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Cristiano llegará a la gala del Balón de Oro regalando goles, pero desquiciado
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un mes sin marcar con la pelota en juego

Cristiano llegará a la gala del Balón de Oro regalando goles, pero desquiciado

El portugués tendrá que aparecer en Zúrich sin haber marcado un gol con la pelota en movimiento desde hace un mes. El último lo hizo en Almería

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El Madrid finalizó su minicrisis ante el Espanyol. Era el momento perfecto para reconciliarse con la victoria, con la afición y con la escarapela de campeones del mundo. A partir de este triunfo, el equipo debe crecer sobre todo en autoconfianza para que la remontada contra el Atlético en Copa no suene a chino mandarín. De hecho, la reacción de la plantilla no pudo ser mejor: una vez ganó y ganó bien, saltó al campo para agradecer el apoyo de la grada. Todos contentos y para casa, que se viene el derbi. ¿Todos contentos? No, en absoluto. Cristiano Ronaldo se fue refunfuñando y con cierta razón.

Este sábado era el día también para que Cristiano se reencontrase consigo mismo, con ese jugador que opta como principal favorito al Balón de Oro que se entrega este lunes. La decisión sobre quién se llevará el trofeo individual más prestigioso está tomada desde hace semanas. Las votaciones se cerraron a finales de noviembre y el que tuviera más votos entonces será el ganador. Nada de lo que hayan hecho Messi, Neuer o el portugués servirá para cambiar lo hecho. Aunque el portero pare tres penaltis decisivos, no variará nada. Ni si Messi y CR7 anotan 27 goles entre los dos en un partido. Este año no ha habido ampliación posible.

Pero aun así, a Cristiano no le convence su rendimiento en el último tramo de la temporada. Para ser el último Bota de Oro, hace demasiado tiempo que no marca un gol con el balón en juego en partido oficial. Fue el último partido del Real Madrid invencible en Liga antes de marcharse a Marruecos a ganar el Mundial. Cristiano Ronaldo cerró la goleada en Almería con un doblete que le asistieron Benzema y Carvajal. Un 1-4 que fue también, con total seguridad, el último buen partido madridista hasta el momento. Desde ese lejano 12 de diciembre, el máximo goleador de la Liga no marca de jugada.

En el Mundial, Cristiano se quedó sin marcar ante Cruz Azul en la semifinal y ante San Lorenzo en la final. Fue titular en los dos encuentros, pero no pudo ayudar con goles a la consecución del cuarto título del 2014. Después marcó en ese amistoso recaudatorio en Dubai contra el Milan, pero no deja de ser una pachanga sin un valor trascendental más allá del beneficio económico. Y ya en este 2015, Cristiano sólo ha podido anotar un gol en Mestalla, y de penalti. No fue titular en la derrota de Copa en el derbi y tampoco lo ha podido hacer en el triunfo contra el Espanyol, aunque bien tuvo la oportunidad cuando Bale sólo miró portería y no a su izquierda.

Cinco partidos sin un gol de los suyos es una tremenda eternidad para él. No es lo normal, en absoluto. Más bien al contrario, porque este delantero había marcado en prácticamente todos los encuentros en los que había jugado. Tiene que ser así para llevar 26 goles en Liga. De hecho, es tan extraña su mala racha que hacía 15 meses, desde septiembre de 2013, que Cristiano no se quedaba sin marcar en un partido de Liga en el Bernabéu. 15 meses, no es una cifra cualquiera, es una auténtica barbaridad.

Pero no todo puede ser negativo para el ex del United. La inteligencia posicional que posee Ronaldo no se limita a encontrar el hueco libre para encarar la portería, sino también le ayuda a saber por dónde vendrán sus compañeros para habilitarlos. Cristiano vio por el rabillo que aparecía James por detrás de él y ese maravilloso pase de Bale se lo sirvió en bandeja de plata al colombiano para que abriera el marcador. Un golazo de bandera que le convierte en el máximo goleador y máximo asistente de la Liga. 26 tantos y 12 regalos a sus amigos. Para que luego digan que es egoísta.

El Madrid finalizó su minicrisis ante el Espanyol. Era el momento perfecto para reconciliarse con la victoria, con la afición y con la escarapela de campeones del mundo. A partir de este triunfo, el equipo debe crecer sobre todo en autoconfianza para que la remontada contra el Atlético en Copa no suene a chino mandarín. De hecho, la reacción de la plantilla no pudo ser mejor: una vez ganó y ganó bien, saltó al campo para agradecer el apoyo de la grada. Todos contentos y para casa, que se viene el derbi. ¿Todos contentos? No, en absoluto. Cristiano Ronaldo se fue refunfuñando y con cierta razón.

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