El Bayern de Múnich, el gigante que planta a la Superliga con la mejor gestión de Europa

El Bayern de Múnich comunicó ayer de forma oficial el fichaje del técnico del RB Leipzig, Julian Nagelsmann, previo pago de 25 millones de euros. En otras palabras, el conjunto bávaro desarmó a su rival directo por el título de Bundesliga (son primeros a siete puntos del segundo) al arrebatarle a su entrenador unos meses después de que hiciera lo propio con el mejor central de la plantilla, (Dayot Upamecano, 43 millones de euros) en plena competición. El país teutón, precursor de la innovación táctica en Europa, ha elevado el cartel de los entrenadores y ha fomentado la diáspora de técnicos alemanes por Europa (Tuchel en el Chelsea y Klopp en el Liverpool son algunos de los mejores ejemplos).

Esta misma temporada, sin ir más lejos, el Borussia Dortmund contrató a Marco Rose (Borussia Mönchengladbach) por cinco millones de euros, mientras que el propio Gladbach reaccionó al movimiento de su preparador e incorporó al austriaco Adi Hütter del Eintracht de Frankfurt por siete millones de euros. Asimismo, Hans-Dieter Flick, pieza esencial del 'sextete' del Bayern ha puesto rumbo a la 'Mannschaft', donde Joachim Löw cierra su ciclo con un Mundial bajo el brazo. Los técnicos alemanes están de moda y el Bayern acaba de hacer saltar la banca.

Sin embargo, la jugada de la entidad ha cobrado especial importancia en España. En primer lugar, porque Nagelsmann es el protagonista del traspaso más caro que se ha pagado en la historia del fútbol por un entrenador. En segundo lugar y aún más importante, porque el conjunto teutón se opuso desde el primer momento a la creación de la Superliga impulsada por Florentino Pérez (Real Madrid), Ed Woodward (Manchester United) y Andrea Agnelli (Juventus de Turín). Estos dos hechos han provocado que se catalogara al club de ‘hipócrita’ y que se subrayara su posición como aspiradora de talento del fútbol alemán.

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¿Pero por qué el Bayern ha desembolsado tanto dinero por un joven de 33 años? Lo explicaba el principal innovador del fútbol alemán, Ralf Rangnick, en una entrevista en 'El País' con una frase tajante "Alemania influye más por sus entrenadores que por sus futbolistas". Nagelsmann pertenece a esa estirpe de técnicos obsesionados con la pizarra. Intervencionista, constructor de equipos de autor y capaz de conseguir extraer lo mejor de futbolistas jóvenes inmersos en procesos de formación. No hay un entrenador tan prematuro y estimulante a su vez como él en Europa. Genera conjuntos veloces, atrevidos y coordinados cuyo bloque, apoyado en el juego de posición, va superando línea a línea defensiva rival y catapulta el nivel real de sus futbolistas a toda pastilla. Ahora llegará a un Bayern colmado de diamantes en bruto después de reconstruir su médula espinal.

Una renovación ejemplar (y barata)

Es cierto que el líder de la Bundesliga domina el campeonato con mano de hierro y suma ocho títulos nacionales consecutivos (va camino del noveno) y que concentra buena parte de la columna vertebral de la selección (Neuer, Süle, Gnabry, Sané, Goretzka, Kimmich y Musiala, mientras que Müller podría volver próximamente); pero su éxito no está basado en el despilfarro económico, sino en una de las mejores gestiones del continente. Esa que le ha permitido afrontar una transición generacional durísima (Ribéry, Robben, Thiago Alcántara, Rafinha, Hummels -y ahora a Alaba-), renovarse por el camino y seguir ganando títulos. Lo que para otros clubes de su estatus ha significado un revés importante (Neymar, Alves, Xavi o Iniesta en el Barça y Cristiano Ronaldo o Pepe en el Madrid), para ellos ha sido un punto y seguido.

Se argumenta, además, que el Bayern arrasa con todo el talento que despunta en la Bundesliga para debilitar a sus rivales directos. Es cierto que lo ha hecho en el caso del RB Leipzig o el Borussia Dortmund (Götze por 37 millones de euros, Hümmels por 35 millones de euros y Lewandowski a coste cero), pero otros como Werner, Havertz y Rüdiger (Chelsea) y Gündogan (Manchester City) han salido de Alemania para irse a otros clubes con mayores posibilidades económicas

En este sentido, cabe apuntar que su renovación estructural ha ido de la mano en la mayoría de los casos de una contención del gasto en comparación a sus homólogos europeos. Davies (20 años, 10 millones), Kimmich (20 años, 8,5 millones), Gnabry (21 años, 8 millones), Süle (21 años, 20 millones), Upamecano (22 años, 43 millones), Lucas Hernández (23 años, 80 millones), Pavard (23 años, 35 millones), Roca (23 años, 9 millones), Goretzka (23 años, libre) Nübel (24 años, libre) y Sané (24 años, 45 millones), por poner algunos ejemplos. Un once por 258,5 millones de euros. No encontrarán entre sus filas a ninguno de los principales cracks mundiales. Ni deudas en sus cuentas. Tampoco ningún traspaso desproporcionado que supere los 100 millones de euros.

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Al desmenuzar cuestiones más éticas, se podría encontrar al conjunto bávaro entre aquellos cuatro participantes de la Champions League junto a Borussia Dortmund, Borussia Mönchengladbach y RB Leipzig que foman parte del fondo de solidaridad de la liga alemana de fútbol (DFL) y que han contribuido a amortiguar los efectos económicos derivados de la pandemia en los clubes teutones más humildes. En 2003 también le prestó tres millones de euros al Borussia Dortmund cuando su tesorería agonizaba y ha participado en diversas campañas de recaptación de fondos al disputar amistosos con entidades en problemas económicos. El Bayern renuncia a la Superliga y sigue siendo un ejemplo de gestión capaz de combinar salud económica y éxito deportivo.