Ancelotti no descarta una sorpresa: ¿jugará Isco o tendrá otro ataque de entrenador?

Si en el Barça las mayores dudas están en saber si Luis Suárez va a ser titular, porque jugar va a jugar, y si Busquets está a tope, en el Real Madrid todos se preguntan si se volverá a apostar por el equipo de Liverpool (más allá de que regresen Sergio Ramos y Carvajal a la defensa) con el esquema 4-4-2 que tan bien le ha funcionado al equipo en los partidos más importantes y en el que Isco parece encajar muy bien. Pero lejos de despejar la incógnita, a Carlo Ancelotti le ha dado por sembrar la duda sobre un once que ya tiene decidido.

Habla el italiano: "Si pongo uno tengo que quitar uno. Puede ser que ponga un medio y quite un delantero, no pienso que vaya a cambiar la defensa, pero puede ser que quite un delantero y ponga un medio, o al revés". O lo que es mismo: ni una cosa ni otra, sino todo lo contrario. La habitual claridad cuando habla de sus alineaciones desaparece cuando se acerca el Clásico. Reconoció, en cambio, que puede introducir una "sorpresa", algo que ya hizo hace un año en el Camp Nou y le salió mal. "El año pasado lo hice y no me salió bien, pero otras veces me salió muy bien", comentó con una sonrisa en la cara, como casi siempre.

Aquel 'ataque de entrenador' que fue colocar a Sergio Ramos de mediocentro contra el FC Barcelona no funcionó y en la segunda vuelta no lo repitió. "Fue un error. Pero a él le pareció bien. Tampoco tenía a Xabi Alonso e Illarra no estaba preparado". El exjugador de la Real Sociedad entró en el minuto 55 por por el sevillano, muy perdido ante los centrocampistas azulgrana. "Prefiero morir con mis ideas que con otras", dijo Ancelotti.

¿Y cuáles son sus ideas? No es el italiano un entrenador que se caracterice por sus innovaciones tácticas. Al contrario, es excelente adaptándose a terrenos ya cultivados y mejorar el resultado. Lo ha hecho en el Real Madrid, un equipo que cada vez está más cerca de encontrar el difícil equilibrio entre el vértigo y la pausa. El partido de Liverpool fue un buen ejemplo de ello: control en la primera parte con Kroos, Modric, Isco y el apoyo de Cristiano Ronaldo, Benzema y James, y velocidad en la segunda, con los 'reds' más abiertos y más espacios para correr.

La temporada pasada, Ancelotti dio con el sistema ideal en el momento adecuado. La baja de Cristiano Ronaldo para la final de Copa del Rey contra el Barça le llevó a probar con un 1-4-4-2 que dio excelentes resultados no solo en el partido disputado en Valencia, sino también en la semifinal de Champions contra el Bayern Múnich. El encuentro jugado en el Allianz Arena fue toda una exhibición. Contra los alemanes no tuvo un papel relevante, pero en la final de Copa Isco ya demostró que podía realizar las labores que se le exigen en el centro del campo.

Y los focos apuntan a Sami Khedira. En la pasada final de la Champions optó por alinear al alemán a pesar de que no estaba, ni de lejos, en su mejor forma tras superar una grave lesión de rodilla. Como en el Camp Nou, no contaba con Xabi Alonso, y lo eligió a él en vez de a Illarramendi. Antes de la hora de partido, Isco lo sustituyó. Khedira llega al Clásico tras mes y medio parado y con solo un puñado de minutos en las piernas, los que jugó en Anfield.

Lo mejor para buscar alguna pista es recurrir a las palabras de Ancelotti: "Hay que quitar el espacio a los delanteros. No es un trabajo de solo un jugador, pondremos dos líneas en posición defensiva que no dejen espacio entre ambas, sólo así podemos tener más control (...) Defender bien puede ser una llave para el partido".