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Del Nido defiende su inocencia y no dimite: "Ha sido una bofetada, pero no abandono el barco"
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Del Nido defiende su inocencia y no dimite: "Ha sido una bofetada, pero no abandono el barco"

Con el gesto sombrío y alguna ojera extra, José María Del Nido, presidente del Sevilla, compareció ante los medios y lo primero que dijo, de forma

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Del Nido defiende su inocencia y no dimite: "Ha sido una bofetada, pero no abandono el barco"

Con el gesto sombrío y alguna ojera extra, José María Del Nido, presidente del Sevilla, compareció ante los medios y lo primero que dijo, de forma repetida, es: “no abandono el barco del Sevilla”. Insistió en que sigue, y que, aun reconociendo que su condena en primera instancia a siete años y medio e inhabilitación profesional de quince por el llamado “caso Minutas”  ha supuesto “una bofetada de las gordas, no abandonaré la nave ni a los sevillistas, mientras pueda, tenga fuerzas y me lo permita la legalidad vigente”.

Con voz clara y mirando a los ojos a quien le preguntaba, Del Nido señaló: “Estoy condenado en primera instancia, lo que es recurrible, y mientras que esta sentencia no sea firme, sigo siendo inocente de los delitos por los que he sido condenado”. Su abogado, el letrado Pedro Apalategui, le acompañó en todo momento y desmenuzó cualquier cuestión legal que se le planteó. Éste confirmó que realizarán un primer recurso de casación a la sentencia. También desveló que el fiscal de la causa pide medidas cautelares, pero no las ve necesarias porque ya le pidieron que certificara cada vez que, por motivos profesionales o deportivos, Del Nido haya podido salir del país. Si le pidieran responder civilmente está sobradamente probada en la causa. Así que no espera que se lleve a cabo, porque el riesgo de fuga es inexistente, porque tiene un gran arraigo con su familia. Ve muy lejos de ser viable llevar a cabo esas medidas cautelares.

En una sala abarrotada de periodistas, Del Nido confesó que el noventa por ciento de sus familiares y círculo más íntimo, incluso sus compañeros de bufete, “me han pedido que me vaya a casa. Pero mis asesores me han aconsejado que me quede. Y así lo he decidido, sin considerarme imprescindible, para nada. Pero sí creo en mi gestión”.  Y remontó con fuerza con un argumento irrebatible: “Esta querella criminal se puso en marcha en 2006, en el mejor momento de la historia del Sevilla FC y, hasta ahora, creo que el balance de mi gestión ha sido muy positivo pese a sufrir las consecuencias de este procesamiento”.

Rafael Carrión, expresidente del Sevilla, aseguró que él, en su lugar, hubiera dimitido. Del Nido se revolvió con genio: “En el club teníamos valoradas tres posibilidades desde la culminación del juicio. Una, la absolución; dos, una condena mínima, y tres, una condena grave. Medidas a adoptar valoradas con los accionistas mayoritarios de la entidad, el Consejo y las personas más cercanas. Es una de las decisiones más trascendentes que he tomado en mi vida. Puse en una balanza si el dimitir o no, si el quedarme o irme perjudicaba más o menos a la entidad. Y creo, no obstante, que quedándome la imagen puede verse afectada, pero entiendo que mi posición al frente de la misma beneficia más a la sociedad”.

En la sala se encontraba el serbio Ivica Dragutinovic, ex jugador del club, que quiso apoyar al presidente sevillista en sus momentos más duros. Se fundieron en un abrazo, antesala a lo que esperaba a Del Nido horas más tardes, en el propio Nervión, donde fue recibido con palmadas en el hombro y un roción de aplausos.

Con el gesto sombrío y alguna ojera extra, José María Del Nido, presidente del Sevilla, compareció ante los medios y lo primero que dijo, de forma repetida, es: “no abandono el barco del Sevilla”. Insistió en que sigue, y que, aun reconociendo que su condena en primera instancia a siete años y medio e inhabilitación profesional de quince por el llamado “caso Minutas”  ha supuesto “una bofetada de las gordas, no abandonaré la nave ni a los sevillistas, mientras pueda, tenga fuerzas y me lo permita la legalidad vigente”.

José María del Nido