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Cristiano es el líder del líder: su versión asociativa lo convierte en un jugador total
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ya no busca finalizar siempre sus jugadas

Cristiano es el líder del líder: su versión asociativa lo convierte en un jugador total

Acumula unas cifras goleadoras de ensueño, pero además se está mostrando mucho más participativo que de costumbre. Ha dado ya 7 asistencias

Foto: Cristiano señala a Benzema agradeciéndole la asistencia en Granada (Reuters).
Cristiano señala a Benzema agradeciéndole la asistencia en Granada (Reuters).

Cristiano Ronaldo, casi por definición intrínseca a su ser, ha sido siempre un jugador egoísta, cuya natural tendencia era pensar más en sí mismo que en el beneficio del colectivo. Si bien, que un futbolista de su categoría logre números estratosféricos siempre es positivo para el club, para el Real Madrid, el líder de la Liga, en este caso. Pero en esa gestión de las energías concentradas en conseguir únicamente mejorar los registros personales se crean situaciones en las que Cristiano Ronaldo, o cualquier deportista que se centre sólo en mejorar sus estadísticas, existen momentos en los que esa excesiva autoconfianza impida acciones colectivas que podrían haber creado una jugada más peligrosa que, quizás, un disparo desde una distancia exagerada.

En el Real Madrid, la capacidad de Cristiano de hacer buenos muchos de los intentos que para cualquier persona terrenal parecen imposibles ha hecho que su independencia no suponga un problema demasiado preocupante, ni para Pellegrini, ni para Mourinho ni mucho menos para Carlo Ancelotti. Jugándose disparos y jugadas estratosféricas en solitario, Ronaldo superó todos los registros goleadores de la Liga (hasta que Messi le superó y dejó el máximo del Pichichi en 50 goles) y permitió al Madrid luchar por títulos, ganando una Liga, dos Copas, una Supercopa de España, la Champions League y la Supercopa de Europa.

Quizás porque ya lo ha ganado todo, en lo individual y en lo colectivo, Cristiano Ronaldo está cambiando ostensiblemente su manera de jugar al fútbol. A su repertorio de disparos y regates está añadiendo últimamente una capacidad de asociación con sus compañeros que hasta ahora no habíamos visto, al menos no de forma muy reiterada. Hasta hace no mucho, Cristiano se quedaba de forma bastante fija en la banda izquierda, y los compañeros que podían recibir sus escasos pases eran el lateral izquierdo, el mediapunta y el delantero centro. Pero esta temporada, con el cambio de sistema (incluso sin tener en cuenta éste), el portugués está jugando más centrado, sin ser un 9 puro pero tampoco un 10.

Partiendo desde el centro, Cristiano tiene más posibilidades de encontrarse con socios con los que tocar la pelota y evitar así un juego demasiado directo, algo de lo que había adolecido el Real Madrid y el propio CR7 en numerosas ocasiones. Entre líneas aparecen James, Isco, Benzema, Bale, el propio Ronaldo, a veces Kroos y Modric, Marcelo… Las alternativas son muchas y variadas en cuando a posibilidades de cada uno con el balón. Esa acumulación de talento en la medular y la delantera está obligando al Madrid a jugar cada vez más con el balón y menos con la velocidad, sin renunciar a ésta, al ser una fuente inagotable de éxitos comprobados.

Pero alguien podrían preguntar: si antes Cristiano también tenía muy buenos jugadores a su alrededor, ¿por qué ha cambiado su forma de jugar? Aquí es donde juega un papel definitivo Carlo Ancelotti. Es indudable que el italiano ha tratado de corregir el egoísmo de Ronaldo para convertirlo en un beneficio global del Real Madrid y del espectáculo. Uno de los ejemplos de este nuevo Cristiano es su fabulosa relación sobre el campo con Karim Benzema, con el que cada vez se entiende mejor. Benzema le ha dado 25 asistencias al 7 desde que están juntos en el Real Madrid, pero cada vez más la dirección de los pases de gol también es la contraria, como pasó en el tanto del francés en Los Cármenes, que se produjo tras un taconazo sensacional de Cristiano.

Y sin embargo, a pesar de la nueva voluntad asociativa de Ronaldo con el resto de sus compañeros, el delantero acumula una cifra extraordinaria de goles tanto en Liga (17), como en el resto de competiciones (haciendo un total de 22) en 15 partidos. A esos datos propios, hay que añadir lo que sus compañeros han conseguido gracias a él, ya que Cristiano ha repartido también 7 asistencias, cinco en Liga y dos en Champions League. Con los números en la mano y las sensaciones de lo visto en la memoria, es posible que estemos ante la versión más completa de Cristiano Ronaldo. Puede que sólo necesitara descansar después de aquella famosa tendinitis, porque después de un verano complicado, el portugués ha vuelto como nunca.

Cristiano Ronaldo, casi por definición intrínseca a su ser, ha sido siempre un jugador egoísta, cuya natural tendencia era pensar más en sí mismo que en el beneficio del colectivo. Si bien, que un futbolista de su categoría logre números estratosféricos siempre es positivo para el club, para el Real Madrid, el líder de la Liga, en este caso. Pero en esa gestión de las energías concentradas en conseguir únicamente mejorar los registros personales se crean situaciones en las que Cristiano Ronaldo, o cualquier deportista que se centre sólo en mejorar sus estadísticas, existen momentos en los que esa excesiva autoconfianza impida acciones colectivas que podrían haber creado una jugada más peligrosa que, quizás, un disparo desde una distancia exagerada.

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