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La segunda llamada de José Mourinho consiguió cambiar la vida de Fàbregas
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la primera, cuando ENTRENABA Al Real Madrid

La segunda llamada de José Mourinho consiguió cambiar la vida de Fàbregas

Cesc lo estaba pasando mal en Barcelona cuando una llamada de Mourinho le devolvió la alegría. La primera vez que lo llamó, era para jugar en Madrid

Foto: José Mourinho convenció a Fàbregas de que su destino tenía que ser el Chelsea (AP).
José Mourinho convenció a Fàbregas de que su destino tenía que ser el Chelsea (AP).

Una llamada de Mourinho cambió todo. Cesc lo estaba pasando mal. El castillo que había construido con su regreso a su equipo se estaba viniendo abajo. La afición le señalaba por el desastre en el que se estaba convirtiendo el equipo y el club, lejos de apoyarle y reforzar su posición, contribuía a ello, poniéndolo en el mercado. No se esperaba ninguna de las dos circunstancias. Pese a su deseo de seguir en el Barcelona, sabía que sus días en el Camp Nou estaban contados. Fue asomar la cabeza y recibir propuestas para cambiar de aires, pero una cambióel rumbo de todas las negociaciones, la del Chelsea de Mourinho.

El exentrenador madridista llamó al centrocampista días después de terminar la Liga. Le dijo lo que pensaba para él y el sitio que ocuparía dentro del equipo y en el vestuario. Le brindó todo su apoyo para superar el duro cambio de escenario en Londres y puso toda la maquinaria del Chelsea a su servicio. Cesc dio el ok. Después llegó la oferta económica, esa que le coloca en los diez millones de euros por temporada y le sitúa en el top ten de los jugadores mejores pagados del mundo. Costó 40 millones hace tres años y ahora el Chelsea paga 33 más otros tres por objetivos. En el camino se quedan 45 goles y 42 asistencias en un jugador que ha valido para todo en el Barcelona pese a que la afición nunca le considerar uno de los suyos.

Tras la llamada de Mourinho, llegó la de Wenger. La relación entre Cesc y el francés va más allá y el campeón del mundo quiso que el entrenador que le dio forma supiera los movimientos. El entrenador del Arsenal le habló de Özil y de otros jugadores que ocupaban su demarcación en estos momentos, pero le prometió no entrar en guerra, algo que ha sucedido. Tenía derecho de tanteo, pero el Arsenal no lo ha ejercido. Han acabado como lo que son, como amigos. No podía ser de otra manera.

No es la primera vez que Mourinho quiere a Cesc. En la etapa del portugués en el Real Madrid hubo otra llamada. En esta ocasión no fue el técnico el que la hizo directamente. Movió hilos para saber si el jugador estaría dispuesto a jugar en el Madrid. En aquel momento el ambiente en el Barcelona no era el actual y como en otras tres ocasiones en las que estuvo en la misma situación, la respuesta de Cesc fue negativa. Es y será azulgrana por mal que hay sido tratado en su regreso y por eso ha llegado a decir que no al equipo blanco hasta en cuatro ocasiones.

Ahora el campeón del mundo está feliz y dispuesto a colgarse en el pecho una nueva estrella y a ganar títulos con "un gran entrenador" como dijo el jueves. Además, su mujer, tras ver como estaba tratando el famoso entorno a Cesc, tenía decidido regresar a Londres o por lo menos abandonar el Barcelona. Deja atrás la que ha sido gran parte de su vida y a su amigo Leo Messi, que tampoco está nada feliz con su situación y del que nada está escrito respecto a su futuro.

Lo que no esperaba Cesc es que parte de los medios de comunicación catalanes le escogieran como muñeco de ‘pim, pam, pum’. Fue el elegido como centro de las críticas y ahora están rebuscando información para justificar la decisión del Barcelona. Se va un culé y así lo seguirá siendo por mucho que algunos se empeñen en demostrar lo contrario. Se va porque el Barcelona ha querido y porque le abrió la puerta.

Una llamada de Mourinho cambió todo. Cesc lo estaba pasando mal. El castillo que había construido con su regreso a su equipo se estaba viniendo abajo. La afición le señalaba por el desastre en el que se estaba convirtiendo el equipo y el club, lejos de apoyarle y reforzar su posición, contribuía a ello, poniéndolo en el mercado. No se esperaba ninguna de las dos circunstancias. Pese a su deseo de seguir en el Barcelona, sabía que sus días en el Camp Nou estaban contados. Fue asomar la cabeza y recibir propuestas para cambiar de aires, pero una cambióel rumbo de todas las negociaciones, la del Chelsea de Mourinho.

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