Sosa aparece en el momento oportuno para hacer de Pantic en el Atlético de Simeone

El argentino José Sosa llegó silencioso en enero, y silencioso se mantiene en el día a día del Atlético de Madrid. Este miércoles fue fundamental en la victoria del líder de la Liga ante el Granada. Los técnicos esperaban pacientes este tipo de asistencias, sabedores de que la mejor virtud de Sosa aún estaba oculta pero latente, mientras la labor de readaptación al fútbol de primer nivel se completaba. Y el centrocampista está empezando a destaparse.

Simeone le conocía muy bien de Estudiantes de La Plata, club con el que los dos lanzaron sus respectivas carreras como entrenador y jugador. Tras pasar por el Bayern de Múnich y Napolés, volvió a Argentina, para acabar recalando en la liga ucraniana, donde su fútbol había bajado un par de marchas. El Cholo quería en el mercado invernal un gran golpeador a balón parado, ya que consideraba que le faltaba a su equipo. Un lanzador de faltas capaz de reventar partidos igualados, como los que está afrontando en el último tercio de la temporada un equipo donde la soltura en el juego asociativo es su talón de Aquiles. Y la mejor apuesta, por asequible económica y contractualmente, era repescar a Sosa para la primera línea de élite.

Ante las dudas que presentaba entre el entorno el jugador en los primeros días, por su imagen y condiciones poco ordinarias, en el cuerpo técnico pedían confianza en privado: “Tiene un golpeo espectacular, de verdad. Centra balones cargados de potencia y muy precisos que bajan de repente, que son muy difíciles de defender. Todavía no ha pegado al balón como él sabe”. Palabras que poco a poco empiezan a ser refrendadas con acciones importantes. El 1-0 de este miércoles gracias a un córner botado por Sosa al corazón del área, donde encontró la cabeza de Costa, recuerda mucho al puñado de partidos que el equipo de Antic, con Simeone como principal rematador y Pantic como único lanzador, sacó adelante en la última liga ganada por el club del Manzanares.

Sorprendió su lenta adaptación al ritmo de la Liga

Sosa sigue teniendo en mente recuperar la condición de fijo en la selección argentina que llegó a tener durante un corto periodo de tiempo. A sus 28 años, sabía que debía volver a una liga de máxima exigencia para que su carrera no decayera. Una oportunidad como la que se le ha presentado rara vez se ve en el fútbol de máximo nivel. La lenta adaptación al ritmo de juego de España que ha tenido preocupó al Cholo en un principio, por inesperada. Entonces decidió protegerle, darle los minutos justos para que volviera a competir sin que quedara retratado por una mala actuación. Tras ser sustituido en el partido de Copa ante el Valencia en casa, su técnico pidió el aplauso a las gradas, pese a haber estado fallón hasta en su mejor virtud, el balón parado.

En Vallecas dio un pase de gol a Villa. En Vigo, nada más salir, volvió a asistir al Guaje para sentenciar un duelo que estaba abierto. Ante el Milan, inició la jugada que acabó en el cuarto tanto de la noche. Y ante el Granada, a los pocos minutos de salir, sacó el córner que permite al Atlético soñar con volver a llevarse una Liga. Mientras en el Calderón empiezan a mirarle con muy buenos ojos, Simeone sigue estando seguro de que Sosa es ‘su Pantic’. Sólo espera que la confianza vaya mejorando su golpeo hasta que se convierta en un arma más con la que cuenten los rojiblancos en esta vuelta al cielo del fútbol español y europeo.