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Ibrahima, un negro de Senegal con acento argentino
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EL 'ROJIBLANCO' VA A LOS ENTRENAMIENTOS EN AUTOBÚS

Ibrahima, un negro de Senegal con acento argentino

Es un africano más del madrileño barrio de Aluche que cada día se sube al autobús para ir a trabajar. Alto,19 años, de color negro y

Foto: Ibrahima, un negro de Senegal con acento argentino
Ibrahima, un negro de Senegal con acento argentino

Es un africano más del madrileño barrio de Aluche que cada día se sube al autobús para ir a trabajar. Alto,19 años, de color negro y un peinado a base de pequeñas trenzas. De Senegal, vino a Europa en busca de una vida mejor y el sacrificio es una constante para alcanzar su meta. Al contrario de muchos de sus compatriotas que viajaron hasta el Viejo Continente en busca de un trabajo digno, Ibrahima Baldé está haciendo realidad su sueño y el pasado domingo logró un objetivo que se propuso hace poco más de dos años desde su humilde casa en Pikine: marcar un gol en la Liga española.

 

Los 30 kilómetros de ayer en autobús se le hicieron más cortos de lo habitual. El día anterior puso ‘patas arriba’ el Vicente Calderón con un gol que, a la postre, significaría una agónica victoria del Atlético de Madrid. Aunque hoy siga utilizando el abono joven para desplazarse hasta el majariego Cerro del Espino, mucho ha cambiado su vida desde que decidió coger un avión -a los 17 años- rumbo a Buenos Aires para intentar ser futbolista de élite.

 

Un amigo de su padre le metió en la cabeza la idea de ser jugador de fútbol en Argentina. Probar suerte. A su madre no le hacía gracia por las lesiones que puede producir el balompié, porque iba sin ningún contrato seguro y porque no había finalizado el último año de sus estudios. La tentación de emigrar es una constante en Senegal. Algunos amigos le habían propuesto ir en patera hacia Europa, pero Ibra rechazó esa ‘oferta’.

 

Viaje a Argentina con lo puesto

 

Con 100 dólares y muchos problemas administrativos logró atravesar la aduana y pisar Argentina. Allí, el amigo de su padre le consiguió unas pruebas con el Argentinos Junior: rechazado. A continuación, pone rumbo hacia el Vélez Sarsfield donde sí que consigue una plaza en el segundo equipo.

 

Un día que yo estaba viajando en el tren vino un tipo que me mostró la esvástica, me miró y me puteó”. Los comienzos de Baldé en la capital argentina no fueron fáciles. Ahí empezó a comprobar cómo el racismo influye en el día a día de la población negra. “Mi color de piel me exige aún más; me llaman de todo, negro de acá, negro de allá” explicó en una entrevista a los pocos meses de aterrizar en el club de la ‘V’ azulada.

 

Su buen comportamiento en el césped hizo que José Sánchez Parra, una mezcla de misionero y agente de futbolista, se fijara en él. Este creyente y amigo del balón, fue el que ‘apadrinó’ a Valdo en Pozuelo y, hoy en día, es también su representante. Sánchez Parra, a través de un amigo camerunés afincado en Buenos Aires, habló con la ‘Pantera Negra’ para saber si estaba dispuesto a seguir pegando a la pelota en España. Después de contestar sin ninguna duda, Parra llamó a José Mari Amorrortu para concretar una prueba y saber si tenía cabida en el filial rojiblanco. Aterrizó gratis, de mutuo acuerdo entre jugador y Vélez.

 

Con poco más de un año en España, a este negro de Senegal todavía se le escapan muchas expresiones del país del tango. “La concha de tu madre y pelotudo” fueron las primeras cosas que aprendió allí, aunque también –para alivio de los colchoneros-  futbolísticamente destaca otros conocimientos adquiridos como “nada de bicicletas innecesarias, ni un regate de más; sólo directo a portería”. Este forofo de su medio tocayo Ibrahimovic 'ama' la efectividad.

 

Aprovechando cada carambola del destino

 

Tras muchas carambolas en los últimos dos años, un último rebote le dio la oportunidad de lucirse una vez más. Su gran olfato goleador con el ‘B’ en la presente campaña llamó la atención del primer equipo. Aunque el despegue y la clave estuvo en el Mundial sub-17 y la convocatoria del delantero colchonero Borja. La futura estrella rojiblanca, con el que sueñan algún día ocupe el hueco dejado por Fernando Torres, viajó con la selección española e Ibrahima comenzó a aumentar su cuenta anotadora. Abel ya se había fijado en él pero fue Quique Sánchez Flores quien le hizo debutar en Liga.

 

Y menudo estreno, ¡titular ante el Sevilla ‘haciendo’ de Agüero!. Jugó, gustó y en Copa ante el Recreativo -nuevamente en el Calderón- volvería a tener minutos. Las expectativas depositadas sobre él son grandes y más tras su media hora del pasado domingo. ‘El negro del filial’, como improvisaron los aficionados colchoneros en la grada, recibió aplausos y a la par gritaron el tercer gol local de la noche. Fue la primera vez que los hinchas se alegron por alguien que vestía una camiseta blanca (se quitó la rojiblanca de la emoción). ‘Aún le queda, pero va por buen camino’, se oía desde la platea.

 

Y es que todavía es un profundo desconocido. A penas hay información de él en la red y su propio club, en la página web oficial, le nombra como ‘Ibrahim’. Le borra una letra de su nombre y, por si fuera poco, indica que nació en Lisboa… El ‘58’ del Atlético de Madrid seguirá teniendo ficha del segundo equipo pero su nombre dejará de ser extraño.Ahora, "cada vez que juego en mi barrio es como si jugara Senegal; mi gol se celebró como si fuera de la selección”. Así se mostró ayer este futbolista que aún no ha sido internacional con nadie aunque la preferencia es su país de origen.

 

Precisamente de Senegal se acordó ayer en las entrevistas que concedió; "aquí, en Europa nadie regala nada y el problema es que en mi país piensan que esto está lleno de millonarios y hay dinero por todas partes". Si tienen como referencia a Raúl, Villa, Casillas... no es de extrañar; menos mal que ahora está Ibrahima para explicarlo.

Es un africano más del madrileño barrio de Aluche que cada día se sube al autobús para ir a trabajar. Alto,19 años, de color negro y un peinado a base de pequeñas trenzas. De Senegal, vino a Europa en busca de una vida mejor y el sacrificio es una constante para alcanzar su meta. Al contrario de muchos de sus compatriotas que viajaron hasta el Viejo Continente en busca de un trabajo digno, Ibrahima Baldé está haciendo realidad su sueño y el pasado domingo logró un objetivo que se propuso hace poco más de dos años desde su humilde casa en Pikine: marcar un gol en la Liga española.

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