Breno, el hundimiento del futbolista que iba a ser el líder de Brasil y la bala que salvó el Madrid
Uno de los primeros centrales modernos, lo tenía todo para convertirse en figura del futbol mundial, pero una repetida lesión de rodilla... le terminaría haciendo pasar por la cárcel
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Llegar a la élite del fútbol mundial solo está a la altura de los más privilegiados, pero no todos son capaces de darle el valor que tiene. En algunas ocasiones, futbolistas con un talento natural para jugar al más alto nivel, acaban convirtiéndose en juguetes rotos por no tener el nivel de sacrificio ni la fortaleza mental suficientes que hacen falta para triunfar. Adriano Leite, Mario Balotelli, George Best, Robinho, Garrincha... muchos son los ejemplos, pero ninguno como el de Breno Borges.
Breno no tardó en despuntar en Brasil como un central de primerísimo nivel. Solo tenía 17 años cuando São Paulo le subía al primer equipo y le convertía en un fijo del eje de su defensa: alto, corpulento, contundente, con gran lectura del juego y una enorme salida de balón, lo tenía todo para convertirse en ese tipo de central que se estaba poniendo de moda en ese momento y que, en la actualidad, tiene todo lo que se le pide a un zaguero. Era un adelantado a su tiempo.
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De hecho, fue uno de los líderes de su equipo para lograr el Campeonato Brasileño en 2007, lo que llevó a los grandes de Europa a interesarse por él. Pero dos clubes se lanzaron con todo a por su fichaje: Bayern de Múnich y Real Madrid. Con una cláusula de rescisión de 15 millones, los blancos estaban dispuestos a pagarla y a dejarse hasta el verano de 2008 en el conjunto brasileño, para que pudiera jugar la Copa Libertadores con São Paulo. Pero algo pasó.
El equipo madridista comenzó a tener dudas sobre la edad de Breno y, por ello, pidió al jugador que se sometiera a un examen óseo. Esta petición molestó al extremo al jugador, que decidió romper las negociaciones con el Madrid: "¿De qué van? Si realmente tienen interés en ficharme, no necesitan que me haga este examen. Si sospechan que he falsificado mi edad, ¿por qué no van a por otro jugador? Tengo 18 años, no hay ninguna duda", afirmaba en Folha de São Paulo.
Esa situación allanó el camino del Bayern, que no tuvo problema en poner 5 millones de euros más que el jugador se incorporara al equipo en ese mismo mercado de invierno. Ya con la camiseta del conjunto bávaro, no gozó de excesivas, pero cada vez que jugaba, dejaba buenas sensaciones. De hecho, fue a los JJOO de 2008, donde se convirtió en titular indiscutible para ganar la medalla de bronce con Brasil. Pero, poco después, todo se rompió.
No terminaba de ganarse el puesto de titular indiscutible, por lo que en enero de 2010 salió cedido en dirección al Nuremberg. Pero, en su séptimo partido, sufría una entrada que le iba a lesionar de gravedad: rotura del ligamento cruzado de su rodilla. Acabó su cesión y, de vuelta al Bayern, tuvo que volver a ser intervenido de la rodilla. Volvería a jugar en noviembre de 2010, pero de ahí hasta final de temporada solo participaría de manera residual. La rodilla no se lo permitía.
Fue así como, con solo 21 años, fue operado por tercera vez de la rodilla, momento en el que se truncó su carrera. Primero, se cayó desde una altura de una altura de cuatro pisos de su vivienda en Múnich -algunos lo calificaron como intento de suicidio- para, meses después, prender fuego a la casa bajo los efectos del alcohol y los medicamentos. Fue condenado a cuatro años de prisión por ello, lo que detuvo de manera definitiva la proyección que Breno tenía.
A la salida de la cárcel, el Bayern le ofreció trabajar con su equipo juvenil y su filial como medida de rehabilitación. Tras unos meses en el club, volvería a São Paulo, donde volvió a jugar cinco años después. Un par de cursos más tarde, ficharía por Vasco da Gama, donde se retiró tras tener que volver a ser intervenido de su maltrecha articulación. Aquel futbolista llamado a triunfar con Brasil y el Bayern se quedó en el camino... y el Real Madrid esquivó una bala.
Llegar a la élite del fútbol mundial solo está a la altura de los más privilegiados, pero no todos son capaces de darle el valor que tiene. En algunas ocasiones, futbolistas con un talento natural para jugar al más alto nivel, acaban convirtiéndose en juguetes rotos por no tener el nivel de sacrificio ni la fortaleza mental suficientes que hacen falta para triunfar. Adriano Leite, Mario Balotelli, George Best, Robinho, Garrincha... muchos son los ejemplos, pero ninguno como el de Breno Borges.