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El deportista a seguir | El "cuento de hadas" de la joya de Klopp que sueña con ser el nuevo Neymar
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EL ATLETA DEL MOMENTO

El deportista a seguir | El "cuento de hadas" de la joya de Klopp que sueña con ser el nuevo Neymar

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Harvey Elliott saluda a la afición junto a Salah. (EFE/EPA/Peter Powell)
Harvey Elliott saluda a la afición junto a Salah. (EFE/EPA/Peter Powell)

Si de algo puede presumir el deporte es de ser un espejo para los más jóvenes. Cuando uno es solo un crío y conoce poco o nada de la vida, cualquier actividad física pronto se convierte en una manera de entender y afrontar la realidad que le rodea: trabajar duro para triunfar, aprender a perder, saber ser respetuoso con otras personas y saber sacrificarse para conseguir grandes éxitos son algunos de los aprendizajes que nos ofrece cualquier deporte. Y, por supuesto, tener ídolos a los que soñamos con poder imitar algún día y, por qué no, incluso llegar a superar.

Más allá de los focos, los lujos o la vanagloria vacía sin ningún tipo de moral, el fútbol es uno de esos deportes que te enseñan a afrontar la vida de otra manera. Nadie regala nada y si quieres llegar a lo más alto, tienes que trabajar más que los demás por mucho talento que tengas. Con la calidad y la técnica, por muy altas que estás sean, no se llega lejos y sí hace falta ese trabajo constante para demostrar el hambre que caracteriza a un futbolista profesional. Y sí, con solo 19 años, ya se puede haber demostrado que uno puede conseguir grandes éxitos. Es el caso del protagonista de esta semana.

Foto: Rodríguez Taverna jugará en Roland Garros. (Instagram)

Harvey Elliott está llamado convertirse en uno de los grandes jugadores de los próximos años. Con 19 años recién cumplidos, este joven nacido en Surrey lo tiene todo para ser una de las grandes estrellas de la Premier en los próximos años. Lo apadrina el mismísimo Jürgen Klopp, quien cree que tiene en sus mayos un diamante al que, puliéndole un poco, puede darle muchas alegrías a su Liverpool. A pesar de su juventud, ya lleva cuatro años jugando al más alto nivel e, incluso, ya conoce los sinsabores de las lesiones de gravedad, que esta misma temporada le tuvieron apartado de los terrenos de juego más de cinco meses.

Desde que solo era un niño, Elliott demostró ser uno de esos jugadores diferentes. Solo contaba con ocho años cuando su enorme talento y desparpajo provocaron que varios clubes de primer nivel se interesarán en él. Sería el Queens Park Rangers quién consiguió hacerse con sus servicios, incorporándole en su cantera con la intención de que siguiera creciendo deportivamente. No tardó demasiado en demostrar que podía lograr lo que pretendiese: siempre jugando un par de categorías por encima de su edad, tenía un talento, un desborde y una capacidad goleadora de primerísimo nivel.

Con solo 16 años, lo fichó el Fulham y solo un par de meses después de haberle incorporado, debutó en la Premier ante el Wolverhampton para convertirse en el futbolista más joven de la historia en jugar en la liga inglesa, con 16 años y 30 días. Ese curso, tan solo jugó otro partido más con los de Craven Cottage, pero el Liverpool ya había visto algo en él: al acabar el curso, pagó 1,8 millones al club para hacerse con sus servicios. Klopp estaba convencido de que Elliott podía ser un jugador importante para el Liverpool en los próximos años.

El centrocampista pronto confirmó que es un jugador realmente versátil. Puede ocupar cualquiera de las tres posiciones de ataque e, incluso, jugar como volante ofensivo, aunque su demarcación favorita es la de extremo derecho. Desde pequeño, su espejo futbolístico fue Neymar, un jugador que le encantaba por su estilo: de hecho, sobre césped recuerda ciertamente el desparpajo del brasileño, aunque con una técnica más depurada pero sin tanta punta de velocidad para superar líneas. A pesar de ello, y si no se tuerce en el camino, tiene cualidades suficientes como para mejorar la versión del delantero del PSG... y eso son palabras mayores.

Tras una primera temporada en Liverpool, en la que solo jugó ocho partidos, los 'reds' decidieron cederlo al Blackburn Rovers de la Championship para evitar que el jugador se estancara al no contar con demasiados minutos en el primer equipo. Esta decisión fue absolutamente acertada, pues terminó el curso convirtiéndose en un jugador fundamental para su nuevo equipo, en el que consiguió anotar siete goles y dio 11 asistencias. Así, a comienzos de esta última temporada, el club de Anfield decidió que Elliott merecía tener un hueco en este potente Liverpool.

El jugador seguía quemando etapas a una velocidad realmente elevada, llegando a jugar como titular tres de los primeros cuatro partidos de la Premier… pero entonces llegó su primer gran golpe. Jugando contra el Leeds, una dura entrada por detrás le fracturó el tobillo izquierdo. Pero Elliott no bajó los brazos y, a pesar de la gravísima lesión, trabajó muy duro para tratar de recuperarse lo antes posible. Estuvo más de 150 días sin poder jugar, pero ¿saben qué hizo el primer día que volvió a pisar el césped? Meter un increíble golazo con el que enterraba de manera definitiva el calvario porque había tenido que pasar.

"Su gol ha hecho que su historia sea un cuento de hadas. Cuando marcó, tenía en mi mente su grave lesión en Leeds. Fue muy paciente y siguió todos los pasos correctos. Todavía necesita tiempo, pero pudimos ver que sigue siendo un futbolista increíble", destacó Klopp. Elliott por fin vuelve a sonreír y sabe que este año va a ser el de su despegue. El club confía ciegamente en él, sabe que tiene un hueco en el primer equipo y que van a llegar sus oportunidades. Solo tiene que aprovecharlas. Es una joya en bruto y el Liverpool sabe que tiene a uno de los jóvenes más prometedor del futuro en su plantilla. Ahora, es el momento de demostrarlo.

Si de algo puede presumir el deporte es de ser un espejo para los más jóvenes. Cuando uno es solo un crío y conoce poco o nada de la vida, cualquier actividad física pronto se convierte en una manera de entender y afrontar la realidad que le rodea: trabajar duro para triunfar, aprender a perder, saber ser respetuoso con otras personas y saber sacrificarse para conseguir grandes éxitos son algunos de los aprendizajes que nos ofrece cualquier deporte. Y, por supuesto, tener ídolos a los que soñamos con poder imitar algún día y, por qué no, incluso llegar a superar.

Más allá de los focos, los lujos o la vanagloria vacía sin ningún tipo de moral, el fútbol es uno de esos deportes que te enseñan a afrontar la vida de otra manera. Nadie regala nada y si quieres llegar a lo más alto, tienes que trabajar más que los demás por mucho talento que tengas. Con la calidad y la técnica, por muy altas que estás sean, no se llega lejos y sí hace falta ese trabajo constante para demostrar el hambre que caracteriza a un futbolista profesional. Y sí, con solo 19 años, ya se puede haber demostrado que uno puede conseguir grandes éxitos. Es el caso del protagonista de esta semana.

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