Iker vuelve a escuchar silbidos, Cristiano no se libra y el Bernabéu señala a Ancelotti
La guerra entre los defensores y detractores del portero se recrudeció. El nombre del italiano, cuando sonó por megafonía, fue silbado por buena parte de la afición
Ambiente raro en el Santiago Bernabéu. No han sido días sencillos para el Real Madrid. La humillante derrota sufrida en el Vicente Calderón y el fiestón de cumpleaños de Cristiano Ronaldo, con vídeos recorriendo todos los rincones del planeta, dejaron a Carlo Ancelotti y sus jugadores en una complicada situación ante su regreso al Santiago Bernabéu. Los movimientos de cadera del portugués horas después de que el equipo hiciera el ridículo ante el Atlético de Madrid encendieron a la masa social madridista. Y, sobre todo, a un Florentino Pérez ndignado por la pésima imagen dada, tanto en el campo como fuera de él. Si Santiago Bernabéu levantara la cabeza… Al final, triunfo terapéutico ante el Deportivo, aunque la afición lanzó algunos mensajes.
Cuando los jugadores de Carlo Ancelotti saltaron a calentar, todavía había muchos huecos en las gradas y el personal que ya había entrado en el estadio apenas se manifestó. Y llegó el momento crítico. Cuando sonó el nombre de Cristiano por megafonía se mezclaron aplausos, los más, con algunos pitos. Los futbolistas que quedaron más marcados en este momento fueron Iker Casillas, sobre todo, un Bale bajo sospecha desde hace mucho tiempo y en menor medida Benzema. Pero el que se llevó el mayor números de silbidos fue Carlo Ancelotti, que fue abucheado por un amplio número de seguidores cuando el ‘speaker’ presentó al entrenador del Real Madrid. Cuando los once elegidos y el entrenador italiano ingresaron en el terreno de juego, la frialdad presidió dicho momento, aunque el perdón se impuso al castigo claramente.
Nada más comenzar el partido, el Bernabéu se expresó con claridad. Fue cuando el Deportivo dispuso de una triple ocasión entre el minuto 5 y el 6. Fue entonces cuando las muestras de desaprobación subieron de decibelios. Casillas salió airoso pues, en el primer remate metió las manos a tiempo para salvar a su equipo. Poco después, tras otro acercamiento del equipo de Víctor Fernández, desde la grada también se escucharon silbidos. El Real Madrid, como es norma casi habitual, no entró en el partido como era de esperar.
Con el paso de los minutos, tras los lanzamientos al larguero de Cristiano y Bale y el posterior gol de Isco, el personal se fue tranquilizando, pero un jugador pasó a tener protagonismo. La guerra entre los defensores y detractores de Casillas se volvió a recrudecer como en tiempos no tan lejanos. Cada vez que aparecía en escena, aunque fue para simplemente sacar de puerta, la silbatina correspondiente de un sector se sentía, siendo automáticamente contrarrestada por los aficionados que tiene a su favor el portero internacional del Real Madrid.
Una ‘delicatessen’ de Cristiano Ronaldo dentro del área del Deportivo ante Laure a escasos minutos de alcanzar el descanso encendieron las gradas del Santiago Bernabéu. El futbolista portugués pasó de puntillas durante el primer tiempo y sus apariciones no generaron mayores polémicas. La afición le dejó en paz en todo momento, sabedora de que en cualquier momento podía marcar un gol. Y llegó el descanso. Los jugadores se dirigieron a los vestuarios mientras el silencio se apoderaba de manera mayoritaria del estadio madridista.
Regresó al terreno de juego el Real Madrid con muy poca tensión, lo que alteró a su afición. Con una pasmosa desidia a la hora de defender, el Deportivo pudo empatar, pero un poste salvó al equipo de Ancelotti tras un remate de Celso Borges. Y a continuación, una gran intervención de Iker Casillas tras un buen cabezazo de Oriol Riera evitó el gol del equipo gallego. Murmullos de desaprobación volvían a inundar el ambiente en el Santiago Bernabéu. El equipo de Carlo Ancelotti estaba atascado y el personal mostraba un claro nerviosismo.
Y llegó el minuto 61. Fue cuando Cristiano Ronaldo escuchó silbidos de manera nítida. Unas manos de Manuel Pablo en el borde del área dieron paso al correspondiente libre directo. Y, como siempre, porque en este Real Madrid no hay otra alternativa a la hora de ejecutar este tipo de suerte -la otra es la de Bale y con el mismo método-, el portugués disparó en busca del segundo gol. Pasó que el balón se marchó muy alto y en ese instante las muestras de desaprobación hacia Cristiano se sintieron claramente.
Carlo Ancelotti, más inquieto y gesticulante que nunca, se movía nervioso en la banda, viendo cómo pasaban los minutos y su equipo era incapaz de cerrar el partido definitivamente. El técnico italiano dio entrada a Lucas Silva en el terreno de juego sacrificando a Illarramendi e instantes después Benzema marcaba el segundo gol para liquidar el partido. El Bernabéu se tranquilizó, jaleó a Isco cuando dejó su sitio a Carvajal y hasta dedicó aplausos al francés cuando hizo lo propio con Jesé. Cristiano Ronaldo, peleado con el gol, rozó uno a última hora, expulsando su rabia de manera inmediata. Aguantó en el campo hasta el final el luso, evitando de esta manera Ancelotti que en el Bernabéu se generara un referéndum en toda regla. Mejor así...
“Es normal que la afición haya silbado”, reconoció Ancelotti tras el partido, apuntando que “fue frustrante perder el derbi 4-0 para la afición y para nosotros. Todos lo hemos comprendido. Es fácil felicitar cuando las cosas salen bien, pero es más difícil apoyar al equipo cuando la situación es complicada”. Centrado en la figura de Iker, explicó que “escuchó silbidos al principio, pero después jugó muy bien y llegaron los aplausos”. Mientras, Arbeloa, al valorar la respuesta del Bernabéu con el capitán, manifestó que “siempre he dicho que los pitos son exigencia. Cuando nos pitan a unos, nos pitan a todos. El público es soberano. Significa que nos exigen a todos, no solo a Iker. Nos arropamos los unos a los otros porque somos una familia”.
Ambiente raro en el Santiago Bernabéu. No han sido días sencillos para el Real Madrid. La humillante derrota sufrida en el Vicente Calderón y el fiestón de cumpleaños de Cristiano Ronaldo, con vídeos recorriendo todos los rincones del planeta, dejaron a Carlo Ancelotti y sus jugadores en una complicada situación ante su regreso al Santiago Bernabéu. Los movimientos de cadera del portugués horas después de que el equipo hiciera el ridículo ante el Atlético de Madrid encendieron a la masa social madridista. Y, sobre todo, a un Florentino Pérez ndignado por la pésima imagen dada, tanto en el campo como fuera de él. Si Santiago Bernabéu levantara la cabeza… Al final, triunfo terapéutico ante el Deportivo, aunque la afición lanzó algunos mensajes.
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