Falcao y su escandaloso salario que el Mónaco quiere quitarse de encima
El liderato de los monegascos en la Ligue1 realza la vuelta del colombiano. La mejor noticia para el dueño del club, que celebra que El Tigre vuelva a estar en el escaparate
El Mónaco parece dispuesto a presentar este año batalla al todopoderoso PSG de Unai Emery en Francia. Líder en solitario después de las cinco primeras jornadas de la Ligue 1 con siete triunfos consecutivos sumando los duelos de la Champions, la escuadra que bien prepara el portugués Leonardo Jardim está exhibiendo un estado de forma excepcional que ha devuelto al aficionado francés la esperanza de poder disfrutar de un campeonato reñido y no en el monólogo en que Ibrahimovic y el PSG lo convirtieron los últimos cuatro años.
Pero la mayor satisfacción de la diminuta hinchada monegasca es cantar nuevamente los goles de Radamel Falcao. El ariete colombiano empieza a parecerse por momentos al intratable goleador que dejara poso tanto en Oporto como en el Vicente Calderón antes de aquella gravísima rotura del ligamento cruzado anterior de su pierna izquierda, en enero de 2014, que le privó de disputar el Mundial de Brasil y frenó en seco su carrera del modo más cruel.
Su notable balance realizador en estos primeros lances de campaña (8 goles y 4 asistencias en 11 encuentros disputados) es la mejor de las señales para certificar la vuelta al ruedo del ‘Tigre’ después de dos años y medio para olvidar. El testarazo con el que abrió el pasado sábado la lata del Rennes en el Louis II tuvo un significado muy especial para el capitán del once del Principado: era el primero que convertía en la Ligue 1 desde el 28 de agosto de 2014, cuando vacunó al Nantes poco antes de marcharse cedido al Manchester United.
Ruinosas cesiones
El calvario que le tocó vivir en Inglaterra con esa doble y ruinosa cesión al United y al Chelsea, alteró los planes de futuro del atacante samario, que ahora trata de recuperar el olfato perdido en una escuadra de la que renegó en su momento y a la que no le ha quedado más remedio que volver al no encontrar acomodo en ningún club de relumbrón en el panorama europeo que estuviera dispuesto a soportar su altísima ficha (15 millones de euros anuales, libres de impuestos) sin tener garantía alguna de que sus goles se encontraban ya en fase de cocción.
Si feliz está Falcao porque su nombre vuelve a dejarse oír en los noticieros de medio mundo, Colombia incluida (confía en que Pékerman le convoque a la selección en octubre), más aún lo está el dueño del Mónaco. El magnate ruso Dmitri Rybolóvlev y su plana mayor se frotan las manos ante la posibilidad real de que el ‘Tigre’ recupere definitivamente su letal zarpazo porque sólo así podrán recuperar buena parte de los 60 kilos que abonaron al Atlético de Madrid en el verano de 2013 en un futuro traspaso del colombiano y sacarse de paso su sobredimensionado estipendio.
Una puñalada a las finanzas
Tanto es así que uno de los ‘deberes’ del técnico portugués para este nuevo ejercicio no es otro que dar cuartelillo al colombiano desde las primeras de cambio. El dineral que percibe el delantero natural de Santa Marta es una puñalada directa al corazón de las finanzas de los monegascos, lo que prácticamente obliga a Jardim a darle todos los minutos que pueda, pese a que su condición física sigue sin ser la más idónea.
Precisamente, su prematura presencia en la doble eliminatoria de Champions League contra el Fenerbahçe (en la que anotó un par de goles), entre fines de julio y principios de agosto, se saldó con una lesión en un muslo en el choque de vuelta, lo que obligó al colombiano a perderse tanto el 'match ball' camino a la fase de grupos con el Villarreal como el arranque liguero (no debutó en el torneo local hasta el pasado día 10, ante el Lille). En otras palabras, que hasta la fecha sólo ha participado en cinco partidos oficiales, con tres tantos eso sí (uno de ellos de penalti) en su buchaca.
Si algo quedó claro en los dos últimos encuentros del Mónaco, en los que el ariete cafetero actuó como titular, es que a Falcao le queda todavía mucho camino por recorrer hasta alcanzar su mejor versión. Las fuerzas le aguantan poco más de un período. A partir de ahí, su aún endeble físico y su falta de ritmo competitivo se dejan sentir claramente, lo que ha acabado forzando a Jardim a mandarlo al banco.
Falta de fuelle
Tal circunstancia se hizo palpable ante el Tottenham, un choque de la máxima exigencia a todos los niveles. Tras una primera mitad bastante correcta, desapareció literalmente del mapa en la reanudación ante el empuje de los ingleses. Falcao fue incapaz de retener los pocos balones que le enviaron, hasta el punto de que Bernardo Silva y Lemar terminaron por obviar al cafetero cuando les caía la pelota. La entrada de Germain por el capitán fue un soplo de aire fresco para un equipo que estaba sufriendo de mala manera, entre otras cosas, por la alarmante falta de fuelle del ex atlético.
Sea como fuere, el mensaje del club respecto a su gran estrella es de todo punto positivo. Ya sea por una cuestión de pleno convencimiento, ya sea por una cuestión de intereses económicos, lo cierto es que hasta el último empleado del Mónaco tiene claro que Falcao va a rugir esta temporada con toda su fuerza más temprano que tarde. “No tengo dudas de que Radamel va a alcanzar su nivel. El club también está convencido de que va a volver a ser el jugador decisivo que fue antes de lesionarse. Es un gran profesional, muy comprometido con el grupo. No hay que olvidar que frente al Fenerbahçe ya fue decisivo. Va poco a poco, pero con paso seguro”. Leonardo Jardim 'dixit'.
El Mónaco parece dispuesto a presentar este año batalla al todopoderoso PSG de Unai Emery en Francia. Líder en solitario después de las cinco primeras jornadas de la Ligue 1 con siete triunfos consecutivos sumando los duelos de la Champions, la escuadra que bien prepara el portugués Leonardo Jardim está exhibiendo un estado de forma excepcional que ha devuelto al aficionado francés la esperanza de poder disfrutar de un campeonato reñido y no en el monólogo en que Ibrahimovic y el PSG lo convirtieron los últimos cuatro años.