Simeone se 'ensaña' con Guilavogui para elevar su nivel futbolístico

Los sustos que han sufrido Mario Suárez y Gabi, ambos en forma de esguinces de rodilla, han alertado a los técnicos del Atlético de Madrid en la necesidad de poner a tope a uno de sus últimos fichajes, Joshua Guilavogui.

El cuarto mediocentro del equipo, tras los citados más Tiago, no es precisamente el jugador que quería Simeone en un principio, por lo que los 10 millones que costó se volvieron aún más controvertidos al comprobar el estado físico y futbolístico que presentaba el internacional francés en los primeros días como rojiblanco. Aunque por otra parte no deja de ser una apuesta de futuro.

El Cholo le puso las cosas claras al futbolista para después afirmarlo públicamente: “Joshua tiene que ganarse un puesto en los entrenamientos”, afirmó el entrenador en rueda de prensa. Y aprovechando el presente parón por compromisos internacionales y su ausencia en la convocatoria de Francia, ha programado para Guilavogui un plan específico con el fin de que asimile de una vez por todas el ritmo del fútbol español y, más concretamente, el de este Atlético de Madrid.

Este martes, dos días después de jugar sus primeros minutos oficiales, el joven centrocampista tuvo un final de entrenamiento donde fue el único protagonista. Simeone, que aprovechó la presencia de media docena de canteranos que hicieron las veces de colaboradores en los ejercicios con balón, se ‘ensañó’ con Guilavogui. Le insistió en que no debía bajar la intensidad en ningún momento del regreso tras finalizar jugada, le corrigió sencillas situaciones de posicionamiento defensivo y le insistió en que las acciones con balón debían ser a mayor velocidad y precisión. Todo ello, en unos veinte minutos sin tregua que dejaron al jugador visiblemente exhausto. Su predisposición fue siempre más que correcta.

Sorprende ver a estos niveles entrenamientos tan básicos para un jugador profesional. Pero la exigencia del actual Atlético se basa en la competencia interna, y está claro que Simeone no quiere tener un jugador con un rendimiento tan descolgado respecto al del resto de sus ‘rivales’ por un puesto en el once. Por el bien del futbolista, y por el del grupo, que nunca se sabe cuándo va a hacer falta que el galo entre a pelear en la media.