Ni el 'fichaje' por la selección española logra atemperar el carácter de Diego Costa

Diego Costa sigue dando mucho de qué hablar. Después de que esta semana confirmara su renuncia a jugar con Brasil y su predisposición a hacerlo con España, para el delantero del Atlético de Madrid la vida sigue igual: su aportación goleadora continúa siendo espectacular, pero su complicado carácter le sigue acompañando en todos los estadios que visita. Este jueves volvió a demostrarlo en Granada.

El delantero rojiblanco sigue al frente de la tabla de máximos goleadores del campeonato con 11 goles, empatado con Cristiano Ronaldo. En las once jornadas de Liga disputadas ya suma el mismo número de tantos, lo que le ha permitido ser uno de los jugadores más destacados del momento. Sin embargo, su carácter agresivo le ha vuelto a granjear un nuevo problema en un campo de fútbol.

Costa ha demostrado ser un jugador que no se arruga ante nadie. Sin ir más lejos, el acto de valentía de renunciar a jugar con su selección un Mundial en su país natal por hacerlo con el combinado del lugar en el que ha explotado como jugador, en sus palabras el que "me lo ha dado todo", es algo que muy pocos estarían dispuestos a hacer. Pero ese mismo carácter volvió a jugarle una mala pasada en Los Cármenes.

Corría el minuto 37 de partido, cuando Diego Costa batía a Roberto desde el punto de penalti para adelantar a su equipo. El goleador 'colchonero' celebró su gol mandado callar a la afición rival, que ya le había dedicado algún cántico que otro. A partir de ahí, cada vez que el jugador tocaba el balón el público cargaba contra él, hasta que, con el paso de los minutos y con un Granada que buscaba la remontada, Manuel Iturra le tomó la matrícula.

El chileno, otro jugador pasional donde los haya, tuvo varios roces con Diego Costa, una situación que estalló en el tramo final de partido. Primero, ambos chocaron en la medular, con el consiguiente cruce dialéctico entre los dos jugadores. Pero la situación desembocó en un problema mayor tras un nuevo choque en el área nazarí, en el que Costa pidió penalti y el chileno le mandó levantarse haciéndole gestos sobre su olor corporal.

A partir de ahí, la bronca fue en aumento. Un nuevo encontronazo en el medio del campo fue el preludio de la bronca final. Con el partido ya acabado, ambos jugadores se enzarzaron, con zancadillas, tirones de pelo e insultos, momento en el que los compañeros de ambos tuvieron que mediar para evitar males mayores. Diego Costa volvió a demostrar en Granada que es un goleador de primer nivel, pero ni su reciente 'fichaje' por la Selección le ha servido para atemperar su carácter.