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Lorenzo Sanz, de agujero en agujero
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EL EX PRESIDENTE BLANCO ESTÁ IMPUTADO POR ESTAFA

Lorenzo Sanz, de agujero en agujero

Los pleitos se disparan como saetas sobre la plateada cabeza de Lorenzo Sanz (65 años). Atrás quedaron los tiempos de las alfombras rojas y las recepciones

Foto: Lorenzo Sanz, de agujero en agujero
Lorenzo Sanz, de agujero en agujero

Los pleitos se disparan como saetas sobre la plateada cabeza de Lorenzo Sanz (65 años). Atrás quedaron los tiempos de las alfombras rojas y las recepciones victoriosas, los saludos con el cohiba en la boca, en plan Antonio Ordóñez, y los vítores de una hinchada entregada por volver a catar los trofeos más grandes: dos copas de Europa (en color), una intercontinental y un ramillete de Ligas. Tiempos de gloria, con Raúl González reinando en Europa y los niños Sanz ‘tocando pelo’. Pero el virreinato le duró poco a Lorenzo, que fue apeado del sillón por el huracán dinerario de Florentino Pérez y sus galácticos. La 'Séptima', la 'Octava' y todos los triunfos de la generación Raúl le sirvieron de poco a Lorenzo Sanz, que enfiló sin pretenderlo un camino hacia ninguna parte repleto de curvas y alambradas.

Lorenzo, hombre de espaldas anchas y mirada dura, no quiso hincar la rodilla a la primera y plantó nuevas batallas, pero Florentino y después Ramón Calderón lo volvieron a tumbar. Mejor dicho, el socio madridista, que nunca le hizo un hueco en su corazón. Tras su paso por el Madrid, las aventuras de Lorenzo Sanz terminaron en traca. Primero, burbujas y luego la nada. En el Parma italiano quiso entrar a lo grande (“Quiero devolver al Parma a las competiciones europeas”), pero Lorenzo se dio de bruces con el sol. Según Angiolini, ex presidente del Parma, el ex presidente madridista no pudo hacer frente a los 27,5 millones de euros del monto de la operación. Es más, alguna televisión local lombarda asegura que Sanz perdió un pico aproximado de 7,5 millones de euros.

Más fácil fue hacerse con el Granada, un histórico en Segunda B, puesto en manos de su hijo Paco, que no ha podido ascender a Segunda, pese a múltiples intentos. Entre medias, algún escándalo con piel deportiva, donde destaca una acusación no probada de compra de un partido entre el Granada 74 y el Málaga, club que preside Fernando Sanz, su hijo, un tipo serio y más formal que el Viernes Santo.

Le vendieron una copia de un cuadro de la Catedral de Burgos

El otoño del patriarca de los Sanz (jubilado según ley) no puede ser más amargo. Le pillan in fraganti en Córdoba y le meten en comisaría por el intento de cobrar miles de millones de euros, junto a dos individuos (panameño y nicaragüense) de ralea dudosa. Pese a que, tras unas horas entre rejas, lo desmintiera Lorenzo Sanz, la policía no dice tonterías: se le acusa de un delito de estafa y falsedad de documentos. Un goleador nato, ex amigo de figuras y poderosos, Lorenzo ha visto cómo los problemas le atacan como pulgas. Hasta le ‘vendieron’ un cuadro de la Catedral de Burgos. Al ex le colaron una copia del cuadro “Virgen con el niño”, lienzo atribuido a Arellano, y cuyo original está colgado en la catedral castellana. Sanz pagó 50 millones de las antiguas pesetas, cuando en realidad la pintura auténtica no llega a los 4 millones.

En medio de la marea, un misil tierra-tierra: Lorenzo Sanz deberá declarar en la Audiencia Nacional (Juzgado Cenral de Instrucción número 4, cuyo titular es Fernando Andréu) por presunto blanqueo de capitales y falsificación documental. El denunciante es un intermediario italiano llamado Desiderio Rossatto, que reclama al ex dirigente madridista una deuda de 2,4 millones de euros por una operación inmobiliaria fraudulenta en Cannes (ver noticia).

Los pleitos se disparan como saetas sobre la plateada cabeza de Lorenzo Sanz (65 años). Atrás quedaron los tiempos de las alfombras rojas y las recepciones victoriosas, los saludos con el cohiba en la boca, en plan Antonio Ordóñez, y los vítores de una hinchada entregada por volver a catar los trofeos más grandes: dos copas de Europa (en color), una intercontinental y un ramillete de Ligas. Tiempos de gloria, con Raúl González reinando en Europa y los niños Sanz ‘tocando pelo’. Pero el virreinato le duró poco a Lorenzo, que fue apeado del sillón por el huracán dinerario de Florentino Pérez y sus galácticos. La 'Séptima', la 'Octava' y todos los triunfos de la generación Raúl le sirvieron de poco a Lorenzo Sanz, que enfiló sin pretenderlo un camino hacia ninguna parte repleto de curvas y alambradas.

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