el campo cuando su equipo gana, y si puede ser gracias a él, mejor. Es ganador, es competidor y difícilmente le gustará que el sacrificado por Pedro cuando a Luis Enrique le da por rotar el tridente ofensivo. Pero claro, quitar a los otros roza la herejía.

Al final, en esto del fútbol lo que cuentan son los goles, y Messi y Neymar son un seguro de ello. Suárez lo es, o lo era en el Ajax, en el Liverpool y en Uruguay, pero por ahora en el Barça no está ni cerca de serlo. Entró y marcó, y además un golazo de esos que aparecerán en los highlights de la Liga al final de la temporada. Y fue el segundo gol consecutivo del charrúa en Liga, la primera vez que lo logra como jugador azulgrana. Pero hasta que no lo haga en una tercera jornada seguida, en tres o cuatro partidos seguidos, Suárez seguirá siendo el tercero de arriba.

Decía Luis Enriqueque cuenta con el mejor ataque posicional del mundo, una afirmación más que discutible y que tendrá sus votos a favor y sus votos en contra. "Lo importante es que tengamos muchas posibilidades de hacer daño al rival. El hecho de tener diferentes opciones y poder hacer daño al rival nos beneficia claramente", dijo Lucho en la rueda de prensa, en referencia a que saben jugar al juego de posición, pero que no renuncian al contragolpe. Pero la realidad es que no juegan bien al juego de posición. Sin embargo, hoy en día, hay sólo dos equipos que pudiesen desplegar un juego de posición igual o superior al del Barcelona, que son la Juventus y el Bayern –la superioridad técnica del PSG sobre sus rivales también permitiría añadirles a la lista, aunque su frescura en la acometida del juego no es la idónea para considerarla entre las mejores-. Y como opinión personal, el juego del Bayern es incomparable.

Guardiola hizo entender a sus jugadores del Bayern los conceptos del juego posicional casi igual de bien que los captaron los Xavi, Iniesta, Messi y compañía en su tiempo en el Barça. Los movimientos en ataque del Bayern son ágiles, rápidos e inteligentes, pero sobre todo son maliciosos. Toda decisión que se toma es hacia la consecución del gol. La ortodoxia de la posición es ya un dogma asimilado. En el Barça, en cambio, el juego posicional no ha vuelto a ser lo que fue. Los retazos de un recuerdo que se va borrando aún dejan resultados maravillosos, como el de este domingo contra el Levante, pero se advierten síntomas de decadencia que, sin embargo, esta vez se disimularon.

No hay idea más básica de este estilo que la acumulación de juego por un costado para acabar la jugada en el contrario. Y eso el Barça sí lo hizo de maravilla. La participación de Montoya y sobre todo de Adriano en el juego asociativo fue indispensable. Aparecían por sorpresa por la banda, y si no eran ellos, era Pedro, que estuvo soberbio, como cuando asistió a Messi en el segundo gol del argentino. Pero hasta que el Levante no bajó el pistón con el 2-0 y ya su defensa se convirtió en un festín, el Barça no sabía qué hacer más que depender del de siempre. Luego la historia fue bastante distinta. Messi se quedó a dos goles de Cristiano y Luis Enrique por fin consiguió parecerse en algo a Guardiola: en la racha de once victorias.

Ficha técnica

5 - FC Barcelona: Bravo; Montoya, Bartra, Mascherano, Adriano; Busquets, Rakitic (Sergi Roberto, min.72), Xavi; Pedro, Messi y Neymar (Luis Suárez, min.67).

0 - Levante: Mariño; Iván López (Jason, min.71), David Navarro, Ramis, Toño; Xumetra, Diop (José Mari, min.78), Simao, Morales; Barral y Uche (Casadesús, min.72)

Goles: 1-0, min.17: Neymar. 2-0, min. 38: Messi. 3-0, min.59: Messi. 4-0, min. 65: Messi, de penalti. 5-0, min.74: Suárez.

Árbitro: Melero López (Comité Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Ramis (min.65), Barral (min.68) y a Busquets (min.77).

Incidencias: Partido de la vigésimo tercera jornada de Liga, disputado en el Camp Nou ante 74.963 espectadores.

Messi y Neymar se entienden, se buscan, en definitiva, se quieren. Al Levante le han destrozado ellos (5-0), nadie más. No ese "mejor juego posicional del mundo", como decía Luis Enrique. Ellos dos rompieron al Levante a los 17 minutos y luego el de siempre, el que lo hace todo y lo hace todo bien, acabó por hacer que el buen partido granota parezca según el marcador un tristísimo día. Y lo cierto es que no fue un mal encuentro de los de Alcaraz. Jugaron a lo único que podían jugar, esto es, a la defensiva y a la contra. Y durante largos tramos del partido lo hicieron casi perfecto. Para que ese casi desapareciese, el Levante habría necesitado que alguno de los contragolpes y los balones parados que lanzaron sobre Bravo hubiese funcionado… y que no hubiesen regalado el segundo gol.

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