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La fuerza mental del Atlético alivia el sufrimiento en la penúltima final en casa
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EL ELCHE, MUY SUPERIOR EN LA PRIMERA PARTE

La fuerza mental del Atlético alivia el sufrimiento en la penúltima final en casa

Viernes de pasión atlética. En el Manzanares manda el cholismo y por ello 51.000 fieles acudieron a ver la victoria del Atlético de Madrid ante el Elche (2-0)

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Viernes de pasión atlética. En efecto, recurrir a semejante tópico en Semana Santa es fácil, pero es la mejor manera de describir lo que se vive en el Vicente Calderón cuando saltan los hombres de Simeone al campo. En el Manzanares manda el 'cholismo' y por ello 51.000 fieles acudieron a ver la victoria del Atlético ante el Elche (2-0). No fue en triunfo cómodo pues los rojiblancos se vieron completamente superados por su rival en el primer tiempo. Los de Escribá se plantaron valientes mientras los de Simeone se mostraban fríos y distantes. El paso del tiempo jugó a favor del líder de la Liga y ni el penalti fallado por Villa minó su moral. Y es que cuando la gasolina del Atlético de Simeone escasea, la fuerza mental hace el resto. El Cholo ya ha apuntado una final más en su camino hacia el título y lo ha hecho en el penúltimo partido del equipo en el Calderón.

No era un partido fácil para el Atlético. Todo lo contrario. Con el Chelsea en el horizonte cabía la posibilidad de distraerse ante un Elche que es un hueso duro de roer, un equipo valiente y atrevido que trata a sus rivales de tú a tú. Y es que el conjunto ilicitano llegó al Calderón a disfrutar, sin nada que perder y sin olvidar que en la ida no dejó jugar al líder de la Liga gracias a su gran labor defensiva. Simeone reservó a Raúl García pensando en Europa y dio la titularidad a Adrián, buen premio tras su actuación frente al Barcelona.

La propuesta era clara para ambos combatientes: llegar a la portería rival. El partido estaba abierto. El Atlético no salió con la intensidad mostrada en Champions, pero tampoco dejaba al Elche manejar fácilmente el balón. Los de Simeone buscaban las bandas y los balones a la espalda cuando los ilicitanos se estiraban. En los primeros compases del partido fue Diego Costa el que obligó a Manu Herrera a lucirse. El hispano-brasileño no dudaba a la hora de entrar con todo, de recortar a dos rivales, para que su pase de la muerte no encontrase receptor, o de asociarse con Filipe Luis. También lo intentó Villa después de inventar con Koke.

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El cerco del inicio se fue diluyendo a medida que el Elche ponía el juego y el ritmo sobre el césped del Calderón. Tanto que fue Courtois, con un par de providenciales acciones, el que intentó que los suyos se enchufasen. El Atlético sufría porque el equipo se había roto y la distancia que había entre la delantera y la pareja formada por Gabi y Tiago era un regalo para los ilicitanos Márquez y Rivera. Los rojiblancos estaban fríos, distantes, no mordían como suelen hacer. A Simeone no le gustaba lo que veía; a Gabi tampoco y, tirando de galones de capitán, exigía a Villa, Adrián y Costa que bajasen a presionar a un Elche que perdonaba y fallaba ante Courtois.

La primera parte acabó por ser demasiado larga para los de Escribá que acabaron metidos atrás, obligados a ello por el cansancio. El Elche parecía menos rocoso y el Atlético tuvo tres ocasiones casi consecutivas: en la primera, Diego Costa pidió penalti por desplazamiento, pero Clos Gómez no lo consideró así. En la segunda y en la última, el protagonista fue David Villa. El asturiano, solo en el palo derecho de Manu Herrera, recibió un centro de Juanfran y remató fuera. Lo intentó una vez más, pero estaba en fuera de juego. El líder de la Liga se iba al vestuario con la sensación de no haber podido con un gran Elche que fue superior durante cuarenta minutos.

Simeone tenía que cambiar la cara de su equipo, intentar que sus delanteros aparecieran y para ello había que resolver la inferioridad de los centrocampistas rojiblancos frente a los del Elche. Armas había en el banquillo y el técnico argentino tiró de ellas: sacó a Adrián y dio paso a Raúl García. Y éste no tardó en aparecer ya que fue víctima de un penalti de Sapunaru. Mientras los aficionados rojiblancos se ponían en pie, el balón iba de mano en mano: Gabi, Villa y Costa. El hispano-brasileño cedió al asturiano que lanzó centrado y ligeramente a la izquierda. Manu Herrera no lo pasó mal para adivinar las intenciones de Villa manteniendo la puerta a cero. El Atlético sigue sin ver las cosas claras desde los once metros.

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El conjunto rojiblanco ganaba en intensidad con la entrada de Raúl García y ponía en apuros al Elche. Tanto que Villa quiso enmendar su error y logró colocar el balón en las redes de Manu Herrera, pero el asturiano estaba en fuera de juego. El gol anulado sería una de sus últimas acciones ya que dejó su sitio a Sosa; antes Koke había hecho lo propio con Diego Ribas. Con cinco centrocampistas, Simeone solucionaba uno de los errores de la primera parte y sus hombres empezaban a apretar mientras el Elche intentaba pararlos metiendo la pierna. Aun así, a los rojiblancos se les resistía el gol ya fuera a balón parado o después de forjar una jugada.

El Elche había llegado con vida al minuto 70 pese a las ocasiones de Costa y Diego Ribas, pero un testarazo se la arrebató. Sosa puso un córner perfecto con rosca y en el segundo palo emergió Miranda para rematar de cabeza. Inapelable. El Elche se había condenado al retroceder tres metros en un Calderón que volvía al evitar respondiendo a los constantes aspavientos de Simeone. Como si quedase todo el partido por delante, el Atlético quiso mostrar el fútbol que no había jugado hasta el momento. La tuvo Diego Costa, desesperado porque se le resistía la portería de Manu Herrera. Hubo tiempo para el alivio del hispano-brasileño cuando el reloj ya marcaba el final del tiempo reglamentario: Sapunaru, que vio la segunda amarilla, empujó a Costa dentro del área y Clos pitó un penalti claro. El delantero no se lo pensó. Cogió el balón, disparó y está vez el esférico sí que besó las redes. La rabia contenida salió mientras el Calderón bramaba viendo cómo el título se acerca poco a poco. “Partido a partido” que diría Simeone.

- Ficha técnica:

2 - Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Adrián (Raúl García, m. 46), Gabi, Tiago, Koke (Diego Ribas, m. 57); Diego Costa y Villa (Sosa, m. 62).

0 - Elche: Manu Herrera; Damián, Pelegrín, Botía, Sapunaru; Carlos Sánchez, Rivera; Carles Gil (Aarón, m. 70), Javi Márquez (Boakye, m. 77), Coro; y Cristian Herrera (Fidel, m. 57).

Goles: 1-0, m. 71: Miranda cabecea un saque de esquina de Sosa. 2-0, m. 90: Diego Costa, de penalti.

Árbitro: Clos Gómez (C. Aragonés). Expulsó a Sapunaru, del Elche, en el minuto 90. Amonestó a los locales Diego Costa (m. 63) y Raúl García (m. 73) y a los visitantes Sapunaru (m. 50), Coro (m. 55), Rivera (m. 63) y Pelegrín (m. 65).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 50.000 espectadores.

Viernes de pasión atlética. En efecto, recurrir a semejante tópico en Semana Santa es fácil, pero es la mejor manera de describir lo que se vive en el Vicente Calderón cuando saltan los hombres de Simeone al campo. En el Manzanares manda el 'cholismo' y por ello 51.000 fieles acudieron a ver la victoria del Atlético ante el Elche (2-0). No fue en triunfo cómodo pues los rojiblancos se vieron completamente superados por su rival en el primer tiempo. Los de Escribá se plantaron valientes mientras los de Simeone se mostraban fríos y distantes. El paso del tiempo jugó a favor del líder de la Liga y ni el penalti fallado por Villa minó su moral. Y es que cuando la gasolina del Atlético de Simeone escasea, la fuerza mental hace el resto. El Cholo ya ha apuntado una final más en su camino hacia el título y lo ha hecho en el penúltimo partido del equipo en el Calderón.

Diego Costa David Villa
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