Tensión en la primera Junta Directiva de Boluda

La primera Junta Directiva del Real Madrid con Vicente Boluda como presidente fue de todo menos tranquila. Durante la misma, celebrada este lunes, hubo momentos de alta tensión protagonizados por los dos miembros que, desde la dimisión de Ramón Calderón el pasado viernes, ocupan la vicepresidencia. Uno de ellos, Amador Suárez, era el máximo responsable del área social cuando se celebró la famosa Asamblea del 7 de diciembre. Y el otro, José Ignacio Rivero, aprovechó esta primera Junta de la era Boluda para reprocharle a Suárez, delante del resto de directivos, su desconocimiento del amaño asambleario perpetrado por Calderón cuando infiltró a falsos compromisarios para que votasen a favor de las propuestas presidenciales. La tensión aumentó durante este enfrentamiento dialéctico que supuso el momento de mayor nerviosismo de toda la reunión.

Y es que la duda planea sobre Suárez. Desde dentro del club hay dos versiones enfrentadas al respecto. Algunas fuentes afirman que el vicepresidente estaba al corriente de la estratagema desde un principio. Pero otras niegan rotundamente tal acusación. Fruto de esta duda, tuvo lugar el reproche de Rivero y el enfrentamiento entre ambos.

La actual Junta Directiva es la que compuso en su día Ramón Calderón. El escándalo de la Asamblea sólo ha provocado la marcha de la cabeza visible, por lo que sobre el resto de directivos continuan planeando las dudas. Hasta ellos mismos son conscientes de ello, y tienen el convencimiento de que, en la futura repetición de la Asamblea, los compromisarios no respaldarán a la actual Junta. De ocurrir este rechazo por parte de la Asamblea, se convocarían elecciones ipso facto, tal y como reflejan los actuales estatutos. De ahí, que la Junta haya acordado retrasar la repetición de la Asamblea de Socios Compromisarios lo máximo posible, con la intención de que las elecciones se celebren, tal y como desea Boluda, en los primeros días del mes de julio. Pero la amenaza real de que seis directivos decidan marcharse, también supondría la convocatoria automática de elecciones (ver noticia).

Entre los miembros de la presente directiva del Real Madrid reina la desconfianza. La mayoría se ha conocido cuando se configuró la Junta, y nadie sabe muy bien qué grado de conocimiento e implicación tiene cada miembro en los escándalos que provocaron el definitivo adiós de Ramón Calderón. El crédito de la actual Junta Directiva está más que en entredicho, y aunque Boluda ha estrenado el sillón presidencial con aires pacificadores y con voluntad de recuperar la calma social, lo más conveniente sería que, después de tamaño escándalo, sean los socios –auténticos dueños del club- quienes elijan un nuevo proyecto a través de las urnas. Y cuanto antes, mejor.