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Villa tiene sitio en el once titular mientras no coincida con Diego Costa
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FUE EL ASISTENTE EN EL ÚNICO GOL DE LA NOCHE

Villa tiene sitio en el once titular mientras no coincida con Diego Costa

Villa no pudo celebrar la titularidad con un tanto, pero la mitad del de Diego Costa era suya. Fue la primera vez que ambos no coincidieron en el mismo espacio

Foto: David Villa durante un lance del encuentro ante el Espanyol (Cordon Press).
David Villa durante un lance del encuentro ante el Espanyol (Cordon Press).

Los dos balones que colocó en el fondo de las redes de la portería del Celta no sirvieron para ser titular en el partido de Champions frente al Milan, pero sí para que su nombre formase parte del once inicial en la victoria de este sábado contra el Espanyol. David Villa no pudo celebrar ningún tanto, pero la mitad del que marcó Diego Costa se puede atribuir al asturiano ya que fue el asistente de la jugada. La primera en la que ambos conectaron en vertical y no en horizontal, la primera en la que no ocuparon el mismo espacio, la primera en la que el asturiano no piso la zona natural por la que se mueve el hispano-brasileño. A pesar de su límite físico, parece que así sí tiene sitio en el once para aprovechar la nueve oportunidad que le brindó Simeone porque tanto él como Sosa “lo podían hacer muy bien aunque tengo otros jugadores en los que confío”.

Con un rival rocoso y bien cerrado como el Espanyol, Simeone trazó un dibujo para los suyos en el que, una vez más, figuraban dos jugadores en el ataque. Esa pareja ofensiva forma parte de esquema natural que el argentino tiene en la mente para su Atlético de Madrid. Frente al Espanyol los elegidos fueron Diego Costa y David Villa. El hispano-brasileño tiene el puesto más que ganado por méritos propios, pero el lugar que debe ocupar el asturiano ha dado más que hablar. El ‘nueve’ rojiblanco sabe que cada vez que su nombre figura en el alineación titular dispone de una nueva oportunidad de reivindicarse ya sea con goles o asistiendo como sucedió este sábado en el Calderón.

Sentadas las bases, Simeone no terminaba de ver su dibujo bien definido en la orilla del Manzanares. Se trataba de un esbozo que, por momentos, sufría para crear ocasiones peligrosas ante un correcto Casilla. Bien es cierto que en la primera parte Villa, Diego Costa, Gabi o Filipe Luis olfatearon la portería rival, pero estuvieron “imprecisos” tal y como analizó Simeone en rueda de prensa. El argentino recalcaba que a su equipo le costó la victoria “no por ocasiones de gol sino porque nos ha costado romper el encuentro”. Y ese momento llegó con el único tanto de la noche que nació de la conexión entre Costa y Villa.

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Era la primera vez que ambos delanteros no ocupaban el mismo espacio. Tanto el hispano-brasileño como el asturiano compartieron zona de actuación. Si uno aparecía en un lugar, el otro surgía a pocos metros. Su asociación era horizontal, se superponía no se sucedían. Y esto último era lo que buscaba Simeone cuyo gusto por el juego de asociación no oculta. El problema es que el partido de anoche requería verticalidad y no horizontalidad como sucedió en la primera parte.“No estuvimos precisos en el primer tiempo y no pudimos encontrarnos bien en carreras o jugando entrelíneas”, comentaba el Cholo.

El cambió lo encontró el minuto 55 cuando Villa recibió un balón de Gabi, levantó la mirada y vio que Diego Costa ya había emprendido la marcha. Aunque el técnico rojiblanco recodaba que no “no había muchos espacios”, el asturiano sólo tuvo que poner el balón para que su compañero hiciera el resto. Ambos supieron ocupar metros en vertical y como consecuencia, sus movimientos dieron lugar a una sucesión de acciones. El Atlético ya mandaba en el marcador y Simeone, en el área técnica, volvía a reiterar ante Villa, con palabras y gestos, qué tipo de asociación era la que buscaba y necesitaba el choque.

No vio portería, pero el asturiano contribuyó a forjar la última victoria de un Atlético que sigue sin dejar respirar tranquilos a sus rivales por mucho que Simeone se empeñe en afirmar que “hasta que no queden cinco jornadas para el final” no serán candidatos al título. Al delantero asturiano no se le puede negar la calidad que atesora en sus botas y que luce como nadie a la hora de buscar socios sobre el campo para hacer temblar las porterías rivales. El problema del que fuera jugador del Barcelona viene por otra vía: la física. A Villa le cuesta aguantar el ritmo que su entrenador imprime a cada contienda. Sufre para intentar igualar el nivel de presión del que hacen gala sus compañeros. Y es que tal y como aseguró el entrenador argentino“competir a este gran nivel te exige un gran desgaste. Tratamos de trabajar de la mejor manera para, desde lo táctico, ayudar a que ganenaire, espacio o minutos de descanso”.Por eso a diez minutos del final, Simeone le dio un respiro dando entrada a Raúl García para que éste se asociase más con el centro del campo. Para eso y para que escuchase los aplausos en pie de un Vicente Calderón que no celebró sus goles, pero sí su buen trabajo.

Los dos balones que colocó en el fondo de las redes de la portería del Celta no sirvieron para ser titular en el partido de Champions frente al Milan, pero sí para que su nombre formase parte del once inicial en la victoria de este sábado contra el Espanyol. David Villa no pudo celebrar ningún tanto, pero la mitad del que marcó Diego Costa se puede atribuir al asturiano ya que fue el asistente de la jugada. La primera en la que ambos conectaron en vertical y no en horizontal, la primera en la que no ocuparon el mismo espacio, la primera en la que el asturiano no piso la zona natural por la que se mueve el hispano-brasileño. A pesar de su límite físico, parece que así sí tiene sitio en el once para aprovechar la nueve oportunidad que le brindó Simeone porque tanto él como Sosa “lo podían hacer muy bien aunque tengo otros jugadores en los que confío”.

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