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En el derbi sevillano 'tiembla' Emery mientras mandan un canario y un croata
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EL SÁNCHEZ PIZJUÁN, TESTIGO DEL ENCUENTRO

En el derbi sevillano 'tiembla' Emery mientras mandan un canario y un croata

Este domingo Sevilla y Betis juegan un partido que no es un choque cualquiera: para los sevillanos se juega quince días antes y muchas semanas después

Foto: Fernando Navarro disputa un balón con Rubén Castro (Efe).
Fernando Navarro disputa un balón con Rubén Castro (Efe).

Este domingo Sevilla y Betis juegan un partido que no es un partido cualquiera: para los sevillanos es 'el partido', y se comienza a jugar desdequince días antes del pitido inicial y, sobre todo, colea durantemuchas semanas después. Aunque en este tipo de choques, los pronósticos se ponen a secar al sol, los números miran hacia el Sevilla, que no es que ande para lanzar las castañuelas al aire, pero anda en la pelea, sobre todo después de haber enterrado una pesadilla: la de llevarse 13 meses sin ganar fuera de Nervión. Ganó al Espanyol en Cornellá y los de Unai Emery soltaron lastre.

El Betis de Pepe Mel agarró la bandera de colista de Primera y de esa guisa se presenta en Nervión. Son malas credenciales porque su juego no es redondo y pincha, apenas marca goles y encaja más tantos de la cuenta. El Betis hace aguas por todos lados y no se encomienda a cualquier santo, sino a Rubén Castro (32), el goleador del equipo, que sólo ha disputado unos minutos en este curso y ayer mismo volvió a comparecer ante el juzgado por una segunda acusación de maltrato a su ex novia. Del Juzgado de Violencia de Género número 3 de Sevilla, donde declaró por espacio de tres horas, a la concentración de Montecastillo, en Jerez, donde se ha recluido el Betis con el fin de recobrar energías y hacer piña.

Pepe Mel, amigo de cábalas, puede que no crea en brujas, pero haberlas ‘haylas’, que le pregunten a su ariete titular, Jorge Molina, que se retiró ayer mismo con molestias musculares y es duda de cara al domingo. Entre Molina y Rubén Castro se encuentra Chuli, joven goleador que aterrizó este año procedente del Recreativo y lucha por hacerse un espacio en la Liga de los grandes. Mel y el beticismo confían en la recuperación de Rubén Castro y éste mira a los cielos para que le pongan en pie algo de su bis goleadora y le alejen los malos farios.

En busca de una dedicatoria

En el Sevilla, Rakitic es el rey. Es la figura, su estrella y su goleador. El croata que habla un castellano de Pino Montano, se casó con una nativa, sus suegros son sevillistas, quiere dedicarle la victoria y un gol a su hija recién nacida. Ivan Rakitic ha confesado que desde el minuto 91 del partido contra Islandia (que clasificó a su país para el Mundial brasileño) “ya estoy pensando en el derbi, porque este partido es algo único en el mundo”. Ivan ha sido contundente en su definición: “Un derbi no solamente se juega, se gana”.

Unai Emery, el entrenador, ha entrenado a puerta cerrada ayer y no abrirá hasta el momento del partido. Emery, que vuelve a tener los dos pies dentro del Sevilla, tras la victoria frente al Espanyol, sabe que no quedan más lecturas que la victoria. Otro resultado lo dejaría muy tocado.

placeholder El Sevilla celebra un tanto ante el Betis (Efe).

Un choque distinto

Lo malo y lo bueno de este tipo de partidos, uno de los choques más calientes del mundo, es que los pronósticos suelen terminar en la taza de cualquier wáter. Un Sevilla-Betis resucita muertos y entierra a los héroes. El pasado año, cuando el Sevilla arrastraba cadenas y defectos, cayó una de las grandes goleadas de la historia, un 5-1 que endulza a los sevillistas y duele como una apendicitis a los béticos.

Un clásico sevillano se vive de arriba abajo. José María Del Nido Carrasco, consejero, hijo de Del Nido Benavente y que hace un duro aprendizaje para llegar a ser un día presidente, descubrió a principios de semana un dato muy revelador: Del Nido, antes de disputarse el último Betis-Sevilla, en el estadio verdiblanco, bajó a los vestuarios y delante de los jugadores y entrenador, se quitó primero la chaqueta, luego la corbata y, finalmente, la camiseta. Debajo tenía una camiseta roja del Sevilla. Y se dirigió a los presentes: “Con esta camiseta y con este escudo vais a ganar esta noche”. Los futbolistas del Sevilla salieron como motos y antes del descanso vencían al eterno rival por cero goles a tres. Una serie de incidentes y fallos en cadena empañó la gesta y el equipo terminó con un frustrante empate a tres.

Partido aquel de nervios, tensiones, fallos y expulsiones. El Sevilla terminó con nueve jugadores (no es la primera vez que acaba un derbi tan disminuido) y pidiendo la hora. Tras el empate, Pepe Mel dedicó una gráfica ‘peineta’ a la zona donde se encontraban los hinchas sevillistas.

Los números son para el Sevilla

placeholder Unai Emery (Efe).

En Primera división, Sevilla y Betis han jugado en Nervión 43 partidos, con abrumadora mayoría de victorias de la parte blanquirroja: 26 victorias, por 11 derrotas y tan solo 6 empates. También hay un dato que llama la atención: el Benito Villamarín, feudo verdiblanco, es el estadio donde más victorias ha conseguido el Sevilla: 12 victorias por 17 derrotas y 14 empates.

En Sevilla no se habla de otra cosa. Hasta el sevillista Juan Ignacio Zoido, alcalde de una ciudad con predominio mayoritario de primeros ediles béticos, se moja y sopla la vela hacia Nervión. El pasado miércoles, al coincidir con Unai Emery en un acto oficial, se le acercó al oído y le dijo: “Oye, si hace falta, yo también bajo al vestuario y alecciono a la gente”.

Este domingo Sevilla y Betis juegan un partido que no es un partido cualquiera: para los sevillanos es 'el partido', y se comienza a jugar desdequince días antes del pitido inicial y, sobre todo, colea durantemuchas semanas después. Aunque en este tipo de choques, los pronósticos se ponen a secar al sol, los números miran hacia el Sevilla, que no es que ande para lanzar las castañuelas al aire, pero anda en la pelea, sobre todo después de haber enterrado una pesadilla: la de llevarse 13 meses sin ganar fuera de Nervión. Ganó al Espanyol en Cornellá y los de Unai Emery soltaron lastre.

Real Betis Juan Ignacio Zoido José María del Nido