Nuevo fracaso del City de Guardiola, que casi da por acabado el sueño de la quinta Premier seguida
El City se tuvo que conformar con un insípido que empate que les deja a un mundo del líder, el Liverpool. Son 14 puntos de diferencia con el Liverpool y tres con la Champions League
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F3de%2Ff0b%2F119%2F3def0b119c002e22218e2deb002c3c50.jpg)
El Manchester City volvió a pinchar y suma una sola victoria en los últimos trece encuentros, al empatar a uno contra el Everton en un partido en el que Erling Haaland erró un penalti (1-1). Los de Pep Guardiola se quedan a catorce puntos del Liverpool, que además tiene un partido menos, por lo que casi se puede dar por acabada la aventura del City de conseguir su quinta Premier League seguida.
En un encuentro que parecía perfecto para que el City volviera a ganar en liga, ante uno de los candidatos al descenso, los Sky Blues tuvieron veinte buenos minutos que les sirvieron para adelantarse por medio de Bernardo Silva, pero en los que no sentenciaron. A este equipo la falta de confianza le ha quitado la regularidad y el colmillo de otras épocas y, en cuanto permitió que el Everton tuviera un hilo de vida, lo pagó.
En su primer acercamiento serio del partido, el Everton encontró petróleo. Fue un centro errático desde el lateral que Manuel Akanji se comió por completo. La pelota llegó al segundo palo y Rico Lewis, que tenía que cubrir esa zona, se quedó atrás, dejando que Iliman Ndiaye controlara y rematara a bote pronto, inutilizando a Stefan Ortega, que solo pudo ver la pelota dirigirse hacia lo que fue un golazo.
HAALAND FALLA EL PENALTI ❌
— DAZN España (@DAZN_ES) December 26, 2024
Pickford se pone la capa de superhéroe. Erling sigue bajo cero #PremierLeagueDAZN 🏴⚽ pic.twitter.com/tkbi8MslPq
De nuevo, el nerviosismo y la ansiedad atizaron al City, que no respiró hasta que Mykolenko, en la segunda parte, derribó a Savinho dentro del área en un penalti clarísimo. El ucraniano, que ya tenía amarilla, tendría que haber sido expulsado por la entrada, pero el árbitro le perdonó y Haaland se dirigió a los once metros mientras Seamus Coleman le calentaba la cabeza y Jordan Pickford le sacaba la lengua.
La estrategia, que le valió a Coleman una amarilla, funcionó, porque Pickford adivinó la atención del noruego y le atajó la pena máxima. Sí marcó en el rechace Haaland, pero el tanto fue anulado por fuera de juego. Pese al asalto final, el City se tuvo que conformar con un insípido que empate que les deja a un mundo del líder, el Liverpool. Son catorce puntos de diferencia con los reds y tres con la Champions League.
Importante victoria del Liverpool
En medio de una niebla tremenda en Liverpool y con el escenario del Boxing Day de fondo, el líder de la Premier League amplió su ventaja con el City al remontar al Leicester City (3-1).
Los de Arne Slot cerraron la jornada del Boxing Day con un trabajado triunfo ante el Leicester City, que solo necesitó seis minutos para adelantarse por medio de Jordan Ayew, pero que acabó notando la presión y arrollo del mejor equipo de Europa.
Pero Gakpo al borde del descanso y Jones, al regreso de vestuarios, dieron la vuelta al partido, que quedó sentenciado con el tanto de Salah en los minutos finales para hacerse más líderes y casi acabar con el sueño de Pep Guardiola de ganar cinco Premier seguidas.
El Manchester City volvió a pinchar y suma una sola victoria en los últimos trece encuentros, al empatar a uno contra el Everton en un partido en el que Erling Haaland erró un penalti (1-1). Los de Pep Guardiola se quedan a catorce puntos del Liverpool, que además tiene un partido menos, por lo que casi se puede dar por acabada la aventura del City de conseguir su quinta Premier League seguida.
En un encuentro que parecía perfecto para que el City volviera a ganar en liga, ante uno de los candidatos al descenso, los Sky Blues tuvieron veinte buenos minutos que les sirvieron para adelantarse por medio de Bernardo Silva, pero en los que no sentenciaron. A este equipo la falta de confianza le ha quitado la regularidad y el colmillo de otras épocas y, en cuanto permitió que el Everton tuviera un hilo de vida, lo pagó.