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El "feo final" de la carrera de Totti
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a sus 39 años, ha pasado a quedarse en la grada

El "feo final" de la carrera de Totti

Totti creyó que iba a estar siempre en la Roma, y que se iría sólo cuando él quisiera. Cometió un error que ya carece de solución que pueda acontentar a todas las partes

Foto: Totti fue enviado a la grada contra el Palermo (EFE/EPA/Alessandro di Meo).
Totti fue enviado a la grada contra el Palermo (EFE/EPA/Alessandro di Meo).

1993 fue un año intenso en muchos sentidos. Aquí en España estábamos viviendo todavía la durísima resaca que dejaron los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo Internacional de Sevilla, que posteriormente llevarían al país a la ruina. En Estados Unidos estaban empezando a familiarizarse con el terrorismo yihadista con el atentado con coche bomba en las Torres Gemelas. En cuanto al fútbol, Roberto Baggio ganó el Balón de Oro y Didier Deschamps guiaba al Olympique de Marsella a la primera Copa de Europa del fútbol francés y le dio en los morros a Jean-Pierre Papin. También se estrenaron 'La lista de Schindler' y 'Philadelphia'. Y murieron Audrey Hepburn y Pablo Escobar. Ah, y también debutó Francesco Totti.

El próximo 28 de marzo se cumplirán 23 años del debut de Totti con la Roma. En aquella época, Zidane era un jugador normalito que empezaba en el Girondins y tenía pelo. Para que se hagan una idea de lo que significa, piensen fríamente en los nombres mencionados con anterioridad y háganse a una idea del tiempo que ha transcurrido desde entonces. Por si aún no han sido capaces de apreciar la dimensión: en aquella temporada, la 1992-93, se instauró por primera vez en las grandes ligas, la prohibición de la cesión voluntaria al portero, y desde entonces ningún cancerbero puede atrapar con la mano un pase de un compañero.

Casi un cuarto de siglo jugando para el mismo equipo, con la misma camiseta, en el mismo estadio, ante la misma afición. Hay aficionados de la Roma que son mayores de edad desde hace tiempo y que no habían nacido cuando debutó Totti. Esa relación del '10' con su club es puro amor, una voluntad innegociable de hacer todo lo que podía hacer en el fútbol vestido de 'giallorosso'. Porque a Totti le llamó el Real Madrid, entre otros, pero a él le hizo 'tilín' el blanco. Era el club en el que él se había visto alguna vez en el futuro, levantando la Champions League, ganando la Liga de vez en cuando.

Él, en cambio, prefirió reservar ese privilegio para otros, para el que lo quiera. Él acumuló pocos, muy pocos, pero que le supieron como ese Mundial que ganó en Berlín. El momento más feliz de su vida fue ganar la Serie A con la Roma. Por eso renunció a todo lujo, a millones de euros, a una vida de máxima estrella mundial. Se quedó en la capital del imperio jugando al fútbol en casa, con su familia, para ser el mejor jugador de la historia de la Roma. Lo consiguió, de largo.

El fútbol siempre acaba

Su problema es que hay amores que están destinados a acabar, y en el fútbol no hay nada para siempre, absolutamente nada. Todo tiene su final, todo cambia, nada permanece igual. Pura dialéctica materialista. Y Totti creyó que iba a estar siempre en la Roma, y que se iría sólo cuando él quisiera. Cometió un error que ya carece de solución que pueda acontentar a todas las partes. Totti ya no es un jugador que pueda jugar en la Roma, un equipo que está creciendo y quiere ser candidato al 'Scudetto' cada año. A sus 39 años, hay otros jugadores jóvenes más ágiles, con más hambre, más preparados. Y es por eso que este domingo, Luciano Spalletti, el entrenador que lo relanzó, lo mandó a la grada del Olímpico.

"Mi relación con Spalletti es de 'buongiorno' y 'buonasera'. Lo estimo como persona y como entrenador, y le diría al club de mantenerlo en el futuro. Lo único que le pediría es que las cosas que ha dicho a la prensa me las hubiera dicho a la cara". Este es el mensaje del 'capitano' a su entrenador, al que tuvo el coraje de apartarle aunque fuera de un partido, tirándose los lobos de la prensa, de la afición, que le perdió el respeto adquirido en sus años al mando de la nave 'giallorossa' para rendir pleitesía al héroe caído.

"Sería bueno para todos que me trataran mejor, sobre todo tenerme un poco de respeto, porque finalizar así mi carrera es feo", dijo 'er Pupone'. Todo suena a despedida forzada, a un adiós prematuro que se produce varios años tarde. Totti pudo irse de Roma mil veces durante estos 23 años, pero siempre quiso quedarse, incluso cuando ya no es el jugador que era, cuando ya no puede aportar a la Roma lo que él quisiera y debiera. "Me acaba el contrato en junio y valoraré todo lo que pueda surgir, porque yo no puedo seguir así. No estoy bien ni lo está la gente que tengo a mi alrededor". Todo dependerá de la reunión que tendrá con James Pallotta, dueño estadounidense de la Roma, pero ya podemos adelantar que no habrá apretón de manos alegre.

1993 fue un año intenso en muchos sentidos. Aquí en España estábamos viviendo todavía la durísima resaca que dejaron los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo Internacional de Sevilla, que posteriormente llevarían al país a la ruina. En Estados Unidos estaban empezando a familiarizarse con el terrorismo yihadista con el atentado con coche bomba en las Torres Gemelas. En cuanto al fútbol, Roberto Baggio ganó el Balón de Oro y Didier Deschamps guiaba al Olympique de Marsella a la primera Copa de Europa del fútbol francés y le dio en los morros a Jean-Pierre Papin. También se estrenaron 'La lista de Schindler' y 'Philadelphia'. Y murieron Audrey Hepburn y Pablo Escobar. Ah, y también debutó Francesco Totti.

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