La bomba en el vestuario del Barça que representa Neymar tras el escándalo por el Carnaval de Brasil

Neymar quiere volver al FC Barcelona desde hace meses. El astro brasileño, de 33 años, regresó a su país natal a finales de enero para jugar en el equipo que le dio el salto al estrellato, el Santos. Un lugar donde ser feliz después de estar año y medio en Arabia Saudí, entre lesiones y ausencias. El Al-Hilal desembolsó 90 millones por su fichaje y le pagó 100 millones de euros por temporada. Sin embargo, Neymar soló jugó siete partidos con los saudíes, por lo que cada partido de Neymar salió por unos 34,28 millones de euros.

El delantero brasileño, a través de su entorno, intenta maniobrar para acercarse al Barça en un fichaje que ahora mismo parece muy lejano. A Neymar le sonríe la íntima relación de su agente, Pini Zahavi, con Joan Laporta. El agente de Robert Lewandowski y Hansi Flick, entre otros, es el exsocio del presidente del Barça. También rema a favor André Cury, el intermediario que ya fue clave en su primera etapa en el Barça.

Así lo explicó el propio André Cury, agente de Vitor Roque y de tantos otros brasileños que salieron rana en el Barça, en una entrevista concedida a RAC1. "Neymar estaría encantado de volver al Barça", empezó. "Nunca debería haber salido del Barça y si hay opciones, él volvería encantado. Creo que si el club decide ir a por él, su retorno es factible", remató. Con contrato hasta junio en el Santos, Neymar tiene unos meses por delante para tratar de convencer de nuevo al panorama futbolístico culé.

Neymar, lesionado y en el Carnaval

El problema es que Neymar no ha cambiado, pese a que sí lo ha hecho su fútbol. Con 33 años, el delantero brasileño no tiene la velocidad, desborde ni potencia de antaño. Uno de los mejores regateadores que ha visto el fútbol en las últimas décadas, alguien capaz de desafiar el trono de Leo Messi y Cristiano Ronaldo, está en el ocaso de su carrera y las lesiones y los escándalos, como volver a estar ausente por lesión en una convocatoria e ir al cumpleaños de su hermana en pleno Carnaval de Río de Janeiro, le persiguen.

El último palo que se ha llevado Neymar es el de quedarse fuera de la convocatoria de la Selección de Brasil, donde no juega desde el 17 de octubre de 2023. En su lugar, por cierto, entrará Endrick. El '10' no disputó el partido en el que el Santos quedó eliminado del Campeonato Paulista ante el Corinthians. Sin embargo, Neymar sí estuvo en el Carnaval de Río de Janeiro sin el alta médica.

"El regreso parecía tan cerca, pero lamentablemente no podré volver a usar la camiseta más pesada del mundo en este momento. Tuvimos largas conversaciones y todos saben el gran deseo que tengo de volver, pero llegamos a un consenso y decidimos no arriesgar para prepararme mejor. Gracias a quienes me enviaron mensajes de apoyo. Es parte del proceso", escribió Neymar en un mensaje en sus redes sociales.

¿Una bomba en el vestuario?

Otro punto importante es que la dirección deportiva, hoy por hoy, no le ve un encaje sencillo a Neymar en el Barça. Así lo manifestó Deco a principios de marzo en una entrevista concedida en TNT Sports. "Neymar es un fenómeno y lo importante es que sea feliz. Estar en Brasil le hace feliz y eso es lo que debe pensar él. No es tanto una cuestión económica ahora para él", inició Deco.

"Creo que si se diera una situación más adelante debería ser bueno para nosotros y para él y un equipo de fútbol se hace con equilibrio y cabeza. Neymar fue un fenómeno que pasó por aquí, que ganó en el Barça, pero a veces esas historias no se repiten, se pueden repetir, nunca se sabe", siguió. Deco insistió en que "no es el momento para el Barcelona de pensar en Neymar, ni de Neymar en pensar en eso. Está en su club, en el Santos y es el lugar ideal y ojalá pueda volver a la selección".

En el terreno futbolístico, cuesta ver a Neymar presionando cómo lo hacen Raphinha, Lamine Yamal o Lewandowski, en menor medida. En un equipo tan colectivo como el Barça de Hansi Flick, donde la presión es tan importante para reducir el margen de éxito del rival a la hora de intentar salir en los primeros pases y coger la espalda de los centrales azulgranas, Neymar no podría aguantar ese ritmo pese a su magia con la pelota.

En el apartado personal, cabría preguntarse cómo caería Neymar en un vestuario lleno de jóvenes. El gusto por la fiesta de Neymar no es una novedad, ni tampoco los líos de faldas, apuestas, salidas de tono o demás parafernalia que siempre ha acompañado su carrera. Si Hansi Flick sentó a Iñaki Peña en la Supercopa por llegar tarde y a Jules Koundé lo envío al banquillo por lo mismo, ¿qué haría con Neymar si se va al Carnaval de Río de Janeiro sin tener el alta médica para celebrar el cumpleaños de su hermana?