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Kabananga, el Pichichi de la Copa de África que llegó a Europa con un contrato falso
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El caso sigue aún en la FIFA

Kabananga, el Pichichi de la Copa de África que llegó a Europa con un contrato falso

Tres goles han sacado del anonimato al atacante del Astana kazajo. El Anderlecht, su descubridor, falsificó su contrato de trabajo para no pagar 100.000 euros al club que le formó en la RD Congo

Foto: Kabananga, durante el partido entre la RD Congo y Togo (Cordon Press)
Kabananga, durante el partido entre la RD Congo y Togo (Cordon Press)

Gabón 2017 ha puesto en el mapa a Junior Kabananga (Kinshasa, 1989). El espigado atacante congoleño del Astana kazajo se ha encargado de llenar con sus goles el grueso vacío dejado por los Mahrez, Aubameyang, Adebayor o Bony en una Copa de África que ha visto cómo sus respectivas selecciones han descarrilado con estrépito a las primeras de cambio en el torneo continental. Erigido de manera inesperada en martillo pilón de los ‘Leopardos’, acaso la mayor sorpresa por ahora de esta CAN tras cargarse a Costa de Marfil y Togo, y acabar liderando el ‘grupo de la muerte’ por delante de Marruecos, el polivalente delantero zurdo es el único futbolista que ha visto portería en los tres choques que ha disputado cada combinado en la fase de grupos.

Foto: Aubameyang celebra con sus compañeros un gol de Gabon.

A falta del olfato de un renqueante Bakambu, apenas titular en el debut ante Marruecos, y con el ‘pánzer’ Mbokani en horas bajas, Florent Ibenge se ha encontrado con un desatado Kabananga que ahora está confirmando en tierras gabonesas su extraordinario sprint final de 2016 con el Astana, al que ayudó decisivamente a conquistar la Liga y la Copa de Kazajistán. Dotado de una poderosa zancada y un notable dominio del juego aéreo, este atacante multiusos, letal al contragolpe gracias a su potente galope y golpeo de balón con la pierna izquierda, apenas sí había dado señales de vida sobre el césped a lo largo de los siete años que lleva militando en clubes europeos.

Su última temporada en Bélgica (2014-15), saldada con ocho goles en 30 partidos con el Círculo de Brujas, atrajo la atención del campeón kazajo, si bien éste lo cedería a principios del pasado año a los turcos del Kardemir Karabukspor, con el que sólo disputó siete encuentros en cinco meses, antes de regresar con viento fresco a la ex república soviética. Una trayectoria, por tanto, bastante gris que, para colmo de males, se vio enturbiada en sus inicios con la falsificación de su primer contrato de trabajo cuando aterrizó en el viejo continente para fichar por el Anderlecht, la escuadra que apostó por su incipiente talento en 2010.

100.000 euros

El más laureado de los clubes belgas fue acusado en marzo de 2015 ante la FIFA de fraude en la presentación de los documentos para el traspaso del actual Pichichi de la CAN por el Eagles Verts, el modestísimo equipo de Kinshasa en el que Kabananga militó entre 2001 y 2005. Según denunció este insignificante club de la capital del antiguo Zaire, el Anderlecht manipuló unas fechas en el ‘pasaporte deportivo’ del delantero para evitar tener que pagarles los 100.000 euros que les venían reclamando desde 2011 por sus derechos de formación. Los ‘Mauves’, que habían abonado una pequeña cantidad por su traspaso al MK Étanchéité, equipo poseedor de sus derechos federativos desde fines de 2008, se negaron desde el principio a hacer efectivo ese montante al entender que Kabananga ya era profesional antes de abandonar su país, por lo que debían arreglarse entre los dos clubes congoleños.

La estratagema diseñada por el director general del Anderlecht, Herman van Holsbeeck, y el abogado del club, Laurent Denis, para eludir esa responsabilidad se vendría abajo al demostrar el Eagles Verts que el ‘salario’ del goleador de los ‘Leopardos’ mientras jugó en su país no superó los 40 céntimos de euro, lo que reflejaba a las claras su condición de jugador aficionado. Tan concluyente prueba no evitó que el caso siguiera atascado en la Comisión de Litigios de la FIFA hasta que la federación congoleña aportó a fines de 2014 un documento que probaba que el Anderlecht había falseado el contrato de trabajo de Kabananga. La gravedad de la acusación forzó al máximo organismo del fútbol mundial a poner el caso en manos de su Comisión Disciplinaria, que poco tiempo después abría una investigación para esclarecer la veracidad de los hechos.

Exigencias

Ante el temor de ser sancionado con un castigo similar al que están sufriendo en estos momentos el Real Madrid y el Atlético (y antes el Barça), el Anderlecht llegó a admitir públicamente su metedura de pata, aunque con matices. “En relación al contrato de Kabananga, es posible que hubiera negligencia por parte de nuestro departamento legal, pero no fue un simple fallo intencionado. En África no siempre es fácil saber si los documentos que recibes son fiables o no”, se excusaba David Steegen, portavoz del club bruselense.

Respecto a la indemnización reclamada por las Eagles Verts a cuenta de los derechos de formación de su ex atacante, el Anderlecht seguía mostrándose inflexible. “Hasta que se demuestre lo contrario, el Anderlecht siempre ha pagado sus deudas a todos los equipos del mundo. Somos un club serio, pero no vamos a ceder a esas exigencias económicas por un futbolista que casi no jugó para nosotros (sólo 33 minutos en 5 partidos), y mucho menos a esas insinuaciones de haber falsificado a propósito un contrato. Sin faltar al respeto a Kabananga, no teníamos otra cosa que hacer que equivocarnos adrede por un jugador de su calibre”.

El intermediario

El hecho de que el Anderlecht desviara la diana hacia el intermediario que realizó la operación, el italiano Fabio Baglio, en apariencia la persona que les entregó el documento trucado, y que éste haya hecho caso omiso a los diversos requerimientos para que se personara en Zúrich a dar su versión de lo sucedido, sirvió para que el proceso se estancara hasta el punto de que, a día de hoy, la FIFA no se haya pronunciado por el momento. Sea como fuere, la amenaza de quedar inhabilitado para realizar contrataciones durante al menos un mercado de transferencias sigue pendiendo del cuello de la escuadra del Constant Vanden Stock. Mientras, Kabananga se resarce de ese polémico pasado a base de goles en Gabón.

Gabón 2017 ha puesto en el mapa a Junior Kabananga (Kinshasa, 1989). El espigado atacante congoleño del Astana kazajo se ha encargado de llenar con sus goles el grueso vacío dejado por los Mahrez, Aubameyang, Adebayor o Bony en una Copa de África que ha visto cómo sus respectivas selecciones han descarrilado con estrépito a las primeras de cambio en el torneo continental. Erigido de manera inesperada en martillo pilón de los ‘Leopardos’, acaso la mayor sorpresa por ahora de esta CAN tras cargarse a Costa de Marfil y Togo, y acabar liderando el ‘grupo de la muerte’ por delante de Marruecos, el polivalente delantero zurdo es el único futbolista que ha visto portería en los tres choques que ha disputado cada combinado en la fase de grupos.

José Antonio Camacho
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