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Mourinho antepone asuntos personales en su decisión de sentar a Iker Casillas
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LA RELACIÓN ENTRE EL TÉCNICO Y EL CAPITÁN, ROTA

Mourinho antepone asuntos personales en su decisión de sentar a Iker Casillas

José Mourinho no puede con Iker Casillas... a pesar de que el portero le diese la máxima puntuación en la votación para elegir al mejor técnico. Es

Foto: Mourinho antepone asuntos personales en su decisión de sentar a Iker Casillas
Mourinho antepone asuntos personales en su decisión de sentar a Iker Casillas

José Mourinho no puede con Iker Casillas... a pesar de que el portero le diese la máxima puntuación en la votación para elegir al mejor técnico. Es una cuestión personal, de empatía. El técnico no olvida ciertas situaciones del pasado reciente como las llamadas a jugadores del Barcelona, discusiones en Valdebebas, desaprobaciones del portero por la falta de autocrítica del entrenador, ausencia de reproches a los árbitros, deseo de cambiar el brazalete de dueño... y así hasta un deterioro total de la relación que ha terminado con Casillas en el banquillo de La Rosaleda y del Santiago Bernabéu. Mou ha pretendido dar un nuevo golpe de autoridad sobre la mesa demostrando al capitán y al resto quién manda en el Real Madrid. La suplencia de Iker mezcla presuntos asuntos deportivos y otros que nada tienen que ver con el momento de forma del portero que son los que más han pesado en el paso dado.

La crispación que ha provocado la decisión de sentar a Casillas no ha gustado en la zona noble del Bernabéu. No entran a valorar que Mourinho coloque a uno u otro jugador, pero piensan que al actual Real Madrid lo que menos falta le hacía era vivir con la grada enfrentada al equipo y, especialmente, al técnico. Piensan que lo experimentado el pasado domingo no se puede repetir, no quieren pensar que escenas así se conviertan en habituales y lo que resta de temporada sea un debate continuo entre el entrenador y la afición. La rebaja de tensión que pidió Florentino Pérez antes de la Navidad ya es historia.

Meses atrás se habló de un futuro Real Madrid con Mourinho en el banquillo y sin algunas de las cabezas visibles del vestuario, pero ahora mismo el técnico tiene bastante menos peso que esos jugadores a los que ha ido señalando durante la temporada: los resultados mandan.

La suplencia de Iker Casillas no ha obedecido a temas deportivos, ni a un presunto mal momento del capitán del Real Madrid. Quizás no sea la mejor temporada del portero, pero el capitán no es el peor de un equipo que se mueve a 16 puntos del Barcelona en la Liga para desesperación de Florentino Pérez, que espera con cierta inquietud el devenir de los acontecimientos y más tras comprobar que el Bernabéu ya empieza a estar de uñas con el entrenador. El presidente decidió que fuera la afición la que tomara la palabra, pero sí que le ha sorprendido que el técnico confesara a la plantilla que la Liga ya estaba perdida y que no era más que un banco de pruebas para lo verdaderamente importante. Lo desveló Onda Cero, pero el máximo mandatario ya sabía el mensaje del técnico a sus jugadores. Y no le gustó, cuando el propio presidente no se cansa de vender aquello de que “el Real Madrid nunca baja los brazos". 

Mourinho habló en Málaga en la víspera del choque ante la Real Sociedad del mejor momento de forma de Adán, de cierta postura de comodidad de Iker y del supuesto mal momento de forma del campeón del mundo para justificar su decisión. La relación está rota. No le dio explicaciones sobre su suplencia ante el equipo de Pellegrini ni ante la Real Sociedad, como tampoco le felicitó por ser designado por quinta vez consecutiva como mejor portero del mundo. Bueno, ni el primer entrenador, ni el resto del cuerpo técnico blanco en otra prueba más de que el problema va más allá de lo estrictamente deportivo. Cuando alguien lleva 474 partidos de Liga y 14 temporadas como titular igual sí que se merece unas palabras de consuelo más que de justificación de la decisión. 

El entrenador no perdona a Casillas que en su momento cogiera el teléfono y llamara a Xavi Hernández y Puyol para intentar poner freno a esas escenas que se vivían en los enfrentamientos entre el equipo madridista y el azulgrana y que se iban a llevar por delante la relación que los jugadores de uno y otro equipo mantenían. Esta unión había valido para ver cómo España ganaba la Copa del Mundo en Sudáfrica. Un año antes, el técnico pidió al portero que jugara la Copa como primer paso para lograr un título que se resistía al Real Madrid desde hacía 21 años, pero ese movimiento del 18 de agosto de 2011 ha sido definitivo para que uno y otro circulen por caminos diferentes.

Lo curioso del asunto y de la nueva crisis abierta por el técnico es que esta llega tras diferentes declaraciones del portero en las que apoyaba a Mourinho y recriminaba al grupo el haber dejado excesivamente solo en público al portugués en más de una ocasión. Hasta ha llegado a decir de él que es el mejor entrenador del mundo. Ahora la relación está deteriorada al máximo. La imagen de Mourinho acercándose al oído de Casillas antes de entrar en el terreno de juego y el portero mirando al tendido lo dice todo: cada uno por su lado.

José Mourinho no puede con Iker Casillas... a pesar de que el portero le diese la máxima puntuación en la votación para elegir al mejor técnico. Es una cuestión personal, de empatía. El técnico no olvida ciertas situaciones del pasado reciente como las llamadas a jugadores del Barcelona, discusiones en Valdebebas, desaprobaciones del portero por la falta de autocrítica del entrenador, ausencia de reproches a los árbitros, deseo de cambiar el brazalete de dueño... y así hasta un deterioro total de la relación que ha terminado con Casillas en el banquillo de La Rosaleda y del Santiago Bernabéu. Mou ha pretendido dar un nuevo golpe de autoridad sobre la mesa demostrando al capitán y al resto quién manda en el Real Madrid. La suplencia de Iker mezcla presuntos asuntos deportivos y otros que nada tienen que ver con el momento de forma del portero que son los que más han pesado en el paso dado.

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