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Neymar, el único plan que le funciona al 'Tata' Martino por ahora en el Barcelona
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EL BARÇA GANA SIN CONVENCER

Neymar, el único plan que le funciona al 'Tata' Martino por ahora en el Barcelona

Los resultado le están permitiendo ganar tiempo, pero el 'Tata' Martino sigue sin instaurar su idea. El cambio a una defensa individual no termina de cuajar

Foto: Neymar, ante el Sevilla
Neymar, ante el Sevilla

El Barcelona sigue en la indefinición. A diez días de que se cumplan dos meses de la llegada al banquillo de Gerardo Martino, el equipo continua sin dar pistas sobre lo que pretende más allá de las cautivadoras palabras del entrenador en la sala de prensa –“presión arriba y velocidad en el juego”- y las loas de los futbolistas al técnico recién llegado –“sabe bien lo que es el Barça”- cada vez que les sale un micrófono al cruce.

Todo son buenas intenciones, pero casi ninguna de ellas se constata sobre el campo. Un desconcierto que, sin embargo, los resultados están tapando, permitiendo al ‘Tata’ ganar tiempo para extender su idea. Málaga, Valencia o Sevilla son claros ejemplos de que el equipo no anda bien por más que el marcador indique otra cosa. Las rotaciones, sobre todo la de Iniesta, tampoco acaban de convencer a nadie. Menos al jugador… Tampoco Fábregas acaba de estar satisfecho pese a ser uno de los más 'favorecidos' por la llegada del 'Tata'. Cesc está siendo de los mejores y sin embargo no es titular indiscutible.

La elección de Gerardo Martino por el Barcelona estuvo cimentada, al menos eso dijeron Rosell y Zubizarreta, en el profundo conocimiento del juego azulgrana y su fidelidad a un estilo innegociable para el club. Un técnico continuista para la creación de Guardiola y Vilanova por más que fuese un agente externo. Sin embargo, el ‘Tata’ piensa por sí mismo y los cambios son mayores de los anunciados. Si bien ha insistido en recuperar la presión sobre la salida del balón del equipo rival, sus dos mayores variantes estriban en el cambio a una defensa individual y el juego directo cuando se cierra el rival. Dos ideas lejos del argumentario azulgrana de los últimos años.

De esto último dio claras pistas Gerard Piqué la semana pasada en una entrevista a La Gazzetta dello Sport: “Hemos sido un poco esclavos del tiki-taka”, admitió el central, que desveló también por dónde irán los cambios: “Martino nos está dando alternativas para cambiar nuestro juego. Cuando nos están apretando, tirar balones largos no es tan malo”. Ese precisamente es el duro trabajo del ‘Tata’: convencer al futbolista de que no hay nada malo en renunciar en un determinado momento al estilo de toque infinito al que estaban tan acostumbrado y que había interiorizado como un credo.

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Los balones en largo, en cualquier caso, no son el cambio más traumático que debe afrontar el equipo. La defensa individual es, por ahora, el mayor problema con el que está chocando el entrenador. No todos están convencidos, como desveló en su momento Xavi: “Estamos pasando de defender en zona a individual y de momento el único que se siente cómodo es Valdés”. Los errores en los últimos partidos –Valencia y Sevilla- están dando la razón al capitán. Los desajustes, sobre todo en los casos de Piqué y Alves, están lastrando al equipo y obligando a Mascherano a ejercer de bombero para apagar todos los incendios. La decisión de no fichar a un central ha terminado por dejar a la zaga expuesta a su suerte. Por ahora, mala.

Neymar empieza a despuntar

De todos los planes diseñados por Martino, sólo el de Neymar parece estar dando sus frutos. La cautelosa entrada del crack brasileño ha sido todo un acierto. Ajeno al ruido mediático, el técnico argentino apostó por rodar a Neymar antes de darle la titularidad. La consigna era clara: hasta que no estuviera físicamente apto –la anemia no ayudó tampoco- no expondría al futbolista a la crítica. Las altas expectativas podrían lastrar su adaptación. Los resultados los empezó a recoger el técnico y el Barcelona el pasado sábado ante el Sevilla.

Neymar fue, de largo, el mejor jugador del Barcelona en la agónica victoria ante el Sevilla. Lejos de dejarse intimidar, encaró a todo sevillista que le salió al paso, por más dura que fuera la entrada. Hasta cuatro tarjetas amarillas forzó el brasileño. No sólo eso. De sus eléctricos regates y vertiginosos desmarques llegaron algunas de las mejores oportunidades del equipo azulgrana. Sólo la inspiración de Beto evitó que celebrado algún gol con la grada. Dio lo mismo. Neymar se puso al servicio del equipo y cantó con Messi el tanto del argentino que había nacido de sus botas. Lo mismo da, lo importante es el equipo… al menos por ahora. Neymar, en definitiva, en pieza a ser una alternativa real. Un latigazo para espabilar a un equipo que, como ante el Sevilla, parece amodorrado.

El Barcelona sigue en la indefinición. A diez días de que se cumplan dos meses de la llegada al banquillo de Gerardo Martino, el equipo continua sin dar pistas sobre lo que pretende más allá de las cautivadoras palabras del entrenador en la sala de prensa –“presión arriba y velocidad en el juego”- y las loas de los futbolistas al técnico recién llegado –“sabe bien lo que es el Barça”- cada vez que les sale un micrófono al cruce.

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