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China tantea a Rafa Benítez antes de que la poderosa Superliga se ponga en marcha
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arrancó la pujante y millonaria competición

China tantea a Rafa Benítez antes de que la poderosa Superliga se ponga en marcha

La poderosa y pujante Superliga de China ya se ha puesto en marcha. Una competición agitada por los millones gastados por los dueños de los clubes

Foto: Jackson Martínez, jugador del Guangzhou Evergrande, es una de las grandes atracciones de la Superliga de China (Reuters)
Jackson Martínez, jugador del Guangzhou Evergrande, es una de las grandes atracciones de la Superliga de China (Reuters)

Hasta hace bien poco muy pocos giraban la mirada en dirección a oriente para ver qué sucedía con el fútbol en el otro lado del planeta. Esa tendencia ha ido cambiando con el paso del tiempo, en la medida que jugadores y entrenadores reconocidos a nivel mundial se atrevían a cambiar de vida y apostar por una aventura en una liga desconocida. Japón fue durante años la referencia asiática si de fútbol hablamos, pero ese rol ya se lo ha quedado claramente China en los últimos años. Y en los próximos el panorama seguirá siendo el mismo. Este viernes arranca la poderosa Superliga, con 16 clubes luchando por un título en una competición agitada por los poderosos -económicamente- propietarios, que pusieron el foco mundial del fútbol en el gigante asiático al invertir más que nunca en sus plantillas. Una paranoica inversión para atraer a jugadores de primer nivel, que en algunos casos no dudaron en viajar al lejano oriente al calor de puñados de billetes.

La apuesta por alistar grandes y prestigiosos futbolistas es firme como se ha podido comprobar en el último mercado de fichajes. Futbolistas de nivel que sirvan de gancho para que otros sigan el mismo camino. Pero también ese firme paso adelante dado para dar brillo a la Superliga se ha encaminado al colectivo de entrenadores. Ya apuntan los próceres que manejan los clubes a estrategas de talla y consideración superior. Uno de los últimos en ser tanteados, con vistas a un futuro inmediato, ha sido Rafa Benítez. Todos los banquillos tienen inquilino en la actualidad, pero de sobra es sabido que en China la paciencia no es excesiva cuando el balón no entra. Hace unos días, el ex del Real Madrid fue 'tocado' de manera directa.

En Wirral -localidad cercana a Liverpool-, lugar donde mora junto a su familia, espera acontecimientos a la espera de tomar una decisión, decidir dónde volverá a ejercer su profesión. Ya sabe que en la lejana China tiene trabajo asegurado porque así se lo ha hecho llegar su entorno. Algún club ya trabaja en el futuro adelatándose a lo que suceda en el presente; en una palabra, si el entrenador de turno, el actual, no funciona, Rafa Benítez aparece en primera línea para sustituirle. Su imagen es muy valorada en el fútbol de aquel país, aunque su plan es trabajar en el Inglaterra. Eso sí, Rafa ya sabe que ganará mucho más en un club de la Superliga porque así se lo han trasladado.

¿Burbuja futbolística?

No muy partidarios de pagar traspasos, la filosofía ha variado de manera radical ante esta nueva temporada. Entendieron los millonarios que manejan los clubes que debían dar un firme paso al frente para potenciar de verdad sus plantillas. Y para ello debían comenzar a ofrecer un buen puñado de millones a los clubes propietarios. El caso más evidente es el de Jackson Martínez, pagado a precio de oro por el Guangzhou Evergrande, actual campeón de la Superliga china y de la Champions de Asia. Europa se convirtió durante varias semanas en una especie de mercado persa, en la que decenas de agentes futbolísticos -pisando al colega que hiciera falta- se movían a la velocidad de la luz en busca de los jugadores requeridos por los acaudalados amos.

El estallido del mercado de fichajes chino ha colocado en estado de alerta a las autoridades del país. Ya hay quien teme que empiece a germinar una burbuja futbolística. ¿Serán capaces algunos propietarios de pagar lo firmado, en tiempo y forma, a entrenadores y jugadores? Hay inquietud ante la posibilidad de que algunos millonarios no puedan hacer frente en el futuro a todos los compromisos adquiridos. Muchos clubes no dudaron en pujar hasta el infinito por futbolistas que ya negociaban con otros, rompiendo las leyes de la lógica al ofrecer millones a raudales a los protagonistas, que de un momento a otro cambiaban de camiseta al ritmo que marcaba la última oferta del potentado de turno.

Durante el loco mercado de contrataciones, muchos clubes apuntaron en dirección a grandes futbolistas que triunfan en Europa. El sueño, como sucede en la Major League Soccer (MLS) de los Estados Unidos, es reclutar más pronto que tarde a Cristiano Ronaldo y Messi. Aunque algún empresario ya lo ha intentado sin éxito, un buen número de atletas de primer nivel ha hecho las maletas a la carrera para engordar sus cuentas corrientes. Más de 300 millones de euros han sido invertidos por los clubes de la Superliga, con 163 nuevos futbolistas ya listos para debutar en la competición. Álex Teixeira (50 millones), Jackson Martínez (42), Ramires (28), Gervinho (18), Guarín (13), Gil (8.5) y Burak Yilmaz (8 millones) han sido los fichajes más costosos, aunque el 'top 1' es Lavezzi, que ganará 50 millones de euros en dos años en el Hebei Fortune -club recién ascendido-, que ha pagado al PSG unos 6 millones de euros por el fichaje del argentino.

Televisión y patrocinadores

Son muchos, y en algunos casos de primer nivel, los futbolistas que ya han rechazado emprender esta aventura ahora, como ya desvelaba este periódico en algún caso concreto, pero en un futuro no muy lejano puede que cambien de opinión. De la Premier League a la Liga, de Rooney a Fernando Torres, de la Bundesliga a la Serie A de Italia. Los objetivos prioritarios son en muchos casos de categoría superlativa, porque los dueños de los clubes tienen tantos millones guardados en el banco que se atreven con cualquier futbolista. Y no se rendirán. En cuanto el equipo que sea empiece a fallar, el millonario de turno volverá a la carga con una oferta superior a la anterior.

El fútbol crece a pasos agigantados en China. Come terreno a otros deportes porque desde altas instancias gubernamentales la apuesta por este deporte es sólida desde hace años. La afición por el deporte rey crece sin parar; ya empieza a extenderse por todos los rincones del país un sentimiento de satisfacción por acoger a jugadores cada vez más mediáticos y así disfrutar de una competición más respetada en el resto del planeta con el paso del tiempo. La lucha entre los canales de televisión por tener los derechos del fútbol cada vez es más feroz, en la misma medida que las marcas se quieren asociar con el fútbol antes que con otros deportes. El nivel de los clubes ha crecido de forma notable y el orgullo crece en el aficionado chino con el paso del tiempo. Estar pendiente de la Champions -de Asia- los martes y los miércoles empieza a ser habitual en la vida de cualquier aficionado, como sucede en Europa desde hace mucho. Sin embargo, la expansión de la Liga española no acaba de cuajar de igual de manera en el gran público, aunque eso da para otro capítulo...

Hasta hace bien poco muy pocos giraban la mirada en dirección a oriente para ver qué sucedía con el fútbol en el otro lado del planeta. Esa tendencia ha ido cambiando con el paso del tiempo, en la medida que jugadores y entrenadores reconocidos a nivel mundial se atrevían a cambiar de vida y apostar por una aventura en una liga desconocida. Japón fue durante años la referencia asiática si de fútbol hablamos, pero ese rol ya se lo ha quedado claramente China en los últimos años. Y en los próximos el panorama seguirá siendo el mismo. Este viernes arranca la poderosa Superliga, con 16 clubes luchando por un título en una competición agitada por los poderosos -económicamente- propietarios, que pusieron el foco mundial del fútbol en el gigante asiático al invertir más que nunca en sus plantillas. Una paranoica inversión para atraer a jugadores de primer nivel, que en algunos casos no dudaron en viajar al lejano oriente al calor de puñados de billetes.

Rafa Benítez
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