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El Bernabéu sentencia a Mourinho con una tremenda pitada por la suplencia de Casillas
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EL PORTUGUÉS SE REFUGIA EN EL BANQUILLO DURANTE TODO EL PARTIDO

El Bernabéu sentencia a Mourinho con una tremenda pitada por la suplencia de Casillas

José Mourinho ya sabe cómo se las gasta el Santiago Bernabéu. Ya conoce el sabor de una pitada de la mayoría del estadio. La afición madridista

Foto: El Bernabéu sentencia a Mourinho con una tremenda pitada por la suplencia de Casillas
El Bernabéu sentencia a Mourinho con una tremenda pitada por la suplencia de Casillas

José Mourinho ya sabe cómo se las gasta el Santiago Bernabéu. Ya conoce el sabor de una pitada de la mayoría del estadio. La afición madridista se ha posicionado y no está de lado del técnico portugués. En su intento de demostrar que está por encima de todos los jugadores, algo que no le hace falta porque cuenta con todo el respaldo del presidente, sentó a Casillas en Málaga y no varió su decisión ante la Real Sociedad, algo que no perdonaron los seguidores del Real Madrid.

La del domingo era la tercera ocasión en la que el Bernabéu tomaba partido contra del técnico. La primera ocasión fue ante el Athletic, después en el partido ante el Espanyol y la que parece definitiva, por la intensidad y la mayoría de los aficionados que la llevaron a cabo, ante el Real Sociedad, para iniciar 2013. Al anunciar los equipos titulares, la presencia de Iker Casilas en el banquillo fue correspondida por los seguidores madridistas con una atronadora ovación a favor del portero. El momento cumbre llegó cuando, una vez recitada la alineación del Real Madrid, el speaker del Bernabéu pronunció el nombre del portugués, que fue respondido por la grada con una pitada descomunal. El resto del partido lo cierto es que la afición pasó del técnico, menos los ultras que sí que apoyaron al entrenador en más de una ocasión.

"Me parece perfecto que piten mi nombre antes del partido y ayuden al equipo como han hecho, perfecto. Pienso que me han pitado por sentar a Casillas y porque tienen el derecho de hacerlo. Lo acepto con normalidad por el hecho de que en el campeonato no estamos cerca de nuestro objetivo”, razonó tras el técnico portugués.

Mourinho, al que no le gusta lo más mínimo ser el centro de las críticas, apenas se movió del banquillo durante todo el partido. En otros partidos se deja ver, se mueve, grita, da ánimos, pero en esta ocasión tan sólo se dejó ver en dos ocasiones en sendas protestas arbitrales. La primera con motivo de la expulsión de Adán, en el minuto 6, y la segunda cuando reclamó la expulsión de Mikel González por doble amonestación tras una falta cometida sobre Cristiano Ronaldo.

El rostro de Mourinho no dejó lugar a duda alguna durante todo el partido. Serio, buscaba la complicidad de Karanka y Rui Faría como compañeros de viaje durante los 90 minutos del choque. Casillas, cuando salió y el técnico se acercó a darle las pertinentes instrucciones, no realizó gesto alguna de complicidad con el entrenador. Frialdad máxima

La tensión que acumulaba el entrenador le llevó a explotar en el momento del cuarto gol del Real Madrid. Las cámaras de la producción televisiva enfocaron al portugués en el momento en el que gritó en dos ocasiones: "Hijo de puta". No apareció palabra alguna más, pero vino a demostrar que Mourinho no lo estaba pasando bien, que estaba sufriendo en el Bernabéu, algo que desconocía en los dos años y medio que lleva como entrenador de la entidad madridista.

José Mourinho ya sabe cómo se las gasta el Santiago Bernabéu. Ya conoce el sabor de una pitada de la mayoría del estadio. La afición madridista se ha posicionado y no está de lado del técnico portugués. En su intento de demostrar que está por encima de todos los jugadores, algo que no le hace falta porque cuenta con todo el respaldo del presidente, sentó a Casillas en Málaga y no varió su decisión ante la Real Sociedad, algo que no perdonaron los seguidores del Real Madrid.

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