El Rayo se quita la soga del cuello y sueña con emular el ejemplo de la Real Sociedad

El Rayo Vallecano está de enhorabuena. Después de vivir una complicada etapa económica que obligó al conjunto madrileño a entrar en la Ley Concursal para evitar su desaparición, el club de la Avenida de la Albufera empieza a ver la luz. Este jueves se ha aprobado el Convenio de Acreedores del conjunto vallecano, que dará al club una libertad económica con la que soñar, ¿por qué no?, con calcar los pasos de la Real Sociedad.

El conjunto madrileño ha salvado este jueves un 'match-ball', pues en caso de que no se hubiera aprobado el Convenio de Acreedores, el club no habría tenido más remedio que acudir a fase de liquidación, con la consiguiente desaparición de la entidad. Con un 75,77 por ciento de adhesiones, el Rayo ha aprobado la cantidad y la forma depago en elfuturo próximo, lo que 'resulve' susproblemaseconómicos'resueltos'.

Una situación similar a la vivida por el Rayo es la que atravesó la Real Sociedad hace poco menos de tres años, y un espejo en el que mirarse.El conjunto 'txuri-urdin' salió de la ley concursal en enero de 2010. Tras su ascenso a Primera, sólo tres temporadas más tarde consiguió acabar cuarto en Liga, para jugar la Liga de Campeones en la presente campaña, con los correspondientes -e importantes- ingresos de la máxima competición continental. Pero también se han dado las situaciones contrarias, como el caso del Zaragoza que descendió nada más salir de la Ley Concursal, algo que en la frágil salud económica delRayo sería caer en un pozo quizá demasiado profundo.

Paramantener la estabilidad económica del equipo, y que en un futuro permitaque el apartado de fichajes del club madrileño sea más cuantioso,el ejemplo de la Real marca uncamino que conocen muy bien por Vallecas:fichajes baratos y cantera, mucha cantera. El Rayo tiene experiencia en elloy soñar es gratis.

Con esta nueva situación, el margen de maniobra ha crecido enormemente, aunque con ciertas precauciones que marcaelpresente. El equipono atraviesa un buen momento, y su principal preocupación a corto plazo pasa por salvar la categoría. A partir de ahí, llegaríael momento de crecer.

2012-13, un temporada para el recuerdo

En los últimos cursos, a pesar de las complicaciones, los franjirrojos han hecho grandes temporadas. De hecho, en la campaña 2012-13, el Rayo firmó la mejor temporada de su historia, sumando 53 puntos para acabar en octava posición. Buena parte de este éxito lo tiene Felipe Miñambres. Fichajes a coste cero o a precios irrisorios no sólo hanservido para aumentar los éxitos del equipo, sino que incluso han dado alivio económico a las arcas rayistas.

De la mano de técnicos como José Ramón Sandoval y Paco Jémez, que han hecho posible el milagro dentro del césped, jugadores como Arribas, Javi Fuego, Michu, Baptistaoo Piti han salido del club revalorizados y dejando importantes cantidades enun club vendedor por naturaleza. Ahora, por la nueva situación, el equipo no tendrá una necesidad tan imperiosa de dar salida a los jugadores, lo que puede dar una estabilidad deportiva necesaria al más alto nivel.

El Rayo ha salvado el 'match-ball'

Todavía con la familia Ruiz-Mateos al frente, el Rayo realizó los primero pasos para entrar enel concurso de acreedores en febrero de 2011, cuya entrada no se solicitó oficialmente hasta junio de 2011. Durante este período sumido en la Ley Concursal, en el que la entidad madrileña entró de manera voluntaria, el club se ha visto obligado a cumplir a rajatabla la normativa económica impuesta y que, a día de hoy, ha empezado a aflojar la soga que tenía atada al cuello.

Al tratarse de una entrada voluntaria, Martín Presa ha seguido tomando decisiones sobre la entidad, pero siempre han tenido que tener el visto bueno de los administradores concursales. Esta normativa no buscaba más que acomodar una serie de medidas que permitieran al club ser viable, y no tener que echar el cierre. Esto supusoaceptarimportantes restricciones económicas, que no han impedido que el Rayo haya cumplido con creces en lo deportivo.