Mourinho y Pep Guardiola coinciden en algo: silenciar a sus jugadores hasta el lunes

Se acabaron los ensayos. Barcelona y Real Madrid, técnicos, jugadores y presidentes solo piensan en el clásico del lunes. Las 'distracciones' de Amssterdam y Atenas son historia y tanto madridistas como azulgranas ya han orientado su mente y su cuerpo hacia lo que va suceder en el Camp Nou. Ni Guardiola ni Mourinho quieren distracciones más allá de las necesarias. Probablemente oiremos a los dos entrenadores decir que no es partido importante o decisivo, pero la duda llega cuando en los días previos alteran sus planes y los de sus jugadores. Y es que uno y otro técnico han coincidido por primera vez en mucho tiempo. Nada de festivales, de entrevistas personalizadas ni de actos publicitarios tan habituales en las previas de este tipo de partidos en años anteriores. Ya saben, palabras, las justas.

 

Los dos entrenadores han dado orden a sus jugadores de suspender cualquier tipo de acto publicitario, entrevista o aparición pública que tuvieran programada. Hasta después del clásico del lunes no tienen permiso para hablar salvo que el club decida que lo hagan en rueda de Prensa. En el Barcelona hablarán Puyol y Mascherano, mientras que en el Real Madrid es toda una incógnita. No es la primera vez que Guardiola silencia los micrófonos antes de un partido frente al eterno rival o en choques decisivos. Ya lo hizo durante la pasada temporada y el gran damnificado fue Piquè, que en la presentación de su libro apenas pudo hablar por recomendación expresa de su técnico. El entrenador piensa que es la mejor manera de preparar un encuentro con tanto en juego. Busca la concentración y, sobre todo, evitar posibles enfrentamientos dialécticos con rivales, prensa o aficionados. No quiere polémicas y piensa que la mejor manera es evitando que hablen.  A Villa, por ejemplo, le prohibió hablar de su inminente partido ante el Valencia, durante una concentración de la selección. Asunto que trasladó a la Federación vía fax.

 

El protagonismo, para Mou, no para los jugadores

 

Lo de Mourinho es diferente porque su táctica no ha variado y es la misma que utilizó en Chelsea e Inter y que ha puesto en marcha a su llegada al Real Madrid. El técnico busca que el jugador sea transparente, que sus apariciones en los medios se reduzcan y que sus palabras apenas tengan repercusión. Mou quiere ser el centro de todo lo que suceda y el primer paso que dio para lograrlo fue el de reducir las entrevistas personales hasta límites insospechados. Pocas y escogidas por el propio entrenador. Es su manera de trabajar y a los jugadores, todo hay que decirlo, les parece estupenda.  No se puede negar que el portugués ha conseguido que toda la información del club blanco gire alrededor de su figura y la plantilla apenas sufra y sepa lo que es la presión mediática.

 

Los grandes perjudicados de estas decisiones de los entrenadores de uno y otro equipo son los departamentos de márketing. Antes, un año sin ir más lejos, en estas semanas se promocionaban todo tipo de productos, tanto individuales como de los dos clubes. Las marcas querían estos días porque saben que la atención mediática está centrada en lo que hagan Barcelona y Real Madrid. Ahora deben darle al ingenio para poder asociar la imagen de alguno de sus representados. Muchas marcas, graban intervenciones o entrevistas en las semanas previas  con tal de tener su momento de gloria al lado del jugador al que pagan mucho dinero. El ejemplo más claro ha sido el Castrol, esponsor de Ronaldo, y al que hizo una entrevistas días atrás con el fin de distribuirla antes de la disputa del partido del Camp Nou.

 

En el fondo de todos estos movimientos está el carácter de los dos entrenadores. Los dos quieren el protagonismo porque piensan que es lo mejor para los jugadores, que para soportar la presión durante la semana están ellos y que las diferentes plantillas cuando tienen que expresarse es en el terreno de juego. Y lo mejor, para ellos, es que las directivas respaldan al máximo todas y cada una de las decisiones que adoptan. Puerta cerrada, pues puerta cerrada; entrevistas aplazas, pues 'silenzio de stampa' como se dice en Italia.

 

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