Piropos a Aznar, paseíllo a Pajín: populares y socialistas se reparten el palco del Bernabéu

Ex presidente de Gobierno, ministros, ex alcaldes, portavoces parlamentarios, presidenta de Comunidad Autónoma, empresarios, periodistas, magnates, dirigentes, seleccionadores, deportistas y demás famosos acapararon los focos del palco del Bernabéu en la noche en la que se decidió la Liga. (Vea el álbum.)

Una hora antes del encuentro, muchos, con entrada o sin ella, se acercan al estadio con la única intención de ver la pasarela de moda y estilo en el que se ha convertido el acceso al palco madridista. El que no pisa esa imaginaria pasarela es como si no existiera en la vida social madrileña. La gente lo sabe y acude a ver el espectáculo. Aplausos, vítores e incluso insultos se oyen al encaminar los pasos a la zona noble madridista. Algunos ya se han acostumbrado a la aclamación y ahí la número uno es Esperanza Aguirre.

La presidente de la Comunidad de Madrid hace a pie los últimos metros, escuchando piropos y alabanzas por igual, que seguro que le elevan el ego. En la puerta le esperaba Florentino Pérez, que también recibió su correspondiente baño de multitudes. Otra cosa hubiera sido al final del choque. Algo parecido ocurrió con José María Aznar, melena al viento, al que no le quedó otro remedio que girarse y responder a las salvas desde la misma puerta del palco. Al que fuera presidente del Gobierno le piden, cada vez que se acerca al Bernabéu, su vuelta, suponemos que a la política. Le acompañaba su mujer, la concejala Ana Botella. La calle Padre Damián se colapsa ante la llegada de coches oficiales y por la curiosidad popular. Lógico, viendo el espectáculo.
 
La que no estuvo en el palco, pero no se perdió el partido fue la Infanta Elena y sus dos hijos Froilán y Victoria. Futbolera ella, recuerden que también paseó el triunfo de España en la Eurocopa por la calles de Madrid, llegó al estadio veinte minutos antes del inicio del partido. La expedición era como para pasar inadvertida. Tres coches y ella conduciendo uno de ellos. También se vio por el palco a Alberto Aza, actual jefe de la Casa Real.  
 
En esta ocasión los insultos fueron para Joan Laporta y el resto de directivos del Barcelona. Muy discretos ellos, llegaron media hora antes del partido en dos autobuses, cruzando entre los cientos de aficionados que buscaban entrar al estadio. Se pueden imaginar lo que se escuchó en ese momento. Con todo y con eso, lo peor para los madridistas está por llegar. Y es que el viernes, Laporta regresa a Madrid para entregar la 'Champions' a la ciudad que acoge la próxima final. Lo hará de la mano de Puyol y a la sede del Ayuntamiento de Madrid, es decir, a cincuenta metros de la misma Cibeles. No podía ser de otra manera y el presidente se lo recordó a Florentino Pérez en su despedida: "Nos vemos el viernes, presiente", exclamó Laporta.

La ministra Beatriz Corredor y la secretaria de organización del PSOE Leire Pajín no se perdieron el Real Madrid-Barcelona. A su lado estuvieron los socialistas Eduardo Madina, Fernández Bermejo, López Garrido, Tomás Gómez, el defensor del pueblo Enrique Múgica, el presidente del Senado Javier Rojo y Pasqual Maragall, que llegó de la mano de la expedición azulgrana. Sentado muy cerca se encontraba el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido. Por el lado popular estuvieron Álvarez del Manzano, José María Michavila, Luis Eduardo Cortés, Nacho González, Elvira Rodríguez, Pilar del Castillo, Abel Matutes y el que fuera concejal del ayuntamiento de Madrid y consejero de Madrid 2012, Ignacio del Río. Durán i Lleida, portavoz del CIU en el congreso y buen amigo de Florentino también estuvo en un palco muy plural, aunque con más toques del PP que de otra tendencia política.
 
La empresa también tuvo su sitio en el Bernabéu. Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid, y Villar Mir, presidente de OHL y eterno aspirante al trono madridista, departieron con políticos y directivos de uno y otro partido y colores futbolísticos. También se dejaron ver Tapias y su mujer, Nuria González, así como Pedro López Jiménez, ex presidente de Unión Fenosa. Rezar Taçi, millonario albanés y responsable del reciente viaje del Real Madrid a Tirana, estuvo igualmente en el Bernabéu. Carlotti, presidente de Antena 3, Isabel Linares (Telemadrid), Jiménez Losantos (Esradio), Maruhenda (La Razón), Alex Grijelmo (EFE), Martín de Cabiedes (Europa Press), Pedrerol (Intereconomía) e Ignacio Camacho (ABC) formaron parte del ya habitual elenco de periodista-empresarios habituales del palco.
 
El deporte estuvo representado por José Luis Astiazarán, Vicente del Bosque, que repitió frío saludo con Florentino Pérez, tal y como sucedió el día del partido del Olympique de Lyon, Zidane, Óscar Gil, Gental Miró (no se sabe en calidad de qué, pero estuvo), Ensoto Bronzetti, intermediario italiano y hombre de confianza del presidente blanco y Alberto Contador, ovacionado al entrar al estadio.

Curiosamente, el gran protagonista de la zona noble del estadio madridista fue un sindicalista, que al mes de llegar a este negocio amenaza con parar el fútbol; sí, el mismo deporte que hace años consiguió sacar a la calle a dos ciudades como Sevilla y Vigo por el descenso administrativo de sus equipos. Estamos hablando de Luis Rubiales, jefe de la AFE y promotor de la huelga que puede poner en jaque al rey de los deportes en España. Más de un tirón de orejas recibió el que fuera jugador del Levante, cariñoso eso sí, ante la decisión que dejaría sin fútbol a España el próximo fin de semana. "No es lógico. Reunión y media y una carta amenazando con un paro", le dijeron más un dirigente con el que se cruzó el hoy en día sindicalista más famoso de España.