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El Real Madrid se convierte en líder sin sudar pero sin divertir ante el Granada
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ANODINO PARTIDO SALVO POR MODRIC Y RONALDO

El Real Madrid se convierte en líder sin sudar pero sin divertir ante el Granada

El Real Madrid no sufrió para convertirse en líder provisional hasta que jueguen Barcelona y Atlético, pero tampoco divirtió a casi nadie ante el Granada

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El Real Madrid no sufrió para convertirse en líder provisional hasta que jueguen Barcelona y Atlético, pero tampoco divirtió a casi nadie. Incluso sus aficionados reprocharon algunos momentos de la primera mitad con pitos. Los de Ancelotti eran un desierto de imaginación y de intensidad y tuvo que recurrir a los que últimamente están tirando del carro, es decir, Modric y Cristiano Ronaldo. El primero fue el artífice del cambio de ritmo de los blancos y el segundo el que rompió a la defensa granadina con un gol que se fabricó y comió el solo. Una vez más. Benzema, en silencio y sin transmitir pese a su calidad, cerró la cuenta.

El equipo blanco, a la espera de los rivales que le disputan la Liga, parece que ha decidido instalarse en la solvencia. Sin un juego vistoso, ha ganado en seguridad, tal y como pueden certificar Diego López y Casillas. Viven cómodos porque apenas les llegan a sus dominios. Arriba las que tienen, las suelen aprovechar, en especial Ronaldo. En el primer gol, el Granada protestó que se logró con Fatau en el suelo, pero fue Iturra el que sacó una falta cometida por Xabi Alonso con su compañero en el suelo. Ronaldo no debe tener remordimiento alguno.

La merecida fiesta de los minutos previos, despistó al Real Madrid que se olvidó en el vestuario las ganas y la intensidad de los últimos partidos. Los de Ancelotti pensaron que con salir bastaba, que el Granada se iba a rendir a las primeras de cambio. El ritmo de trote cochinero que impusieron solo sirvió para que los aficionados se aburrieran ante la mediocridad del juego y la ausencia de tensión.

Hasta el minuto de añadido decretado por Gil Manzano, no pasó nada digno de destacar, sólo ese instante, ese segundo que tardó Cristiano Ronaldo en inventarse una chilena que percutió de manera soberbia con el balón y la excelente respuesta de Roberto. Uno había soñado con dar forma a ese remate el día que bañó en oro al Bernabéu y el otro en dibujar un escorzo así en el aire en la jornada en la que cumplía 35 años. La jugada no terminó en gol y no fue por fallo del portugués. Fue así porque Roberto demostró lo que es, un gran portero.

Del resto, poco que decir. La seguridad de Murillo, Mainz y sus amigos a la hora defender y los problemas que tiene la banda izquierda del Real Madrid a la hora de atacar cuando se juntan por la zona Marcelo, Di María y Ronaldo. Tres son multitud. Además, al equipo blanco le sigue costando trabajo hacer que Bale disfrute jugando. En partidos cerrados como el planteado por Alcaraz, el galés no encuentra sitio y más todavía si al poco de empezar le dejan con la descendencia en el alero debido a la patada de Murillo. Apenas se vio a Bale en los cuarenta y cinco minutos que estuvo sobre el verde.

En la segunda mitad, el Real Madrid se acordó de aquello de que un gol le daba el liderato momentáneo, algo que lleva persiguiendo desde que visitaron la Cibeles de la mano de Mourinho. El equipo blanco tenía que dar un paso adelante y el que lo hizo fue el de las últimas semanas. Hablamos de Modric, el jugador que más influye en el estado de ánimo de los madridistas. El croata decidió pisar el acelerador y la respuesta fue que el equipo ganó en intensidad por el simple ‘efecto contagio’. El panorama era otro.

placeholder Cristiano Ronaldo, con el Balón de Oro en el Bernabéu.

El acelerar el juego y subir la intensidad tuvo rápido reflejo en el marcador. El Granada ya no se sentía tan cómodo. Iturra ya no llegaba a todo y la pelota empezaba a quemar en los pies de Piti, Recio o Brahimi. Modric avisó en dos ocasiones, para ser Cristiano Ronaldo en el 57 el que por fin acertara a batir a Ronaldo en una jugada sin apenas peligro. El portugués se hizo hueco y desde el borde del área encontró el hueco justo.

A partir de ese momento, el Granada se fue desinflando. Era un gol, pero el marcador se asemejó al Everest para los de Sierra Nevada. No pudieron con eso de verse en desventaja. El equipo serio y ordenado se vino abajo. El Real Madrid se empezaba a sentir cómodo. Todo invitaba a que lo estuviera, algo que certificó con el segundo gol, el que se inventó Marcelo para regalárselo a Benzema. Justa sentencia.

Bale sigue preocupando. El regreso al 4-3-3 parecía que había sido el mejor antídoto a su aburrimiento, pero ante el Granada volvió a emitir señales de no divertirse, apenas entra en juego. Un golpe le dejó tocado, tanto como para ser sustituido en el descanso por el esperado Jesé, que mostró atrevimiento pero poco más.

Ficha técnica:

2 - Real Madrid: Diego López; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Modric, Di María (Illarramendi, m.84); Bale (Jesé, m.46), Cristiano Ronaldo y Benzema (Isco, m.78).

0 - Granada CF: Roberto; Nyom, Mainz, Murillo (Coeff, m.81), Brayan Angulo; Recio (Pereira, m.70), Iturra, Fatau, Brahimi, Piti (Buonanotte, m.81); y El Arabi.

Goles: 1-0, m.56: Cristiano Ronaldo. 2-0, m.74: Benzema.

Árbitro: Gil Manzano (colegio extremeño). Amonestó a Ramos (16), Benzema (53), Modric (61) y Di María (65) por el Real Madrid; y a Murillo (9) e Iturra (62) por el Granada.

Incidencias: encuentro correspondiente a la vigésimo primera jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 76.000 espectadores. En los prolegómenos del partido Cristiano Ronaldo fue homenajeado por la afición madridista y dedicó el 'Balón de Oro' al Bernabéu.

El Real Madrid no sufrió para convertirse en líder provisional hasta que jueguen Barcelona y Atlético, pero tampoco divirtió a casi nadie. Incluso sus aficionados reprocharon algunos momentos de la primera mitad con pitos. Los de Ancelotti eran un desierto de imaginación y de intensidad y tuvo que recurrir a los que últimamente están tirando del carro, es decir, Modric y Cristiano Ronaldo. El primero fue el artífice del cambio de ritmo de los blancos y el segundo el que rompió a la defensa granadina con un gol que se fabricó y comió el solo. Una vez más. Benzema, en silencio y sin transmitir pese a su calidad, cerró la cuenta.

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