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Mourinho ya no controla ni logra motivar al vestuario del Real Madrid
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JUGADORES COMO ÖZIL O BENZEMA CUESTIONAN SU FUTURO JUNTO AL PORTUGUÉS

Mourinho ya no controla ni logra motivar al vestuario del Real Madrid

Desconexión: José Mourinho, por un lado, y determinados jugadores del Real Madrid, por otro. El portugués creía que iba a poder controlar la situación, pero no es

Foto: Mourinho ya no controla ni logra motivar al vestuario del Real Madrid
Mourinho ya no controla ni logra motivar al vestuario del Real Madrid

Desconexión: José Mourinho, por un lado, y determinados jugadores del Real Madrid, por otro. El portugués creía que iba a poder controlar la situación, pero no es así. Desde el pasado mes de agosto, cuando cayó derrotado ante el Getafe, las señales que emite el vestuario madridista demuestran que técnico y plantilla caminan por sendas distintas. La primera hora de partido del pasado miércoles ante el Celta sirvió para escenificar las diferentes sintonías que instrumentan entrenador y jugadores. La falta de respuesta sobre el césped, la sospechosa actitud de jugadores como Benzema y Di María o la ineficacia de otros como Carvalho o Modric demuestran que este Real Madrid está tocado. Sorprende el caso del argentino, recién renovado y fichaje made in Mourinho.

No es un panorama nuevo. Tras las derrotas ante Getafe, Sevilla y Betis ya sucedió. El entrenador disparó hacia los jugadores y ahora lo ha vuelto a hacer, no sin parte de razón. No señaló, pero tal y como ocurrió en el Benito Villamarín, marcó a jugadores como Di María y Benzema. En esta ocasión, no puso en duda a Cristiano Ronaldo, pero sí al argentino y al francés. La frase que salió de boca del técnico de que "alguno no quería jugar" es el fiel reflejo de que algo falla, que ya no consigue mentalizar a unos jugadores que distan mucho de ser los de antes. Por momentos, el Real Madrid transmite que todo lo ha fiado a la Champions, competición caprichosa y que durante tres meses desaparece del calendario, lo que provoca que todo el protagonismo recaiga en Liga y Copa.

El mensaje de Mourinho ya no tiene el mismo calado entre los jugadores que meses atrás. La relación causa-efecto ha pasado a mejor vida. El desgaste está pasando factura, tal y como demuestran las seis derrotas que lleva cosechadas en lo que va de temporada. Tres en Liga y otras tantas en Champions, Copa y Supercopa. En el mes de diciembre superan los tropiezos de la pasada temporada e igualan los de la primera campaña en el banquillo blanco. Además, en pocos partidos el Real Madrid ha transmitido la sensación de controlar la situación, de dominar los partidos, tal y como sucedió el pasado sábado en Valladolid.

El gol de Cristiano Ronaldo en el partido de Copa a cinco minutos del final alivió un tanto la tensión, pero Mourinho sabe que tiene un problema, que sus jugadores han dejado de creer en él, que ya no controla el vestuario. Pepe, ejerciendo de capitán, levantó la voz a varios de sus compañeros en Vigo, especialmente a Di María, pero lo único que consiguió el portugués fue excitarse y que el público la tomara de manera injusta con él. Antaño, las broncas de Mou -la última tuvo lugar en descanso tras el partido ante el Betis- servían para motivar; ahora aíslan a jugadores y técnico. El pulso que mantuvo con Sergio Ramos al principio de temporada también le ha pasado factura.

Tanto es así que algunos jugadores están expectantes ante lo que pueda suceder con el futuro del banquillo para moverse en un sentido o en otro. Tal y como adelantó El Confidencial, Özil es de los que no se ven con fuerzas suficiente para continuar al lado de Mourinho. Otro es Benzema, nada feliz con el despliegue físico que le obliga a realizar el técnico, o con la última misión encomendada, que no es otra que la de defender en el primer palo los saques de esquina de los rivales. Albiol sabe que apenas tendrá oportunidades de continuar con el portugués e incluso ha vuelto a pensar en escuchar ofertas en el mercado de invierno, opción descartada. Kaká ya ha perdido toda la fe en él, pero el brasileño también es consciente de que debido a su estado de forma no puede abrir la boca.

Desconexión: José Mourinho, por un lado, y determinados jugadores del Real Madrid, por otro. El portugués creía que iba a poder controlar la situación, pero no es así. Desde el pasado mes de agosto, cuando cayó derrotado ante el Getafe, las señales que emite el vestuario madridista demuestran que técnico y plantilla caminan por sendas distintas. La primera hora de partido del pasado miércoles ante el Celta sirvió para escenificar las diferentes sintonías que instrumentan entrenador y jugadores. La falta de respuesta sobre el césped, la sospechosa actitud de jugadores como Benzema y Di María o la ineficacia de otros como Carvalho o Modric demuestran que este Real Madrid está tocado. Sorprende el caso del argentino, recién renovado y fichaje made in Mourinho.

José Mourinho