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Nápoles se rebela: cómo el pobre sur le gana al opulento norte 30 años después
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REINAN EN EL 'CALCIO'

Nápoles se rebela: cómo el pobre sur le gana al opulento norte 30 años después

Los napolitanos son líderes de la Serie A con 15 puntos de ventaja sobre el segundo, el Inter de Milán, y en la Champions están un paso de los cuartos. Sueñan con ganar ambos títulos

Foto: Simeone celebra un gol del Nápoles junto a sus compañeros. (EFE/Ciro Fusco)
Simeone celebra un gol del Nápoles junto a sus compañeros. (EFE/Ciro Fusco)

La resaca siempre llega después de la fiesta. Es inevitable. Y en Nápoles lo saben bien. Los napolitanos nunca antes fueron tan felices como entre 1984 y 1991, cuando ganaron dos Scudettos, una Copa Italia, una UEFA y una Supercopa de Italia. Fue con diferencia la mejor etapa de su historia. Corrado Ferlaino, histórico presidente del club entre 1969 y 2000, lo apostó todo a Diego Armando Maradona. Aquel all in le sirvió mientras el argentino fue el líder del equipo. Pero luego pasaron del todo a la nada.

El Nápoles nunca superó la marcha del diez y regresó a la Serie B en 1998, 34 años después de su último descenso. Jugar en la categoría de plata no fue lo peor que le ocurrió al club: en 2004 desapareció por deudas. Aquello fue una debacle para la ciudad, cuya devoción por su equipo igualan muy pocas. Pero apareció Aurelio de Laurentiis, actual presidente, para refundar el club. Y la fiesta ha vuelto a la ciudad partenopea. Los napolitanos son líderes en la Serie con 15 puntos de ventaja sobre el segundo, el Inter, y están cerca de lograr la clasificación para los cuartos de Champions.

"Este renacimiento del Nápoles futbolístico completa la recuperación del club"

"Nápoles ha vivido del mito Maradona desde que se fue", explica Bruno Passarrelli, corresponsal en Italia de la extinta revista El Gráfico, a El Confidencial. Luciano Spalleti ha construido un equipo de autor que ha enamorado de nuevo a la ciudad. "Este renacimiento del Nápoles futbolístico completa la recuperación del club".

placeholder Spaletti da indicaciones a sus jugadores durante un partido de Serie A. (EFE/Javier Lizón)
Spaletti da indicaciones a sus jugadores durante un partido de Serie A. (EFE/Javier Lizón)

La rivalidad norte-sur

El norte y el sur rara vez se parecen, sea en Italia o en otros países. "Nápoles se parece mucho a Argentina. Yo había vivido en Údine, una ciudad muy fría. En Nápoles, en cambio, la gente es más familiar, más latina. Tienen vida fuera del trabajo. El cambio cultural es enorme", asegura a El Confidencial Mauricio Pineda, jugador del Nápoles en la temporada 2000/01.

"El cambio es abismal porque el norte se parece más a las ciudades centroeuropeas". El que habla en El Confidencial es Fernando Signorini, preparador físico de Maradona durante toda la etapa en Nápoles. Allí lo acogieron como un napolitano más desde el principio. "El trato de los ciudadanos es más efusivo que en el norte. Si lo comparamos con España, Nápoles es más parecido a Sevilla o cualquier otra ciudad de Andalucía, mientras que las ciudades del norte se parecen al País Vasco o Cataluña. Hay un artista en cada napolitano, porque la gente se reinventa día a día".

La adaptación de Signorini a Nápoles fue sencilla, aunque su primer día en la ciudad no invitara al optimismo. "El día de la presentación de Maradona volamos a Roma. Allí nos recogió un argentino y fuimos don Diego (padre de Maradona) y yo en coche hasta Nápoles. Como las calles principales estaban colapsadas, entramos por la zona periférica. Y vimos muchas montañas de basura. "¿Dónde han traído a mi hijo?", preguntó don Diego. "Tiene razón, don Diego. Pero si está un año no se va a querer ir", le respondió el conductor. Tuvo razón, porque a mí me pasó. Nápoles no tiene un clon en el mundo".

placeholder Fernando Signorini vivió de cerca los mejores años del Nápoles. (EFE/Chema Moya)
Fernando Signorini vivió de cerca los mejores años del Nápoles. (EFE/Chema Moya)

La devoción al club

El fervor hacia el club es parte del día a día de la ciudad, que sueña más que nunca con conseguir su tercer Scudetto esta temporada. Así lo relata Pineda: "Son devotos de la ciudad y del equipo, porque es parte de su día a día. Cuando conocías a un nuevo napolitano, veías el amor que tienen por el Nápoles. Son lo más parecido a la afición argentina en el mundo".

"Son argentinos italianizados", dice Passarrelli. La victoria de Argentina en el Mundial de Qatar se celebró en la ciudad como si el Nápoles hubiera ganado un título. "El racismo que denunciaba Maradona entre el sur y el norte no se ha acabado todavía. Los napolitanos son tipos fervientes, leales y con tendiente inclinación a la poca seriedad".

"Practican un fútbol olvidado en una Serie A que vive una decadencia absoluta", sostiene Passarrelli. El Nápoles es líder del calcio gracias a sus resultados, pero también está dejando un buen juego. "No solo gana por goleada, tiene unos grandes futbolistas. Eso sí, sus jugadores son desconocidos incluso en Italia porque cuesta deletrear sus apellidos".

placeholder Los jugadores del Nápoles celebran un triunfo ante la Juventus. (EFE/Javier Lizón)
Los jugadores del Nápoles celebran un triunfo ante la Juventus. (EFE/Javier Lizón)

El sueño del Scudetto

El 0-2 en la ida ante el Eintracht de Frankfurt ha acercado al Nápoles a los cuartos de final de la Champions. En la ciudad no se conforman y, además del Scudetto, sueñan con la Copa de Europa. Así lo ve Pineda: "Este equipo es candidato a cualquier cosa porque hay que sufrir mucho para ganarle. No tiene figuras que valgan muchos millones, pero sí grandes jugadores".

"Al Nápoles le pueden poner ya la corona de campeón de Italia porque nadie se la va a sacar", cuenta Signorini sin miedo al mal fario. En 1988, Fernando vio como los partenopeos desperdiciaron una ventaja de cinco puntos a falta de cinco partidos, cuando las victorias solo valían dos puntos. "Ojalá no pase como cuando se fue Diego (Maradona) y se mantenga el equipo tras este previsible triunfo. Así se enriquecerá el fútbol italiano".

La tranquilidad ha llegado a la ciudad con la sucesión de victorias del equipo. Pero no hay que olvidar que no hace mucho la situación era bien distinta. "La transición post-Ferliano fue dura. En Nápoles estaban más preocupados por dar con buenas individuales que en hacer un gran equipo. Además, hubo clubes dentro de Italia que estaban fuertes, como la Juventus, el Inter, la Lazio, Roma, Milán…".

placeholder Maradona, junto a Ferliano en su regreso a Nápoles en 2017. (EFE/Giuseppe Mantovani)
Maradona, junto a Ferliano en su regreso a Nápoles en 2017. (EFE/Giuseppe Mantovani)

El equipo de autor de Spaletti

"La ausencia de Diego (Maradona) fue un golpe emocional importante", señala Signorini. El Pelusa les devolvió a los napolitanos el orgullo, hasta el punto de pelear con el norte. "Cuando él se marchó, los equipos del norte se prepararon más y el Nápoles tuvo la desgracia de perder la categoría".

Ahora el Nápoles tiene a Luciano Spaletti en el banquillo, un entrenador con el que coincidió Pineda en el Udinese. "Es un tipo serio y un devoto del trabajo. Un gran técnico". La fiesta ya se prepara en la ciudad, donde no se pueden ni imaginar cómo puede ser una celebración 33 años después de ganar el último Scudetto. Quizá emulen lo que ocurrió en 1987, cuando se acordaron hasta de los fallecidos con una pintada en el cementerio: "No saben lo que se han perdido". Nadie se querrá perder esa fiesta.

La resaca siempre llega después de la fiesta. Es inevitable. Y en Nápoles lo saben bien. Los napolitanos nunca antes fueron tan felices como entre 1984 y 1991, cuando ganaron dos Scudettos, una Copa Italia, una UEFA y una Supercopa de Italia. Fue con diferencia la mejor etapa de su historia. Corrado Ferlaino, histórico presidente del club entre 1969 y 2000, lo apostó todo a Diego Armando Maradona. Aquel all in le sirvió mientras el argentino fue el líder del equipo. Pero luego pasaron del todo a la nada.

Diego Armando Maradona
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