100.000 culés toman Canaletas para celebrar el merecido Triplete del Barça

¡Copa, Liga y Champions! Este ha sido el cántico más repetido por miles de aficionados a lo largo de la noche en Barcelona, y en la mayoría de poblaciones de Cataluña. Tras el segundo gol de Barça, marcado por Leo Messi, se desató la fiesta y la alegría en la ciudad condal. En la mítica fuente de Canaletas se han reunido hasta 100.000 culés en una de las fiestas azulgrana más multitudinaria que se recuerda.

Los seguidores del equipo de Pep Guardiola, que esta temporada ya se han acostumbrando a salir a la calle para celebrar los títulos conseguidos por un Barça que cierra una etapa redonda, han enloquecido de euforia tras ver levantar al capitán Carles Puyol la anhelada Copa de Europa en el Estadio Olímpico de Roma.

De las tres victorias que han llevado a los de Guardiola a anotarse el triplete, y a hacer historia, la conseguida en la capital italiana es la que se ha vivido con más locura e intensidad en las calles barcelonesas. Sobre, las 23.00 de la noche –apenas media hora después de terminar el partido- en las Ramblas ya había más de 20.000 personas, la mayoría de ellas provenientes del Mini Estadi y del Maremagnum donde se instalaron unas pantallas gigantes para poder seguir el encuentro, según ha explicado la policía local.

Esta noche, en la que el himno del Barça no ha parado de sonar ni un solo minuto, Barcelona no ha dormido. La fiesta se ha alargado hasta altas horas de la madrugada. De hecho, la resaca aún es visible esta mañana en numerosas calles de la ciudad y muchos ciudadanos van ataviados con bufandas y camisetas de su equipo a trabajar, orgullosos de lucir los colores azulgrana. Para la mayoría de catalanes hoy “ser del Barça es lo mejor que hay”, como dice la canción repetida hasta la saciedad en las últimas horas.

Daños por valor de 100.000 euros y 119 detenidos

Sin embargo, anoche, a pesar, del fuerte dispositivo de seguridad desplegado por los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana, que cerraron la mayoría de accesos al centro para evitar aglomeraciones, no han podido evitar los disturbios de un grupo de exaltados que han cargado contra las fuerzas del orden.

Los daños provocados en el mobiliario urbano por un grupo reducido de alborotadores durante la celebración se elevan a unos 100.000 euros, según el balance provisional del Ayuntamiento. Así lo ha avanzado hoy en rueda de prensa la concejal de Seguridad, Assumpta Escarp, que ha destacado el civismo de la gran mayoría de las 100.000 personas que anoche salieron a la calle a celebrar la victoria azulgrana, y ha subrayado que los daños no fueron tan cuantiosos como los que se registraron hace tres años, tras la victoria en París.

Los disturbios provocados por un grupo reducido de aficionados se saldaron con un total de 119 detenidos en Barcelona -134 en el conjunto de Cataluña-, y lesiones de diversa consideración en 153 personas, además de daños en el mobiliario urbano, como en papeleras, semáforos, alumbrado, señales y parterres, que provisionalmente se valoran entre 75.000 y 100.000 euros.

Escarp ha hecho un balance positivo del modelo de diversificación de escenarios para seguir la final de Roma en pantallas gigantes en el Mini Estadi (donde se reunieron 11.000 personas), el Maremagum (8.000) y la Plaça Cataluña (15.000).

Los incidentes más graves se iniciaron hacia las tres de la madrugada cuando un grupo de radicales la emprendió a botellazos y petardos contra la policía autonómica. A lo largo de más de hora y media los Mossos anunciaron por megafonía que se abandonara la fiesta y finalmente, al ser desoídos por la multitud, iniciaron la carga.

El enfrentamiento entre los aficionados y los Mossos se ha saldado con una treintena de heridos y más de 40 detenidos. Asimismo, los destrozos en el mobiliario urbano y tiendas adyacentes a la Rambla son numerosos. Esta mañana los servicios de limpieza se daban prisa en limpiar los cristales de lo que parecía el escenario de una batalla campal.

Otros que también han tenido que trabajar duro esta noche han sido los bomberos de la ciudad, que han tenido que realizar más de 80 actuaciones por la quema de contenedores y de mobiliario urbano.

El sentimiento más generalizado entre los culés al ver cómo ha vuelto a acabar la fiesta ha sido de rabia. “Es una vergüenza” se quejaban un grupo de aficionados que esperaban a que acabara la carga policial en un portal de La Rambla, “a parte siempre son los mismos los que revientan las celebraciones”.