Ancelotti cada día está más cuestionado y la Copa no le valdrá como a Mourinho

Carlo Ancelotti sigue complicando su futuro y cada día está más cuestionado. La situación del italiano se vuelve más complicada por momentos. La aparente tranquilidad que había conseguido semanas atrás ha saltado por los aires en los últimos siete días. Su futuro vuelve a estar en entredicho y ahora sólo serán los resultados los que puedan asegurar su continuidad al frente del Real Madrid. La derrota ante el Sevilla deja al entrenador blanco tocado, por no decir que hundido, y a merced de lo que pueda suceder en la Champions.

El Real Madrid todavía no tira la Liga, pero el madridismo ha recibido un golpe inesperado. De ver la situación desde una posición cómoda y hasta tranquila, los nervios han hecho aparición de nuevo. Ahora, el Real Madrid depende de los resultados de terceros como Atlético y Barcelona cuando antes del Clásico miraba al resto de equipos que pelean por la Liga por encima del hombro. Por el Bernabéu piensan que ninguno de los tres equipos hará pleno en los ocho partidos que restan, pero también están convencidos de que el equipo de Ancelotti se dejará puntos en la carrera hasta el final del campeonato y lo hacen apoyándose en el momento de forma del equipo madridista.

La derrota ante el Sevilla viene a confirmar el dato de la debilidad de los jugadores de Ancelotti ante rivales que tratan al equipo de igual a igual. En choques intensos, con fuerzas igualadas, los jugadores del italiano se encogen, pierden el sitio, mostrando una debilidad que complica cualquier tipo de éxito. Ya no vale con el gol de Cristiano Ronaldo. Necesitan más argumentos para ganar y está quedando demostrado que el técnico no tiene suficiente cintura para buscar recursos en la que él mismo ha dicho es “la mejor plantilla que he tenido en toda mi carrera”.

Al ex del PSG se le han cuestionado todo tipo de decisiones (portería, lateral derecho, cambios durante el partido como el de Benzema en el Clásico...) aunque el principal debe del equipo es la debilidad que muestra en los momentos claves. Salvo en la Champions, el Real Madrid se ha mostrado como un equipo menor en Liga cuando se enfrenta a un rival duro, de los importantes. Si ante el Barcelona se utilizó el argumento del árbitro, en esta ocasión no vale. Es una cuestión de acierto y de solidez. Los seis goles de los últimos dos partidos lo dicen todo.

En estos momentos, Ancelotti se encuentra en una situación muy parecida a la que vivió Mourinho en su primer año, pero al italiano no le valdrá la conquista de la Copa como sí le valió al actual entrenador del Chelsea. El portugués rompió una trayectoria negativa y puso en duda el dominio del Barcelona con el triunfo en Mestalla de 2011. Ahora se tiene una sensación de que se podía haber hecho más, de haber fallado ante un panorama mucho más sencillo. La Champions lo puede arreglar todo, pero por el Bernabéu retumban las voces críticas hacia el italiano y algunos apuntan a un cambio, a un nuevo golpe sobre la mesa.

El entrenador se siente decepcionado. No se esperaba este paso atrás del equipo. Creía que el crecimiento que apuntó durante los meses de enero y febrero iba a tener continuidad en la fase decisiva de la temporada, pero se ha demostrado que no ha sido así, que el equipo no ha sabido responder ante situaciones adversas y que determinados jugadores, tipo Bale, no han estado a la altura cuando más se le necesitaba. Todo ello ha dejado al equipo tocado cuando tan sólo faltan ocho partidos para el término de la Liga y con dos equipos por encima.