'Roba' el penalti, provoca una bronca, marca, nadie lo celebra... y el entrenador lo cambia

Increíble lo sucedido en el partido de la Serie A que enfrentaba al Lecce contra el Udinese en el Stadio Via del Mare. Solo habían transcurrido 30 minutos de partido cuando el colegiado, Kevin Bonacina, señalaba penalti para el conjunto visitante. Y, entonces, se armó el lío más absoluto... pero de la manera que nadie esperaba.

Lo que suele pasar en estos casos es que el equipo infractor protesta, se queja y provoca una situación tensa al entender que la pena máxima no era tal, pero nada de eso es lo que sucedió. Los jugadores aceptaron la pena máxima con absoluta deportividad, todo lo contrario a los jugadores de Kosta Runjaic.

Fue Lorenzo Lucca el que recogió el balón para lanzar el penalti, momento en el que Florian Thauvin le pidió el esférico. El internacional francés es el jugador designado por Runjaic para lanzar los penaltis en el Udinese, pero Lucca no estaba por la labor. De hecho, agarró la bola y no quiso soltarla.

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Rubén Rodríguez

Thauvin esperaba paciente a que le dejara el balón, pero el ariete italiano no iba a hacerlo. Tanto que otros cinco jugadores del Udinese se acercaron a pedirle a Lucca que, por favor, le dejara lanzar el penalti. Pero para nada. El volumen fue aumentando, al punto de crear una bronca dentro del área.

Jugadores como Alexis Sánchez, Jesper Karlstrom o Hassane Camara le pidieron insistentemente a Lucca que cediera a las órdenes de su entrenador. Incluso Jaka Bijol le llegó a agarrar del brazo con intensidad y a gritarle para que entrara en razón, pues estaba yendo en contra de la designación de Runjaic.

El entrenador no podía creerse lo que estaba pasando sobre el césped, mientras Thauvin seguía esperando a que Lucca cediera. Pero ni mucho menos. Después de un rato de discusiones, donde incluso el árbitro tuvo que intervenir, el delantero italiano fue el encargado de lanzar el penalti frente al Lecce.

Tres minutos después de señalar la pena máxima, con calidad, Lucca superaba por alto a Wladimiro Falcone para adelantar al conjunto visitante... pero nadie fue a celebrarlo con él. Solo dos minutos después, el técnico le cambiaba, dando entrada al español Iker Bravo en su lugar como castigo.

El Udinese terminó ganado el partido gracias al solitario gol de Lucca que, sin embargo, no aceptó las órdenes del entrenador. Una decisión que puede salirle muy cara al delantero y que puede provocar un castigo disciplinario en los próximos partidos. Por algo, Thauvin es el designado para lanzar los penaltis.