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Tres meses después, Martino desvirtúa el 'ADN Barça' por lograr resultados
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EL EQUIPO HA PERDIDO SU ESTILO

Tres meses después, Martino desvirtúa el 'ADN Barça' por lograr resultados

No admiten dudas los números del Barcelona de Martino, con velocidad de crucero en este inicio de temporada. Las sensaciones dicen lo contrario

Foto: Los jugadores guardan un minuto de silencio el pasado viernes ante el Espanyol (Efe).
Los jugadores guardan un minuto de silencio el pasado viernes ante el Espanyol (Efe).

No admiten dudas los números del Barcelona de Martino, con velocidad de crucero en este inicio de temporada. Invicto en Liga, sólo el Atlético de Madrid parece en este momento capaz de seguirle el paso, toda vez que el Real Madrid ya descarriló en dos ocasiones. Más de lo mismo vive en Europa, donde tras el empate de hace dos semanas ante el Milan suma 7 puntos y no tiene visos de ver peligrar su puesto en los octavos de final. Sin embargo, las sensaciones, tan clarividentes muchas veces en esto del fútbol, dicen lo contrario. Ha perdido grandeza en su juego el Barça a cambio de no hipotecar sus resultados. Todo a la espera, como reconocía Martino en la previa ante el Espanyol, “de encontrar la mejor versión”. En su búsqueda de volver a ser los que fueron, los azulgranas han terminado por perderse. Pocos síntomas emite el equipo de Martino que evoquen al de Guardiola o Tito Vilanova, creadores de una obra sin parangón en la historia reciente del fútbol mundial. Mantiene el dominio de las áreas pero ha perdido pujanza el coro en favor de los solistas.

Tampoco se encuentra Messi. Ahora es el Barça el que sostiene al argentino, después de mucho tiempo entregado a la luz del argentino.No preocupa tanto la versión del argentino, al que se espera que el tiempo sobre el campo le vaya dando la fluidez perdida, como la falta de sintonía en el juego. Lejos de imponer su personalidad, innegociable durante años, el conjunto de Martino ha terminado por especular en los encuentros en función del rival, algo denostado durante años en la casa culé, orgullosa de haber impuesto un estilo tantos años en entredicho. La respuesta a esta incertidumbre ha derivado sin embargo en un discurso institucional que intenta demonizar a la crítica por querer el mal del club. "Los que dicen que el Barça juega mal es porque no quieren que nos vaya bien, forma parte del circo", afirmó Rosell instantes antes del Barcelona-Espanyol del viernes. "No tenemos que hacer caso de las críticas, el Barça está jugando muy bien", sentenciaba el presidente.

En detrimento de la preponderancia en el último lustro de jugadores como Xavi e Iniesta, actualmente han pasado al papel protagonista solistas como Neymar y Alexis, jugadores más tendentes al vértigo que a la pausa y la asociación. La velocidad del juego ya no la marca la pelota sino el futbolista, situación en la que emergen jugadores llegadores, como Cesc o el citado Alexis.

A las críticas, razonadas más allá de gustos, responde la entidad con su historial más cercano. “La gente está muy bien acostumbrada. Sé que lo que diré no gustará, pero imaginad que, igual que el Madrid, en los últimos cinco años sólo hubiéramos ganado una Liga y una Copa. Y nosotros llevamos tanto tiempo ganando que si no se gana la Liga y la Champions la temporada parece mediocre. Tenemos que ser prácticos cuando las circunstancias lo necesitan”, declaraba este fin de semanaGerard Piqué a la televisión oficial del club. Señal inequívoca de que algo no funciona igual. Ha cambiado el Barça fútbol por resultados.

No admiten dudas los números del Barcelona de Martino, con velocidad de crucero en este inicio de temporada. Invicto en Liga, sólo el Atlético de Madrid parece en este momento capaz de seguirle el paso, toda vez que el Real Madrid ya descarriló en dos ocasiones. Más de lo mismo vive en Europa, donde tras el empate de hace dos semanas ante el Milan suma 7 puntos y no tiene visos de ver peligrar su puesto en los octavos de final. Sin embargo, las sensaciones, tan clarividentes muchas veces en esto del fútbol, dicen lo contrario. Ha perdido grandeza en su juego el Barça a cambio de no hipotecar sus resultados. Todo a la espera, como reconocía Martino en la previa ante el Espanyol, “de encontrar la mejor versión”. En su búsqueda de volver a ser los que fueron, los azulgranas han terminado por perderse. Pocos síntomas emite el equipo de Martino que evoquen al de Guardiola o Tito Vilanova, creadores de una obra sin parangón en la historia reciente del fútbol mundial. Mantiene el dominio de las áreas pero ha perdido pujanza el coro en favor de los solistas.

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