La extraña relación de amor-odio entre Mou y Carvalho consume un nuevo episodio

Ricardo Carvalho vuelve a ser jugador del Real Madrid después dos meses alejado de cualquier contacto con los actuales campeones de Liga. Ayer se ejercitó junto al resto de la plantilla que dirige José Mourinhotras pasar todo el verano apartado de la disciplina del primer equipo. El motivo, la búsqueda de un idílico destino que no apareció, ni por el que tampoco puso mucho empeño en encontrar al no querer escuchar propuestas de equipos como el Galatasaray, que le ofrecían los dos años que pedía. El central decidió dar un paso atrás ante el anuncio por parte del entrenador de que apenas contaría con él para la temporada 2012-2013. Algo curioso cuando meses atrás (octubre de 2011), fue el propio Mourinho el que anunció una ampliación de contrato que el club nunca vio con buenos ojos, en la que fue su primera gran decisión desde su cargo de mánager del primer equipo.

Carvalho no soporta verse fuera del once titular y pidió permiso para buscar destino y no tener contacto alguno ni con el técnico ni con los jugadores. Ahora todo ha cambiado y el portugués no tiene otro remedio que regresar a la disciplina del primer equipo. Tiene contrato y por ley debe volver a ejercitarse como uno más de la plantilla. Además, Mourinho ha decidido incluirle en la relación de jugadores con ficha, lo que obliga a normalizar una relación que ha tenido todo tipo de altibajos y que ahora vuelve a estar deteriorada.

El técnico pidió el fichaje del portugués ya avanzado el verano de 2010, algo que no gustó ya que Carvalho rechazó en su día al Real Madrid para fichar por el Chelsea, pero aceptaron el deseo de un recién llegado Mou. Su primera opción era la de Thiago Silva, pero fue el propio Mourinho el que se movió para cerrar la operación de un jugador que tuvo primero en el Oporto y después  en el Chelsea y con el que llevaba algo más de dos años sin hablarse. Todo por alguna que otra suplencia suplencia en el actual equipo de Fernando Torres. El movimiento sorprendió en el club, pero Mourinho pidió al portugués porque creía que en ese momento era la mejor opción, tal y como demostró con su rendimiento posterior. Malo o bueno es lo que tiene Mourinho, si cree que alguien le puede aportar, le reclama con independencia de historias pasadas.

El primer año de ambos en el Real Madrid todo rodó a la perfección, de ahí que el técnico anunciara su renovación por una temporada más. Pero todo cambió a partir del nuevo año de contrato. Los achaques del central, su flojo rendimiento en los pocos partidos que apareció y el distanciamiento entre ambos, llevó al técnico a decidir no contar con él o por lo menos a comunicarle que iba a ser el último central de la plantilla blanca, algo que Carvalho no aceptó, de ahí su petición de mantenerse al margen del equipo.

Los dirigentes del club le han dado todo tipo de facilidades con el único objetivo de ahorrarse los casi 3,5 millones de euros que percibe, pero el mensaje que ha llegado a la zona noble del Bernabéu es que no ha hecho todo lo posible, que siempre ha jugado con el colchón que le supone el año que todavía le resta de contrato. Mourinho cuenta con el que fuera gran amigo de Pedro León en la plantilla blanca como el quinto central. Lo sabe y es algo que no le gusta, pero la vida en Madrid y los 3,5 millones de euros que cobra en el Real Madrid han sido su argumento para seguir y para entrenarse durante los meses de julio y agosto con el Castilla y con el tercer equipo blanco.