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Riazor vive su noche más triste: el Depor jugará la próxima temporada en Segunda División
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LA DERROTA ANTE EL VALENCIA LE LLEVA AL DESCENSO

Riazor vive su noche más triste: el Depor jugará la próxima temporada en Segunda División

La de anoche fue una noche de tensión, de nervios, de alegrías y también de penas. Seis eran los equipos amenazados, pero solo uno de ellos

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Riazor vive su noche más triste: el Depor jugará la próxima temporada en Segunda División

La de anoche fue una noche de tensión, de nervios, de alegrías y también de penas. Seis eran los equipos amenazados, pero solo uno de ellos daría por terminada la temporada como equipo de Segunda División. Durante 90 minutos los transistores y las calculadoras funcionaron a pleno rendimiento porque cada gol, cada resultado, podía ser determinante para lograr la permanencia o por el contrario, caer en el abismo del descenso. Con el resultado del Mallorca, que perdía con el Atlético de Madrid, al Deportivo le bastaba un empate para salvarse, pero el Valencia no tuvo piedad en Riazor y los goles de Aduriz y Soldado le mandaron directo a Segunda. De nuevo, el conjunto ché ejerció de verdugo con el conjunto gallego. Hace 17 años se jugaba la Liga, ahora la permanencia.

Tenía el apoyo de la afición, absolutamente volcada con su equipo, y posibilidades reales para no descender. Disfrutó de ocasiones para conseguirlo, pero no tuvo su noche en ataque y los jugadores acabaron derrumbados en el terreno de juego y consolados por los valencianos, que no se jugaban nada y que por segunda vez en la historia se convirtieron en su bestia negra. Aunque el Depor dependía de sí mismo, se vio perjudicado por el resultado del Zaragoza.

Se ha cerrado así la etapa con mayor continuidad del Deportivo en Primera División (20 temporadas), categoría a la que llegó a principios de los noventa, un par de años después de que Augusto César Lendoiro asumiera la presidencia de la entidad, y de la mano de Arsenio Iglesias en el banquillo. 

Lotina, aún incédulo, lamentó en rueda de prensa la mala suerte de su equipo. "Ahora puedes buscar mil partidos, pero es lo que hay. Ha habido resultados muy sorprendentes, demasiado, en las últimas semanas y todos en contra de nuestros intereses. No es lógico que con 43 nos vayamos a Segunda. No hemos tenido ni una gotita de suerte", dijo.
 

A Juan Carlos Valerón se le vio visiblemente afectado y afirmó que "la precipitación y la mala suerte" perjudicaron a los blanquiazules en el último encuentro de la temporada. "No pudo ser. Lo sentimos mucho". Seguro que el año que viene vamos a devolver al equipo a donde se merece".

Fiesta en el resto de campos

En Anoeta, el empate entre la Real Sociedad y el Getafe favoreció los intereses de ambos conjuntos. Los de Míchel se adelantaron con un gol del  Cata Díaz, pero los donostiarras pusieron las tablas en el marcador. A partir de ahí, y como el empate les valía a los dos se produjo una suerte de pacto tácito de no agresión y con fútbol en el centro del terreno de juego y cánticos en la grada ambos consiguieron el objetivo de seguir en Primera.

El Zaragoza, por su parte, sí hizo los deberes y aunque era el único obligado a puntuar para lograr la permanencia supo resolver el partido ante el Levante. El capitán del conjunto maño, Gabi Fernández, se convirtió en el héroe de su equipo al anotar dos golazos y asegurar los tres puntos que le salvaban del descenso.

 El Real Zaragoza logró salvar la categoría después de sufrir toda la temporada, pero sobre todo consiguió subsistir porque un descenso le habría dejado, posiblemente, al borde de la desaparición. Mantener la categoría ha sido el fruto de la fe de una plantilla en la que muy pocos creían y que con el triunfo de ayer frente al conjunto valenciano permite sobrevivir a un club acosado por las deudas.

Otro de los amenazados que pudieron celebrar la permanencia fue Osasuna El conjunto navarro, que sólo necesitaba un punto para asegurar la salvación de forma matemática, sumó su tercera permanencia en los últimos cuatro años con una noche de fiesta en Pamplona, en la que los 'rojillos' nunca vieron peligrar el objetivo ante el Villarreal.

 

La de anoche fue una noche de tensión, de nervios, de alegrías y también de penas. Seis eran los equipos amenazados, pero solo uno de ellos daría por terminada la temporada como equipo de Segunda División. Durante 90 minutos los transistores y las calculadoras funcionaron a pleno rendimiento porque cada gol, cada resultado, podía ser determinante para lograr la permanencia o por el contrario, caer en el abismo del descenso. Con el resultado del Mallorca, que perdía con el Atlético de Madrid, al Deportivo le bastaba un empate para salvarse, pero el Valencia no tuvo piedad en Riazor y los goles de Aduriz y Soldado le mandaron directo a Segunda. De nuevo, el conjunto ché ejerció de verdugo con el conjunto gallego. Hace 17 años se jugaba la Liga, ahora la permanencia.