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El tope salarial impuesto en Italia sigue siendo una utopía en el fútbol español
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LA UEFA PLANEA MEDIDAS PARECIDAS DENTRO DE SU FAIR PLAY FINANCIERO

El tope salarial impuesto en Italia sigue siendo una utopía en el fútbol español

El fútbol italiano ha tomado medidas para evitar fraudes y abusos económicos e intentar erradicar los problemas de liquidez que sufren muchos clubes y que pueden

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El tope salarial impuesto en Italia sigue siendo una utopía en el fútbol español

El fútbol italiano ha tomado medidas para evitar fraudes y abusos económicos e intentar erradicar los problemas de liquidez que sufren muchos clubes y que pueden acabar siendo una condena que les lleve a la desaparición. Italia ha fijado un tope salarial en la Serie B (la segunda división), una decisión que en el resto de Europa es totalmente utópica. Francia se lo planteó con las reformas económicas impuestas por Hollande pero se quedó en el aire, la Premier League abolió esta medida hace 52 años y en España los intentos de grupos políticos como PNV o BNG se han frustrado una y otra vez. Limitar los salarios de los futbolistas está lejos de ser una realidad.

El próximo mes de julio entrará en vigor en el fútbol italiano la nueva medida cuyo objetivo es incluir un elemento fijo y otro variable para que el salario mensual de los jugadores de la Serie B no supere los 150.000 euros. Este movimiento no es una novedad en el mundo del deporte ya que en Estados Unidos hay normas muy parecidas a esta: existen límites a nivel global que delimitan el dinero total que puede cobrar la plantilla de un equipo y a nivel individual, ambas modalidades permiten que uno o más jugadores gocen de una situación de privilegio al cobrar sueldos superiores a los de sus compañeros. Así sucedió con David Beckham cuando llegó a la MLS.

La UEFA planea integrar medidas semejantes a estas dentro de su política de fair play financiero. El máximo organismo del fútbol europeo pretende que los clubes no usen más del 70% de sus ingresos para pagar las nóminas de sus jugadores, algo que tendrá como principales víctimas a los conjuntos más humildes que no se podrán permitir tirar la casa por la ventana con un jugador que lidere al equipo. La AFE, por su parte, vería con buenos ojos la imposición de un porcentaje global en función de los ingresos de cada club y en previsión de los cambios económicos que se pueden dar.

Los grandes clubes de la Liga siempre se han mostrado en contra de este tipo de medidas ya que suponen una amenaza para sus grandes estrellas que podrían rescindir sus contratos en busca de otros campeonatos en los que no haya restricciones. En frente están los equipos más modestos que apoyan cualquier intervención que se acerque al límite salarial: abogan por una cantidad fija que se revise anualmente, por una cifra bruta para cada jugador o por el ya conocido límite de plantilla. No sería algo descabellado en la Liga. En su día, el Valencia del doblete impuso un techo de 1’8 millones de euros que se rompió con la llega de Villa cuyo sueldo ascendía hasta los 3 millones.

El fútbol italiano ha tomado medidas para evitar fraudes y abusos económicos e intentar erradicar los problemas de liquidez que sufren muchos clubes y que pueden acabar siendo una condena que les lleve a la desaparición. Italia ha fijado un tope salarial en la Serie B (la segunda división), una decisión que en el resto de Europa es totalmente utópica. Francia se lo planteó con las reformas económicas impuestas por Hollande pero se quedó en el aire, la Premier League abolió esta medida hace 52 años y en España los intentos de grupos políticos como PNV o BNG se han frustrado una y otra vez. Limitar los salarios de los futbolistas está lejos de ser una realidad.