El gol Sergio Ramos para callar bocas y demostrar que ya ha caducado la injusticia que ha sufrido

Sergio Ramos por fin vuelve a ser feliz. Después de ocho meses sin equipo, de entrenar duro en solitario, de pelear contra su cabeza y sus ganas, confiando en que le llegaría una nueva oferta para vestir de corto, lo ha conseguido. No solo vuelve a competir; no solo vuelve a jugar; no solo vuelve a ser capitán y a sentirse importante. Solo necesitó 136 minutos sobre el césped para anotar su primer gol, con el que llevó a Monterrey a una nueva victoria. Ramos ya sonríe de nuevo.

El central, uno de los mejores jugadores españoles de todos los tiempos, siempre ha demostrado ser un futbolista diferente. Lateral derecho de vocación ofensiva en sus inicios, supo reconvertirse como central para marcar una época con el Real Madrid y la Selección española. Pero nunca perdió su amor por el juego de ataque y, como tal, los goles han formado parte de su carrera tanto como sus acciones defensivas. Cerca de cumplir 39 años, sigue demostrando que es un animal competitivo.

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El Confidencial

Debutaba con Rayados de Monterrey hace escasas semanas, en un partido donde su equipo vencía por 3 a 1 a San Luis y donde a punto estuvo en varias ocasiones de anotar su primer tanto. Tras quedarse fuera de la convocatoria ante Mazatlán (derrota por 1 a 0), volvía al once inicial ante Santos Laguna. Nueva victoria (4-2) y, esta vez sí, con su primer gol, después de un rechace en un córner donde Sergio Canales puso un centro perfecto para su remate de cabeza en plancha.

Con ese 93 a la espalda (y tatuado en uno de los laterales de su cabeza) como homenaje al gol más importante de su carrera, aquel de Lisboa, la sonrisa de Ramos confirmaba que volvía a ser feliz. Y lo es porque vuelve a sentirse relevante, después de ocho meses de muchas dudas y trabajo oscuro y silencioso. Un futbolista que lo tenía todo para seguir al más alto nivel, pero que no ha encontrado la manera de hacerlo. Y demuestra que no está caducado.

Ahora que tanto se habla de los problemas defensivos del Real Madrid, con continuas lesiones, dudas y una fragilidad impropia de un campeón de Europa, Ramos sigue demostrando que no se ha olvidado de jugar al fútbol, a pesar de llevar más de medio año inactivo. ¿No podría tener un hueco, como suplente de lujo, para entrar en la rotación del equipo blanco en defensa? Aquella oferta de renovación que caducó sin que él lo supiera parece ser la respuesta.

Salió del Madrid y, tras recuperarse de aquellos problemas físicos que arrastró durante su última media temporada como blanco y la primera en el PSG, volvió a demostrar que era un jugador de garantías. Volvería al Sevilla el pasado curso, donde fue de nuevo un jugador capital para los andaluces, pero llegaba el momento de busca nuevos retos por culpa de los límites salariales. Ha tardado ocho meses en encontrar un equipo, pero en Monterrey ha confirmado su hambre.

Se podría pensar que llegaba a México a vivir unos últimos meses plácidos antes de colgar las botas, pero ni mucho menos, pues en solo dos partidos ha demostrado que es un luchador y un jugador que siempre se vacía sobre el césped. "Rayados me daba esa oportunidad que no me había ofrecido nadie. Un equilibrio en el mercado, como país, como ciudad, como afición, a nivel familiar y de compañeros con Lucas Ocampos, Oliver Torres, Sergio Canales y el mister Martín Demichelis".

Sergio Ramos vuelve a ser feliz, disfrutar del fútbol y a sentirse importante sobre el césped. Ha callado bocas para todos aquellos que dudaban de él, de su compromiso y de sus ganas de seguir demostrando cada día que es un futbolista de leyenda. Aquella oferta caducada le impidió retirarse de blanco y quién sabe si, ahora, ser una bendición para los problemas que el Madrid tiene. Aquello ya es pasado y Ramos sigue mirando adelante... y ya marca goles con el 93 a la espalda.